Nuestro viaje por Islandia en camper y sin (tanto) frío
El siguiente relato fue enviado a lanacion.com por Sebas Marini. Si querés compartir tu propia experiencia de viaje inolvidable, podés mandarnos textos de hasta 3000 caracteres y fotos LNturismo@lanacion.com.ar
Cuando decidimos que nuestro próximo destino seria Escandinavia, lo llame a mi amigo Tif, que ya había estado en Noruega, para pedirle alguna recomendación y me dijo, categóricamente: tenés que ir a Islandia. Le hicimos caso y fue la mejor decisión que tomamos.
Viajamos en agosto pasado, con una temperatura que variaba entre los 5 y los 12 grados. Verano, para un país que vive 80% del año bajo cero. De hecho visitamos una pileta pública de aguas termales y todos estaban en traje de baño mientras que nosotros llevábamos campera, gorro y botas...
Llegamos a la Reykjavík, la capital, punto de partida antes de alquilar un camper y recorrer la isla. Es una ciudad nueva, pequeña pero en ascenso. De todos modos, lo nuestro era la naturaleza, así que solo nos quedamos un día.
Nuestro camper era un modelo utilitario en el que se reclinaban los asientos para armar una cama. El alquiler incluía una heladera chica, una hornalla a gas y un kit de platos, cubiertos y ollas. Sin gran comodidad ni baño, pero muy práctico para armar y desarmar. Un par de noches prendimos la calefacción solo para calentar el ambiente, pero en general estuvimos bien con las bolsas de dormir, sin frío.
Hay que tener en cuenta que en Islandia no está permitido acampar en cualquier lugar o al costado de la ruta. Existen campings en todos los puntos turísticos alrededor de la isla, con un precio razonable de 15 a 20 dólares para este tipo de vehículos.
El alquiler del camper, en sí, nos costó un promedio de 130 euros por día con seguro básico y kilometraje ilimitado. En invierno, es más barato. No es un servicio económico, pero sí mucho más accesible que un hotel, además de la posibilidad de cocinar y evitar gastar en restaurantes. Fue divertido... ¡por un período corto!
El combustible cuesta el doble que en la Argentina. En algunos puntos es recomendable hacer un cálculo de nafta por que no hay estaciones de servicio a toda hora.
Tampoco hay autopistas, pero las rutas principales están en buen estado. En general, son de doble mano, pero también las hay de ripio en óptimas condiciones, con puentes de una sola a mano en los que se debe ceder el paso. Eso sí, existen también muchas rutas en los highlands donde el acceso es solo 4x4, tanto en verano como en invierno.
Está todo bastante bien señalizado, pero siempre se recomienda alquilarse una sim card local para el teléfono y, con cualquier aplicación, se llega fácilmente a los principales destinos.
La Ring Road es la famosa vuelta a la isla que permite, en distancias cortas y sin desviarse mucho, observar desde extensos campos de lava, géiseres, volcanes, cráteres, glaciares e infinidad de cascadas. Si bien existen este tipo de paisajes en diversas partes del mundo, pocas veces pueden verse sin poblaciones o prácticamente mucha gente alrededor, hace que sea más sorprendente. A medida que uno se distancia de la capital, menos turistas se ven. El país nos sorprendió por su baja densidad de población, hay cerca de 350 mil habitantes en toda la isla y la mitad o más vive en la capital. En el interior, el vecino más próximo puede vivir a más de 20 kilómetros.
Nuestro guía alemán en una excursión nos contaba que realmente necesitan contratar gente de afuera, ya que con el crecimiento de turismo en la región falta mano de obra.
La gente es amable pero introvertida. Todos hablan inglés. Menos mal: intentar hablar o leer su idioma es prácticamente imposible. Un día en la capital estábamos en el supermercado y le preguntamos a una chica local qué significaba una inscripción en un envase. Con mucha simpatía nos lo explicó. Cuando salimos, llovía y nos cruzamos nuevamente con ella y nos ofreció llevarnos en coche hasta nuestro hospedaje. Nos contó que se estaba mudando fuera del país ya que le resultaba muy difícil vivir prácticamente todo el año bajo la nieve...
El proceso de deshielo y la actividad volcánica sobre la isla dejaron formaciones increíbles. Recorrimos 1500 kilómetros y siempre nos encontrábamos con una maravilla natural diferente.
Islandia es uno de los países más caros del mundo, lo que lleva mucha gente a viajar de forma más económica. No hay gran variedad u opciones de restaurantes y hoteles fuera de la capital, lo que hace que la mayoría opte por motorhomes, campers o carpa. Hemos visto hasta gente con autos de alta gama acampando.
Todo está bastante bien señalizado, hay carteles explicativos para quien no va con guía y la mayoría de los atractivos no cobran entrada. Nuestros favoritos fueron el Parque Nacional de Thingvellir, la Catarata Gulfoss, Seljalandsfoss, Skogafoss, Geyser Haukadalur, Dyrhólaey, Playa volcánica de Reynisfjara, Canyons de Þakgil, campo de lava de Eldgjarhraun, Glaciar de Vatnajokull y el Parque Nacional Skaftafell.
Hay uno de los destinos de los Highlands que realmente no se puede dejar de visitar: Landmannalaugar, área volcánica con una diversidad de colores y formaciones única. El acceso es recomendable con 4x4 y solo puede visitarse en el verano europeo.
Islandia todavía ofrece la posibilidad de ver un país que preserva la naturaleza por sobre todo.
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