Guerra en Medio Oriente. Juariu: “Creo que mucha gente tiene arraigado el antisemitismo sin darse cuenta”
En una entrevista con Maite Peñoñori para LA NACION, la penelista e influencer habló sobre dos temas muy presentes hoy en día que la interpelan: la lucha contra el cáncer de mama y la guerra en Israel
Oriunda de Tucumán, Victoria Braier más conocida como Juariu (37), llegó a Buenos Aires sin saber que al tiempo se le cumpliría su sueño de estar en la televisión y formar parte del mundo farándula. De más joven vivió dos situaciones inesperadas que le cambiaron su vida: la muerte de su padre y un diagnostico positivo de cáncer de mama. Hoy en día usa sus redes no solo para espiar la vida de los famosos, si no también para visibilizar situaciones que la tocan de cerca, como lo fue su enfermedad o la guerra en Israel, donde viven muchos de sus seres queridos.
SU LUCHA CONTRA EL CÁNCER
–Estamos en el mes de la concientización del cáncer de mama y vos has contado que tuviste y súper joven…
–Sí, super joven y además sin antecedentes, no es poca cosa. Yo me estaba bañando y me toque un bultito, le comenté a mi marido Gustavo y me dijo “vamos a hacerte una ecografía”, hasta ese momento nunca me habían pedido una. Cuando me la hice, la médica me dijo que me buscara un especialista porque no le gustaba lo que vio. Buscamos el especialista que enseguida me operó y confirmó que era un tumor maligno. Fue detectado a tiempo por eso siempre digo que la detección temprana te salva la vida. El 90% de las mujeres que lo detectan a tiempo se salvan. Así que hay que chequearse, examinarse, pedirle al médico que te mande ecografías. Yo después me hice el análisis genético porque era raro mi caso, pero no había nada, así que hay que hacerse los chequeos anuales siempre porque te puede salvar la vida.
–¿Te seguís haciendo controles ahora o cómo es?
–Sí, ya hace siete años que me operé y ahora justo me tocó hacerme los estudios anuales. Al principio eran cada 6 meses pero ahora ya son cada un año.
–¿Tenés esos nervios de esperar que el resultado de bien?
–La verdad que es difícil. Después de que ya tenés la experiencia de que la vida te cambia en un segundo, en el momento que te dicen que el tumor es malo y que tenés que hacerte un tratamiento, rayos, un montón de cosas, ya el bichito de que en un segundo te cambia la vida te queda para siempre. Cada chequeo es una revolución.
–¿Te cambian las prioridades?
–Sí, obvio. En ese momento es terrible la revolución. Es como si fuera un terremoto y estas en el medio viendo cómo vas a hacer para sobrevivir. Después con los años vas acomodando todo y empezás a sentir que lo podes atravesar de una manera diferente, pero al principio es todo caos y angustia. Como lo mío era hormonal tuve que hacer un tratamiento que me inducía la menopausia. Estuve casi cinco años en menopausia con todo lo que es implica socialmente, psicológicamente y físicamente para uno. Te sentís vieja, fea, hasta te afecta en lo sexual, es muy difícil atravesar tempranamente la menopausia junto a un cáncer. Pero bueno, después entendés que son síntomas de la resistencia porque tenés cáncer, así que bienvenido sea, te pinchas y haces todo lo que tenés que hacer. A mí mi médico me dijo “no pienses, vos hace”, así que yo hice todo lo que me dijeron. Mantuve la menopausia lo más que pude, y ya voy por mi sexto año de mediación que recomiendan tomarla entre 5 y 10 años.
–¿Antes de todo esto congelaste óvulos?
–Sí, congelé los óvulos. Una médica me dijo que lo haga porque no se sabía que podía pasar y yo la verdad que en ese momento lo único que quería era que me saquen el tumor. Pero la verdad menos mal que me lo dijeron porque en ese momento yo no lo hubiera pensado, tenía la cabeza confundida y no entendía nada, pensaba que me iba a morir.
LA DOLOROSA PERDIDA DE SU PADRE
–¿Perdiste a tu papá un tiempo antes de tu enfermedad?
–Mi papá falleció en 2007, yo tenía 20 años. Ahí experimenté por primera vez el dolor de una pérdida. Fue un dolor desgarrador porque tenía una relación muy fuerte con mi viejo.
–Sí, en redes pones siempre cosas lindas de él…
–Es que mi viejo era espectacular. Fue muy doloroso, para mi mamá, para mi hermana, para mí, para todos. Darte cuenta que la vida continúa sin tu papá es muy doloroso. Además fue una pérdida rápida y repentina por una pancreatitis aguda. Era re joven, tenía 54 años, y estuvo en terapia intensiva 6 días.
–¿La cocina te conecta con él?
–Sí, las cosas que sé de cocina me las enseñó él. Llegaba a mi casa y se ponía a cocinar.
LA GUERRA EN ISRAEL
–Vi que pusiste mensajes en redes y has ido varias veces a Israel, ¿Cómo estás viviendo lo que está pasando?
–Y... muy triste. Tengo mucha familia y amigos viviendo allá, algunos primos en el ejército, el novio de mi mamá es de Israel y ahora está allá sin poder venir para acá. La verdad que es feo, hablo todo el tiempo con las mamás de mis amigos y con mis amigos, la verdad es que están con miedo, algunos se están queriendo volver. Es una situación muy difícil y muy triste. Yo cuando fui era un momento distinto e Israel es muy hermoso, es linda la vida. Es una ciudad muy moderna, muy abierta. Por ejemplo, en Tel Aviv se hace la marcha LGTBIQ+ más grande del mundo. Es una ciudad que respeta mucho los derechos de los ciudadanos. A mí me duele como judía y argentina ver silencios o leer antisemitismo. Siento que la gente se enoja más con Israel de lo que debería enojarse porque recibieron un ataque terrorista, porque Hamas es eso, un grupo terrorista y para los mismos palestinos es trágico.
–¿Lo sentiste en redes también?
–Sí, yo puse algo y me contesto mucho hater antisemita, me ponían “judía de mierda”. Yo creo que mucha gente tiene arraigado el antisemitismo sin darse cuenta, generalmente a la hora de tomar partido se ponen en contra sin conocer la historia. El tema Israel-Palestina sobre territorios se puede debatir pero esto es un ataque terrorista donde decapitaron bebés y secuestraron abuelos. Yo tengo dos conocidos secuestrados por Hamas y no se sabe nada, si están muertos, vivos o en qué condiciones. Es muy triste y lamentable, son terroristas que tienen en su base destruir al pueblo judío.
–¿Te duele el silencio?
–Sí, porque lo siento selectivo. Siento que piensan que esto es más de los judíos y es mejor no meterse ni opinar. A mí me parece algo tan fácil solidarizarse con familias que están siendo atacadas por terroristas, no importa su religión o nacionalidad. No lo veo tan complejo y no entiendo porqué a tanta gente le resulta tan difícil.
–¿Te sorprendió también lo que dijo la candidata de izquierda Myriam Bregman?
–Sí, fue muy triste. Yo fui parte de un movimiento juvenil judío socialista porque me atraen más las ideas de izquierda y siento que acá se mezcló todo con todo. Una cosa no quita la otra, podemos charlar de la ocupación, de quién es el territorio, pero me pareció triste que no pueda tener la empatía de decir “es terrible lo que está pasando”. Me pareció muy triste que no tenga la altura de decir que fue un acto terrorista.