El Chaltén es uno de los pueblos más panorámicamente bellos del país: la silueta del inconfundible cerro Fitz Roy lo domina desde todos los puntos, y hace que se vea aún más pequeño.
También es uno de los más jóvenes; fue creado en la margen norte del lago Viedma en 1985, casi como una iniciativa de la Gendarmería argentina para afirmar la soberanía nacional en el territorio en tiempos de conflictos limítrofes con Chile, cuando se discutía sobre el Lago del Desierto.
Sin embargo, enseguida fue "tomado" por los escaladores, los trekkers y los amantes de la vida al aire libre en general, y rápidamente se ganó en buena ley su nombre de Capital Nacional del Trekking. Desde allí salen las expediciones a los cerros Fitz Roy, Torre y los famosos Hielos Continentales, y también otras menos exigidas pero igualmente bellas y disfrutables, dentro y fuera del Parque Nacional Los Glaciares.
Si bien hay algunas excursiones en invierno, su temporada alta sigue siendo de octubre a Semana Santa, cuando el pueblo es visitado por unos 40 mil turistas (vs. los 600 habitantes estables).
Hasta no hace mucho, El Chaltén conservaba su aspecto de caserío precario colado en medio de las montañas, casi un refugio: había hostels, caballos, mucha camaradería y espíritu de montaña, pero poco confort.
En el último lustro, las cosas cambiaron rápidamente: se asfaltó la ruta 40 (y la RP 23 que lleva hasta el pueblo), florecieron las hosterías, los restaurantes gourmet y hasta un hotel 4 estrellas. Sin embargo, todavía conserva parte de su encanto de pueblo aislado del mundo: no ha llegado la señal de celular. Para disfrutar el entorno, basta con pasear un poco siguiendo el Río de las Vueltas.
Chorrillo del Salto
Esta es la caminata breve más popular de El Chaltén, buena para familiarizarse con el entorno. Toma una hora de ida; se recorren 5 km sin dificultad, hasta llegar a un salto de agua de 20 metros de altura. Hay que caminar los primeros 4 km por la RP 23 hacia el Lago del Desierto, hasta ver el cartel que indica la senda, que se abre a la izquierda de la ruta. Luego de otro kilómetro atravesando un bosque de lengas se llega al Chorrillo.
Miradores cercanos
Caminando apenas 30 o 40 minutos es posible acceder a miradores panorámicos que permiten apreciar el pueblo y los picos de granito y hielo que lo rodean.
Cruzando el puente sobre el río Fitz Roy se llega a las oficinas del Parque Nacional; allí comienza el sendero hacia el Mirador de los Cóndores, bien señalizado.
Si en cambio se toma el camino hacia el cerro Torre, en 40 minutos se alcanza el mirador conocido como Garganta del río Fitz Roy. Y saliendo por la entrada del pueblo, en dirección al lago Viedma, en 45 minutos se llega al Cañadón del Río de las Vueltas.