“Estamos operando en los pasillos”. Así trabajan los médicos cirujanos en un hospital a 5 kilómetros de la frontera al norte de Gaza
Con los hospitales al límite en medio del conflicto en Medio Oriente que estalló el 7 de octubre, se suma una problemática más: falta de insumos médicos, alimentos y combustibles
La devastación provocada se sintió con especial crudeza en el hospital Indonesio al norte de Gaza, a tan solo 5 kilómetros de la frontera. Médicos y personal de este centro médico se ven obligados a realizar intervenciones quirúrgicas en los pasillos, ya que las cuatro salas quirúrgicas con las que cuenta el hospital, están completamente desbordadas. La crítica situación que se vive en este hospital, el único en funcionamiento en la zona y ubicado cerca de la línea del frente, pone de manifiesto la magnitud de la crisis humanitaria que se está desarrollando en la región.
El médico cirujano Mohammed al-Run, que lucha en primera línea para salvar vidas, expresó la urgencia con la que están trabajando: “Nos lo tomamos hora a hora porque no sabemos cuándo vamos a recibir heridos”. Este testimonio refleja la incertidumbre que rodea la labor de los mismos en un entorno donde la vida y la muerte se entrelazan en cada rincón del hospital.
El médico Moaeen al-Masry, otro valiente profesional de la salud, resaltó la crítica situación de la infraestructura hospitalaria. Los daños sufridos en el hospital han afectado gravemente las líneas eléctricas, lo que amenaza directamente la vida de los pacientes, especialmente aquellos que dependen de equipos médicos como respiradores. Además, el hospital se enfrenta a la amenaza de quedarse sin combustible para sus generadores en cuestión de horas, lo que llevaría a la desconexión de la electricidad y, en consecuencia, a la muerte segura de muchos pacientes.
FALTA DE ALIMENTOS, INSUMOS MÉDICOS Y COMBUSTIBLE
La difícil situación en Gaza se intensificó tras el ataque de combatientes de Hamás en Israel el 7 de octubre, que resultó en la trágica pérdida de vidas, en su mayoría civiles. En las semanas que han transcurrido desde entonces, los ataques aéreos israelíes han causado estragos en Gaza, cobrando la vida de más de 8.000 personas, incluyendo a más de 3.000 niños, según cifras del Ministerio de Sanidad de Gaza, controlado por Hamas. La población también se enfrenta a la escasez de alimentos, medicamentos y combustible.
La falta de suministros médicos, el agotamiento del personal de salud y la infraestructura dañada hacen que la labor de salvar vidas sea una tarea heroica en Gaza. Como el cirujano al-Run lo expresó claramente: “Estas cirugías están consumiendo todos nuestros recursos y necesitamos mucho más equipo médico porque todos los casos son graves”.
REPRESALIA MORTAL
La situación en Gaza se ha vuelto cada vez más delicada después del ataque al campo de refugiados de Yabalia el jueves 2 de noviembre, generando una cifra aún desconocida de víctimas.
El bombardeo impactó la escuela Abu Hussein, donde vivían numerosos refugiados gazatíes, según testimonios presenciales. En un ataque previo contra el campo de Jabalia, al menos 50 personas perdieron la vida, aunque las afirmaciones de Hamas elevaron la cifra a 400 muertos, no se pudo verificar de manera independiente las cifras de víctimas reportadas.
Tras el devastador ataque aéreo israelí del 31 de octubre, que dejó a su paso decenas de víctimas, el campo de refugiados de Yabalia, ya densamente poblado, experimentó daños de gran magnitud. Uno de los residentes del campo, Abdel Kareem Rayan, sostenía un papel con los nombres de los 15 miembros de su familia que habían perdido la vida en ese fatídico día. “Eran inocentes, solo se quedaban en el campo, ¿qué hicieron mal?”, lamentaba.
Las Fuerzas de Defensa de Israel afirmaron en un comunicado que el ataque en Yabalia había acabado con la vida de Ibrahim Biari, comandante de Hamas, al que se le atribuyó un papel importante en lo que denominaron “ataque terrorista asesino” del 7 de octubre. Sin embargo, las autoridades sanitarias palestinas reportaron que al menos 50 palestinos murieron en la explosión del campo de refugiados y 150 resultaron heridos.
La situación en Gaza no solo es un problema regional, sino que también tiene implicaciones en la política internacional y en la búsqueda de soluciones para un conflicto que ha perdurado durante décadas. La comunidad internacional debe intensificar sus esfuerzos para poner fin a esta espiral de violencia y sufrimiento, y garantizar la asistencia humanitaria necesaria para los hospitales como el Indonesio, donde la vida y la muerte penden de un hilo.