Periodista de vocación. Nelson Castro: “Defino al kirchnerismo como una desgracia para la Argentina”
En una entrevista con Maite Peñoñori para LA NACION el periodista hizo un recorrido por su vida y contó cómo llegó a tomar la decisión de dejar la medicina para dedicarse únicamente al periodismo, cómo la pandemia le permitió unir sus dos pasiones y cómo lo afecto la grieta
Nelson Castro (68) tenía decidido a sus 12 años que estudiaría periodismo, sin dudas su vocación tan marcada hizo de su carrera un éxito. Su accidental cobertura del atentado a las Torres Gemelas le despertó una nueva pasión, lo que lo llevó a ofrecerse para cubrir dos hechos históricos importantísimos de este último tiempo como lo son la guerra entre Rusia y Ucrania y la guerra en Medio Oriente. Él define a estos trabajos como un desafío profesional y aseguró que no le da miedo. Al momento de expresar por qué su pasión por estar presente en estos hechos históricos explicó que “es la vocación del periodista y es difícil de entender”. Su profesión también lo llevó a involucrase en política, y contó lo difícil que fue ser antikirchnerista cuando se creó la grieta. Además opinó del nuevo presidente electo y su futuro gobierno.
MILEI PRESIDENTE
–¿Cómo estas viviendo este momento con Milei electo como Presidente?
–Con expectativa e incertidumbres. Hemos dejado atrás algo muy malo que era el kirchnerismo, yo lo defino como una desgracia para la Argentina, así que desde este punto de vista ha sido una muy buena noticia la derrota de Massa. Ahora esperemos que a Milei le vaya muy bien y que muy bien signifique que Argentina pueda superar la inflación, el estancamiento, que la gente pueda vivir mejor y que superemos la pobreza. Ojalá Milei acierte. Será un logro fenomenal que permitirá cambiar la Argentina para ponerla camino al futuro, todo lo que se ha significado el kirchnerismo ha sido un viaje al pasado permanente.
–¿Crees que Milei está cambiando? ¿Qué dejó de ser ese Milei de la motosierra, agresivo?
–Por supuesto. Es que es así. El Milei de la motosierra es inviable desde el punto de vista de la gobernabilidad. Ya se ve en los nombramientos y en algunas cosas que esta haciendo que hay un desafío de organización. Después la política es igual en todas las estructuras, todos quieren tener un poco de poder y figurar. Creo que lo que se ha visto en estos días, por eso se esta generando tanto cimbronazo dentro de la interna de Javier, es el contacto con la realidad. Esto significa que el Banco Central no puede cerrar hoy, que tampoco se puede dolarizar y que la necesidad de acuerdos políticos es fundamental para la gobernabilidad. Estamos viendo un Milei producto de la realidad. Él en una nota dijo “estoy viendo el pragmatismo” y eso es un buen signo en relación a lo que fue la campaña.
LA GRIETA
–Hubo un momento fuerte en la grieta donde me imagino que lo debes haber padecido también, ese momento de “Clarín miente,” del embate contra los medios, ¿cómo lo viviste?
–Fue difícil porque eso se instaló de una manera que repercutió en la vía pública. A mí me tocaron escraches, una ves me echaron de una cafetería porque el dueño era kirchnerista, tuve gente que vino a mi casa. Fue muy duro. Fue algo que vivieron muchos otros también y forma parte de lo que no queremos vivir más y de esa desgracia que fue el kirchnerismo. A mí las críticas no me molestan, pero eso no fue crítica. Incluso después le pasó a algunos dentro del kirchnerismo, cosa que yo también repudié. Todo eso significa una involución de lo que se había logrado a partir del 10 de diciembre de 1983. El kirchnerismo replanteo la antinomia, el enemigo.
–¿Nunca tuviste un gesto de nadie del otro lado para calmar las aguas?
–No, no hubo nadie y algunos encima se subieron a eso. Después me tocó ser solidario con algunos de ellos que me había atacado, y lo hice con total convicción. Mi convicción es plena en cuanto al respeto de la libertad del otro.
ARGENTINA Y LA PANDEMIA
–¿Qué lectura haces de la pandemia?
–Fue algo increíble para la humanidad, en la Argentina fue lamentablemente una tragedia. Hubo más de 100 mil muertos, muchos podrían haberse evitado. Argentina podría haber tenido la vacuna de Pfizer rápidamente. Después está toda la politización que hizo el Gobierno, primero tomaron una buena decisión que fue la cuarentena, pero después se equivocaron cuando pensaron que la cuarentena podía durar toda la vida. El manejo político de la vacuna Sputnik generó toda una situación de mucha controversia con el Gobierno y la necesidad de muchas explicación de cosas que no se decían y nos tocaba decir a nosotros, junto con el vacunatorio VIP, fue algo muy traumático. El uso político proselitista que hizo el Gobierno de la pandemia fue escandaloso.
COBERTURAS EXTREMAS
–Tenés otro costado que a mí me gusta mucho que es que sos de los periodistas que le gusta estar en el lugar de los hechos. Has hecho un montón de coberturas, en estos últimos años fueron la de Ucrania y la de Israel, ¿Cómo vivís esas coberturas? ¿Las propones vos?
–Ningún periodista esta en una guerra contra su voluntad. Son cosas muy propias y para mí representan siempre desafíos. Para mí han sido oportunidades enormes desde el punto de vista profesional, dentro de la tragedia enorme que es la guerra para la humanidad. A mi me hace sentir pleno, porque estoy haciendo algo que están haciendo mis colegas del mundo y me da plenitud saber que lo estamos haciendo en ese mismo nivel.
–¿Cómo es el tema del miedo? Porque son situaciones muy extremas.
–Por supuesto que sí y yo lo respeto. Hubo muchos que estando allí no avanzaban. Yo no me considero ningún valiente pero con ninguno de los que estuvimos en las coberturas tuvimos miedo. Yo soy muy creyente y siempre me he sentido seguro de tener la protección de Dios que además abarca a todo mi equipo.
–¿Qué le pasa a tu familia, tus amigos, tus vínculos? ¿Ya están acostumbrados?
–Se sorprenden de que vaya y lo sufren, como les pasa a todos. Cada vez que vuelvo mi hermano me va a buscar al aeropuerto y llora. Es entendible porque es difícil entender la vocación del periodista.