Leandro González Pírez: “Gallardo te lleva al máximo de tus condiciones físicas y mentales”
Debutó con River en 2011 y le tocó vivir el descenso. Volvió al club millonario casi una década después y una gran carrera en los Estados Unidos, alejado del foco de las críticas. Ese regreso lo enorgullece, como su paso por las selecciones juveniles y, por supuesto, su familia
Leandro González Pírez tenía 19 años cuando debutó en la primera división de fútbol argentino, de la mano de River Plate, en la séptima fecha del clausura –el 26 de marzo de 2011– ante Newell’s Old Boys. Apenas unos minutos, en reemplazo de Erik Lamela, donde empezó a transitar un sueño de toda la vida. Tras el descenso del club pasó por Arsenal de Sarandí, Tigre, Estudiantes de La Plata y varios equipos de Estados Unidos; todavía le entristece no haber podido ganar junto a las selecciones juveniles, pero lo enorgullece haber vuelto al club millonario “para devolverle parte de su identidad”. En un nuevo capítulo de Alma en el Juego, González Pirez habló sobre sus miedos, sus alegrías, cómo se enfrenta a las críticas y lo más importante de su vida: su familia.
-Describí un momento, que recuerdes, donde se te soltó la cadena.
-Bueno, no hace mucho, en el partido con Independiente Rivadavia [un episodio con Sebastián Villa], por una serie de sucesos que pasaron durante el partido, sobre el final; también por las cargadas, que no venían a lugar. Pero, más que nada, por una cuestión de que nosotros no somos así, por lo menos yo, en mi manera de ser, trato siempre de mantener el respeto con todo el mundo, gane o pierda. Encima, fue justo en un momento culmine del partido. Habíamos intentado ganarlo a toda costa y no pudimos. Yo ya había tenido un problema con él en el primer tiempo, había discutido. La verdad, estuve mal, no tendría que haber reaccionado así.
-¿Creés que te ven como un líder?
-Trato de ser yo, trato de mantener mi esencia. A veces te vas imponiendo y otras no, pero en ese sentido intento mantener siempre una línea, una que mantuve a lo largo de toda mi carrera y, creo, es lo que me define. Por eso digo que, en este caso, el equivocado fui yo. Más allá de que haya una incitación, me parece que no tenemos que ir por ahí.
En líneas generales, soy de tener muy buena relación con todo el mundo, no soy una persona conflictiva. Cuando me pasó esto con Independiente, al otro día, pensándolo, me sentía mal conmigo mismo porque no es algo que me caracteriza.
-Si tuvieras que elegir el momento más feliz de tu vida, ¿cuál sería?
-Elijo tres, el nacimiento de mis hijos. Tengo tres hijos, gracias a Dios, hermosos, bien de salud, que me llenan de alegría, que me cambian la vida y que, cada vez que hablo de ellos, me emocionan. Sin duda son ellos tres.
-¿Pudiste estar en el parto de los tres?
-Sí, por suerte. Emilia nació en Atlanta, en 2018. Lucía nació en 2020, estaba en Miami y tuvimos que acelerar un poco el parto porque tenía que viajar a Orlando a jugar un partido. Y Felipe nació acá en 2022. Una alegría enorme, completé el círculo de esa familia que tanto soñábamos con mi mujer. Sin dudas, esos son los tres momentos más felices de mi vida.
-¿Por qué te emociona hablar de ellos?
-No sé, porque son mis hijos. Hablo de ellos y me generan orgullo, me dan alegría. Siento que, con mi mujer, estamos haciendo las cosas bien porque vemos cómo se van desarrollando a lo largo de su vida, vemos que también son nenes felices, y eso es lo que más nos reconforta
-Y más allá de del nacimiento de tus hijos, ¿qué otro momento recordás?
-Me quedaría con esa cuestión de cumplir un sueño que uno tiene desde chiquito, con mi debut en primera división. Haber entrado en ese partido contra Newell’s, en el Monumental, para mí es un sueño.
-¿Estabas nervioso?
-Estaba raro, no sé si estaba nervioso. Estaba un poco ido con todo lo que estaba viviendo, trataba de observar todo. Me acuerdo que trataba de prestar atención a todo, estar en todos los detalles, de ver todas las cosas que iban pasando a mi alrededor. Siempre traté de ser muy observador a lo largo de mi carrera, de destacarme por ahí. Por eso recuerdo mucho eso de ver los detalles, de ver cosas que pasaron en el partido, llenarme de información para pasarla lo mejor posible.
-¿Alguien te dio algún consejo?
-Disfrutá. Es algo que los grandes les dicen a los chicos y, cuando vos sos grande, te vas dando cuenta de que, si no lo hiciste en ese momento, después se te hace cada vez más difícil. Me parece que uno, con el tiempo, le va tomando mucho valor a esa palabra y se va dando cuenta de muchísimas cosas a lo largo de su carrera. Por ahí, no disfrutaste por hacerte mala sangre o por buscarle siempre un defecto a todo o una virtud o lo que sea, y te perdés del camino que estás transitando y del momento que estás viviendo que, me parece, también es lo más importante,
-¿Qué te genera orgullo?
-Me genera mucho orgullo ver la familia que tengo, lo que pude formar con el tiempo. Me genera orgullo haberme convertido en la persona que soy. Siento que soy una persona con valores y una buena persona, por sobre todas las cosas. Me genera orgullo haber podido representar a Argentina en selecciones juveniles, haber podido cumplir mi sueño después de tanto trabajo y de tanto esfuerzo, el mío, de mi familia y de mis amigos también.
-Más allá de tu debut, ¿un momento de tu carrera muy preciado?
-Cuando salí campeón en Estados Unidos. Haber salido campeón de la liga y también de la Open Cup, que es como la Copa Argentina. Son momentos que a uno lo llenan, lo reconfortan, porque te hacen sentir que tanto trabajo valió la pena. Un momento que también me hace sentir muy orgulloso es el haber podido volver a River. Me tocó salir y, casi 10 años después de tanto trabajo, me tocó volver.
-¿Cómo te llevás con las críticas?
-En una primera etapa de mi carrera me llevaba mal porque me parecía injusto, no solo conmigo. Me parecía injusto, en general. Hoy en día me sigue pareciendo injusto, pero ya tengo otra cabeza, otra edad. Lo sufría mucho, me enojaba mucho y me dejaba llevar. Con el tiempo fui cambiando, me ayudó mucho irme afuera porque, una vez que te vas, salís un poco del foco. Me ayudó a ver las cosas desde otra perspectiva y, hoy en día, no te digo que las críticas me patinan, pero las tomo como de quien vienen. O sea, a mí me molesta la crítica destructiva y no la constructiva.
La descalificación me parece que ya no va, porque no me parece justo. Uno se rompe el lomo todos los días entrenando, jugando, y no conozco un jugador que quiera perder, que quiera jugar mal, que quiera meter la pelota afuera o hacer un gol en contra. A veces sale bien y a veces sale mal. A veces te levantaste con el pie derecho y a veces te levantaste con el pie izquierdo, son cosas que pasan. Estás compitiendo contra otras personas que hacen lo mismo que vos. También vivimos en una sociedad muy autodestructiva. La realidad es que si no ganás, no sirve. Entonces, estamos continuamente autoboicoteándonos.
-¿El momento más triste de tu vida?
-Sin dudas, el fallecimiento de mis abuelos. Uno me tocó estando de pretemporada en River, en 2022. Son momentos duros, gente que amás y perdés. Y hace bastantes años, mi otro abuelo, el papá de mi papá, que compartíamos mucho también. Muchas cosas, demasiados recuerdos, y es triste.
A nivel deportivo… Tuve la posibilidad de jugar dos mundiales juveniles, son los mayores sueños que uno tiene a nivel selección y, el haber quedado afuera de un mundial, me parece que es lo más triste que me pudo haber pasado.
-¿El descenso de River no lo elegís?
-Sí, obviamente es algo durísimo. La verdad, no lo había pensado, pero sí. También es de los momentos más alegres, haber podido volver en poco más de siete años y haber podido devolverle al club parte de la identidad.
-¿Cuál es ese miedo que cruza tu vida?
-El miedo más importante es la vida de mis hijos. La seguridad y la salud de mis hijos son lo más importante ante cualquier cosa, más que el fútbol, más que cualquier otra cosa que se pueda cruzar. Después, trato de confiar en mí mismo a la hora de los partidos porque, muchas veces, vivís con esa tensión, no sé si miedo, pero sí con esa tención y, a veces, esa incertidumbre del jugador que vas a enfrentar, de la instancia que vas a jugar.
-¿Tenés algún agradecimiento pendiente?
-No sé si pendiente, pero el agradecimiento que yo siempre doy es a mi familia, sin duda. Ellos me acompañaron. Siempre me dieron la libertad de poder desarrollarme, y no hablo solo profesionalmente, sino de chiquito; siempre me dieron absoluta libertad para hacer lo que yo quisiera y para poder cumplir mi sueño. Hicieron todo lo posible, ante todo pronóstico, para darme las herramientas necesarias y que, hoy en día, yo pueda ser quien soy, y para poder cumplir también el sueño de jugar al fútbol. También [le agradezco] a mi mujer y a mis hijos. El agradecimiento siempre es hacia ellos porque, en los momentos malos, se bancan todo y están ahí para apoyar.