Elena Roger: “En la pandemia pude ver lo positivo de lo que nos pasó”
En un nuevo envío de Entre Nos, Elena Roger habló sobre su profunda identificación con la cantante francesa Edith Piaf, y se refirió a sus elecciones de vida, las cuales hicieron que rechazara más de una propuesta internacional por su deseo de formar una familia.
Sus cualidades como artista ya habían sido demostradas en la ópera de Andrew Lloyd Weber, Evita, exhibida en Londres y Nueva York. Pero fue con el musical Piaf, con el que ganó en 2009 el Premio Olivier como mejor actriz, en donde encontró su identificación más profunda con un personaje. La carta natal de Elena Roger tiene mucho que ver con la del Gorrión de París; hay algo mágico que las une a través de los tiempos. La Piaf fue una mujer totalmente vanguardista para su época, que se animó a todo y más, logró salir de la calle y convertirse en una de las cantantes más célebres del siglo XX.
“Yo no soy tan osada como Piaf, ella la rockeó más, nada la asustaba; había empezado desde tan abajo que no le temía a nada”, cuenta quien logra revivir a la parisina, cada noche, sobre un escenario de Buenos Aires. “Ella amaba cantar, yo tengo miedo de que el agudo no me salga, en cambio ella decía no importa qué te pase, estás ahí, es algo que no tiene que ver con la perfección sino con la interpretación y eso me da fuerzas para subirme al escenario todos los días”.
De aquella primera interpretación de Piaf a este regreso Elena ha transitado mucho camino: “La disfruto más ahora porque ya no tengo que demostrarle nada a nadie. Mi carrera ya se hizo y volver acá es un regalo que me hago, revivir las emociones tan fuertes que tuvimos hace trece años cuando la hicimos por primera vez”.
Los caminos de la vida
Hay momentos en donde la vida nos plantea un dilema. Elena Roger lo experimentó mientras protagonizaba Evita en Broadway y las puertas del mundo se le abrían de manera inmensa. Paralelamente, había conocido al amor de su vida, el actor Mariano Torre. ¿Qué hacer? ¿Quedarse en Estados Unidos y mostrar su talento por el mundo o volver a Buenos Aires y vivir a pleno su relación? Elena lo cuenta de esta manera: “Fue muy fuerte hacer Evita, atravesar todos los días la historia del país en el extranjero, viví situaciones muy intensas en mi juventud, dos temporadas en Inglaterra y Estados Unidos. Estaba preparada para emprender otro viaje, el de formar una familia”. Además de Mariano, su familia está compuesta por sus hijos Bahía y Risco. “Cuando escucho: ‘Te podrías haber quedado a hacer una carrera allá’, respondo: ‘Bueno, pero hice una vida’. Fui honesta con lo que yo quería, la sociedad te pide que sigas con el éxito que ve desde afuera”.
La pandemia como reafirmación de la vida
¿Cuántas vidas podemos vivir en una misma vida? Después de la pandemia mucha gente se tuvo que reinventar y eso nos hizo entender que podemos transitar diversas experiencias distintas ¿Cómo transformó la pandemia a Elena Roger? “Afianzó cosas que ya tenía pensadas, la valoración del día a día, los vínculos, la familia, las prioridades, estaba bien lo que venía pensando. Pude ver lo positivo en medio de lo que nos pasó; se murió mucha gente, pero podemos ahora cambiar y reflexionar sobre cómo nos alimentamos, cómo disfrutamos a nuestros hijos, cómo tratamos a nuestros adultos. Se impuso una pausa y pudimos enriquecernos”.
La vibración en alza
Para Elena vivir el presente, disfrutar del ahora y ahuyentar todo tipo de miedos. Lo explica así: “Nos preocupamos por lo que va a pasar y estamos llenos de miedo, el miedo nos baja la vibración áurica y entonces nos volvemos más opacos y eso nos enferma; pensamos en que algo malo va a pasar antes de que pase. Yo creo que la vida tiene ciclos, algunos más prósperos, más felices, en los que está todo iluminado, y otros en los que nos pasan cosas malas. Pensemos en el día a día, disfrutemos y cuando vengan los momentos malos, afrontemos los problemas. Los momentos difíciles también traen cosas buenas”.
Sin encasillamientos
Hoy los roles no tienen género, las parejas se complementan y Elena resalta no solo el lugar donde estaba encasillada la mujer sino también el hombre. Era difícil cumplir con el rol en el que estaba puesta la mujer, pero también lo era para el varón: “Mi familia somos mi compañero y yo, una nena, un nene y un perro. Imponemos reglas distintas: en la casa los dos lavamos los platos, los dos cuidamos a los chicos, los dos salimos a trabajar. No hay algo estipulado de quién tiene que salir a trabajar y quién no”.
Y de esa manera vive Elena, una estrella internacional que tiene los pies en la tierra, que disfruta del éxito de un espectáculo y, sobre todo, del éxito de haber sabido formar una bella familia.