María y Paula Marull: “Escribimos historias porque la vida no alcanza”
Escribieron, dirigen y protagonizan la obra de teatro Lo que el río hace, una historia autobiográfica que dio pie, en un nuevo capítulo de Entre Nos, para que compartan momentos emotivos de su propia vida
Surgieron hace más de 20 años en programas televisivos de gran popularidad como Atorrantes o 1, 2, 3 out. Casi idénticas, se destacaban por su simpatía y por sus dotes para la actuación. Tras un largo recorrido, las gemelas María y Paula Marull también se destacan como dramaturgas. Lo que el río hace, escrita, dirigida y protagonizada por ambas, se convirtió en una pieza de culto. Nominada a doce premios ACE, la obra que se presenta en el teatro Astros es un homenaje a su padre y a la ciudad correntina de Esquina. Una historia íntima, privada, en la cual se percibe la profunda conexión entre las talentosas hermanas.
“Lo que nosotras hacemos es contar historias pequeñas, íntimas, cercanas, que tienen que ver con nuestro universo, con nuestra búsqueda personal”, expresa Paula. “Y en general tienen bastante humor. Nos gusta que a los personajes les pasen cosas, que cambien. En general son historias de personas que buscan algo y lo encuentran, o quizás que se liberan de algo”, agrega.
“Nos resulta fácil escribir a cuatro manos”, dice María, y comenta: “Tenemos un universo personal muy parecido. Un universo gemelo. Me costaría mucho escribir con otra persona. Uno en la escritura necesita mucha intimidad para bucear en imágenes personales, para dejar brotar el inconsciente y no tanto la especulación. Hay mucha honestidad, estamos al servicio del material”.
¿Pero cómo se construye esa identidad siendo hermanas gemelas, que además se dedican a lo mismo? Paula asegura que “la identidad consiste en aceptar lo que somos, que es ser dos en un punto, nosotras no tuvimos un problema con eso. No nos hemos esforzado en decir tenemos que ser diferentes, tenemos que hacer cosas diferentes. En un momento sí hubo una búsqueda, a veces por la mirada exterior, hemos hecho cosas solas, pero nos volvimos a elegir”.
María entiende que ser gemelas es más fácil para afrontar de a dos ciertos momentos de la vida: “En el término de la escritura o de la dirección que esté la otra da más seguridad; ciertos temas a resolver, ciertas batallas a dar en el trabajo, implica tomar decisiones y que esté ella es un apoyo”.
Y a la hora de la escritura, ellas replican un método creado por dos de sus maestros. “Es un método que inventaron Javier Daulte y Mauricio Kartun, esa manera de escribir con imágenes en vez de con ideas, escribir sin saber lo que uno va a encontrar. Es como tirarse al río a buscar, a bucear, desde una imagen pequeña, algo que te llamó la atención y ahí empezar a tirar de esa soga e ir viendo para dónde va, para dónde uno necesita desplegarse”, revela Paula, y agrega María: “Una imagen puede ser propia o puede ser algo que uno ve, algo que te llame la atención, una frase o una imagen de otra persona. Pensás que ahí puede haber una historia oculta, por ahí son personajes que no son recuerdos tan nuestros, pero siempre están atravesados por algo nuestro. Un paisaje, un lugar, como si fuera un sueño. Empieza a aparecer algo que te da curiosidad. El termómetro es mantener la curiosidad y el entusiasmo. Se construye una historia, un mundo, seguramente ese mundo tiene cosas de uno”.
La vida a escena
Lo que el río hace desborda de imágenes. Una ciudad correntina en donde las hermanas pasaban sus vacaciones, la presencia del padre y una emoción que, como el río al que alude el título, empapa a todos los espectadores. Paula sostiene que “la imagen del padre está muy presente, es la línea más autobiográfica. Nuestro papá era muy singular, tenía mucha singularidad. Era una persona muy poco convencional, no es un papá típico. Para nosotras también fue una sorpresa que la gente se identifique tanto, se sensibilice tanto con imágenes que para nosotras son tan personales. La clave es poner el corazón, creo que cuando uno pone el corazón, es honesto, hay algo que sucede”. María explica que toda poesía, compuesta con honestidad, le llega al público, y repite una frase de Mauricio Kartun: “Uno es el poeta que puede y no el que quiere”.
La invención y el universo autobiográfico se retroalimentan en las obras de las hermanas Marull. “Escribo historias porque la vida no alcanza”, se entusiasma María. “Quiero volver a esos lugares, me quiero divertir, quiero jugar. En nuestro caso la escritura es por necesidad, una necesidad de expresar, de encontrar, de preguntarnos cosas, de cómo darle a nuestra vida o a nuestra cotidianidad una dimensión más, muy enriquecedora. Es estar pescando cosas para llevarlas ahí, ir robándole a la vida real cosas para esa otra vida”. Y hay algo más, según Paula: “También para encontrar respuestas. Escribimos sobre los temas que nos están dando vueltas en ese momento. Amalia, la protagonista, tiene mucho que ver con nosotras; vivimos a las corridas, sos madre con un montón de exigencias, tenés que ser de una manera en el trabajo, también como esposa, yendo atrás de los cánones establecidos, la exigencia de la productividad, y uno se va alejando de lugares, de momentos en los que antes se detenía el tiempo, en contacto con cosas verdaderas. La obra justamente habla del tiempo”.
No solo el argumento, sino la manera en que la historia está contada, son algunas de las claves del éxito. “Yo creo que el éxito es poder sentir y ver que otras personas se conmueven con algo propio. Es una sensación indescriptible. Cuando alguien te abraza y te dice: ‘sí, entiendo lo que te pasó’; es compartir con desconocidos una intimidad. Descubrir que algo propio puede ser de otro también”, opina Paula. Y María dice que “en las funciones, cuando escucho la risa del público, me siento Dios. La gente riéndose a carcajadas de algo nuestro”.
Paula agrega otra clave del éxito en el ámbito teatral: “Yo creo que el nuevo paradigma es no subestimar al público y poner el corazón. No es poner dinero o poner caras conocidas, es poner el corazón”. En esta sintonía, María concluye: “Hay despejarse, despojarse y ser auténtico. Me parece que va por ahí. Hay que volver al origen”.