Diego “Peque” Schwartzman: “El tenis es mi vida, se lo debo todo al deporte”
En una entrevista íntima, el tenista conversó sobre su carrera profesional, el esfuerzo familiar que lo ayudó a convertirse en deportista y las anécdotas que lo marcaron como persona. LA NACION presenta el segundo capítulo de Alma en el Juego, conducido por Sofía Martínez
Diego Schwartzman (31) es de los pocos tenistas que serán recordados por el deporte argentino. El “Peque”, apodado así desde sus inicios, reflexiona sobre sus grandes pasos en su carrera profesional: el esfuerzo de sus padres por encaminarlo en el mundo del tenis, su llegada al Top 10 del ranking ATP, las exigencias, los miedos y el efecto de la opinión pública en su vida. Ya atravesados los 30 años, y con más de 13 años de profesionalismo en el tenis, Diego Schwartzman pone el foco en el desgaste del circuito del tenis profesional. “Quiero retirarme yo, no quiero que me retire el tenis”, aclara el “Peque”.
–¿Qué cosas guardás en el corazón?
–La suerte que tuve en el camino de toda la gente que me tocó: entrenadores, gente que apoyó mi carrera. Es el día de hoy que me los cruzo en cualquier lado y yo los siento, ni siquiera como algo profesional, los veo como mis “tíos”. Tengo una confianza y un cariño que, cuando arranco con un entrenador nuevo, siempre nombro a cada uno de ellos. Todos me dejaron mucho. No es tan fácil eso en el deporte, es difícil coincidir con la persona. Hasta el día de hoy, que sigo siendo tenista, creo que la mayor cantidad de cosas que me quedaron en la cabeza y el corazón están relacionadas al tenis.
–Leyendo un poco de tu historia, sobre tus bisabuelos, que vinieron de Polonia hacia Argentina, ¿eso también te marca mucho? Tu familia, el sacrificio económico que tuvieron que hacer...
-Era otra época, todavía no habían pasado todas las crisis que después pasaron en la Argentina. Hoy, siendo más grande, lo veo en un montón de situaciones de muchos chicos queriendo dedicarse al deporte, y hoy es prácticamente imposible. En aquel momento, mis viejos habían pasado una etapa de irles muy bien a no tener nada. Éramos cuatro hermanos y ellos haciendo el esfuerzo para que ninguno de los cuatro hermanos nos demos cuenta de que no había nada en casa. Ahí es donde empezó, por parte de ayuda de mis viejos de volverse insoportables con gente que tenían, de que me vayan ayudando, y de esa manera ir financiando el arranque de mi carrera. De grande te empezás a dar cuenta de muchas actitudes y cosas que tenían en el proceso, que yo no me daba cuenta.
–Leí la historia de tu papá, de haber vendido hasta un auto...
-Sí, el Taunus. Taunus marrón. Mi viejo me lo contó mucho tiempo después, pero a mi me echaban de la Academia porque mi papá no podía pagar. Yo me iba a jugar al frontón solo. Yo era chico... entonces como que no te das cuenta a los 12-13 años. “Papá se olvidó de pagar”, decís. En el colegio me pasó lo mismo. Pero sí, me acuerdo que vendió su auto para que yo pueda viajar.
-Recién hablaste de lo que era tu carrera hasta los 20s y de lo que pasó después. ¿Qué creés que pasó después?
-Siempre tuve una prolijidad y una forma de hacer las cosas demasiado profesional. Afuera de la cancha hice las cosas muy bien, me siento orgulloso de eso. Creo que al final eso me hizo sacar una diferencia con chicos que técnicamente eran mejores que yo.
-¿Cómo hacés para salir a jugar un partido de Grand Slam? ¿Siempre lo asimilaste con naturalidad?
-A medida que fui creciendo, tanto en el nivel como en el ranking, me sentía capaz de afrontar todo eso. El año pasado fue distinto, entraba a la cancha y me costaba un poco más encontrar esa motivación competitiva. Me empezaron a pasar cosas nuevas, que van acorde a la edad, al cansancio, que tenés que ir adaptando y encontrando motivaciones. Pero nunca me pasó de entrar a la cancha y bloquearme. Miedo sentís siempre, pero es esa adrenalina que es un nudo en el estómago: me vuelve loco y es espectacular.
-Dijiste que en 2022 te costó un poco más, ¿tiene que ver con los 30?
-Yo creo que sí, porque a los 30 años ya no es joda. Si querés formar familia, a qué edad te vas a retirar, qué vas a hacer cuando te retires. Yo creo que el mayor problema es, en el deportista, que tenés mucha opinión, y te afecta. Tenés que explicarle a todo el mundo cada cosa que hacés. Siempre dije que quería retirarme joven, y no que me retire el tenis.