El nuevo gigante de 18 pisos que navega por la costa de Brasil
Luego de unas horas en el vacío oceánico, la pérdida de noción del tiempo acontece; hasta sobreviene cierta suspensión de la realidad, por más conexión wifi, deportes, diversión y turismo masivo que implique una nave de estas dimensiones.
El MSC Seaview, de la empresa de capitales italianos de la familia Aponte, tuvo su navegación inaugural en Sudamérica a principios de diciembre desde San Salvador de Bahía hasta Santos, Brasil. En esas costas permanecerá hasta marzo y embarcará pasajeros desde ambos puertos.
El crucero, gemelo del MSC Seaside, se inauguró en Génova en junio último. Las cifras del navío-hotel, de tres cuadras y media de largo y 72 metros de altura, que navega a una velocidad máxima de 21.3 nudos, preparado para alojar a 5331 huéspedes y 1413 tripulantes, quitan el aliento de hasta el más sociable de los viajeros. Los escalones de las escaleras del Atrium brillan con cristales de la joyería Swarovski.
Se suma el casino y los bares como el Shine, el Sport para ver el espectáculo deportivo del momento –con 80 tipos de cerveza– o el Caesar Lounge, de música tranquila en estilo bossa-nova. Siguen el spa con 20 tipos de tratamientos y aguas termales, la peluquería, el gran gimnasio, el bowling, el teatro Odeón para 936 espectadores, piletas con toboganes y una tirolesa y un castillo de fantasía sobre el agua.
Para alquilar balcones
Una de las mayores ventajas del Seaview es la gran cantidad de espacio exterior: decks para desayunar o almorzar al aire libre, el piso 18 con sus piscinas y el bello balcón de cada camarote para refugiarse a leer o descansar en soledad; por fin, para contemplar el movimiento y sonido del agua desnuda, "la soledad redonda de todo el mar reunido", como dijo Pablo Neruda.
La sociabilidad está asegurada, especialmente a la hora de almorzar o cenar en mesas comunitarias con horarios prefijados. El público es tan variado como sus preferencias: algunos no descansan nunca y otros juegan al dominó por las tardes con sus amigos y se duermen temprano.
Las embarcaciones grandes se mueven menos, pero el mar es el mar: si hay mal tiempo las personas sensibles se marearán un poco. Si esto sucede basta retirarse al camarote con su bello balcón, donde el arrullo de las olas resulta la receta perfecta para dormir tranquilo.
Para Gustavo Rascovsky, gerente de eventos del MSC Seaview, "esto es un show permanente, pura adrenalina, tiene mucha parte de creatividad y otra protocolar: se aprende mucho y se conoce todo tipo de gente. Por darte un ejemplo, a una musulmana no le puedes dar la mano, a una japonesa nunca la debes tocar, tienes que juntar los pies e inclinarte un poco", cuenta.
De mediana edad, rubio de ojos celestes, a los 14 años Gustavo dio una prueba con Tito Lectoure para entrar como patinador en el elenco de Holiday On Ice y se fue de Buenos Aires para no volver nunca más. Trabajó como bailarín en el Lido de París y en Scala de Madrid, entre otros trabajos, para luego embarcarse y comenzar su carrera en la industria de cruceros hace más de diez años. Habla cinco idiomas. "La vida misma me enseñó, todos lo podemos hacer", dice. Vive nueve meses en el agua y de uno a cuatro meses en Madrid, depende de su necesidad de descanso. Al preguntarle cómo hace con su vida amorosa ríe y contesta: "Sobrevivo".
Ya hace unos años que el perfil del crucerista cambió y el público se amplió, para regocijo de las navieras: a nivel mundial se calcula llegar a 27 millones de pasajeros en 2018. "Con navíos de este tamaño, se satisface la demanda de todos los segmentos de la sociedad: familias con niños (la empresa invirtió mucho en esta área con alianzas con Lego y otras marcas), adolescentes, quinceañeras, parejas de recién casados o no, grupos de amigos y amigas, gente mayor; igualmente el promedio de edad actual es de 35 a 54 años, bastante menor que hace diez años. En los próximos años vamos a construir 14 barcos más", señaló Gianni Onorato, CEO general de MSC Cruceros.
(Casi) todo incluido
En momentos de crisis este tipo de productos y su valor se aprecia aún más. El crucero resuelve los traslados, la comida, el alojamiento, la posibilidad de conocer –por más que sea un poco rápido si las paradas son cortas– distintos lugares y el entretenimiento: son muchas ventajas, todo incluido, con la ilusión de no manejar dinero porque se paga previamente y en cuotas.
Gerardo Ducau, gerente de Cruceros.com, usa y vende hace 20 años este tipo de viajes. Considera a las naves "como destinos en sí mismas" y define al crucerista en general como "una persona que quiere pasarla bien". Dice que, de otra forma, nadie podría en una sola noche hacer tantas actividades: asistir a una función de teatro, vestirse de gala para cenar en un restaurante, ir al casino y después bailar para terminar comiendo snacks de madrugada, todo sin manejar dinero efectivo ni subirse a un auto.
Ducau resalta la conveniencia para las familias de tres o cuatro personas alojadas en un solo camarote con diversiones para todos y los distintos precios: la experiencia "Bella", la más económica, resulta recomendable por todo lo que ofrece por ese precio, sin incluir bebidas ni restaurantes temáticos; luego viene la "Fantástica" (se elige mejor ubicación y la hora de la cena) y la "Áurea", con absolutamente todo para elegir, incluida la bebida.
Además, este barco cuenta con un Yacht Club en los puentes superiores, con 86 suites de lujo: las pasajeros realizan el check in en su sector, cerrado al público general, con mayordomo para deshacer y hacer la valija, entre otros privilegios. "La sectorización de los públicos es otra tendencia de la industria –dice Ducau–. La cantidad de días, el tipo de itinerario, la comida de cada país, el idioma del huésped: hay cruceros para todas las preferencias".
La comida del buffet general del MSC Seaview es italiana de estilo mediterráneo, con platos destinados al público mayoritario de cada destino, en este caso brasileño: no faltan el arroz con feijao ni la farofa. Antes de partir de Italia para hacer la temporada de verano en Brasil se cargan 150 containers, incluida la harina; se compran solo productos frescos en destino.
La pastelería es excelente así como la variedad de frutas y verduras, fiambres, huevos en sus más variadas preparaciones, quesos, pastas, carnes, algo de pescado. En los restaurantes temáticos, muchas veces la comida se vuelve un show. Como en Teppanyaki, mezcla de japonés y hawaiano, con cuchillos y comida que vuelan sobre la plancha de metal donde se cocina frente a los comensales en medio de una gran humareda.
Ni tanto que queme al santo
Los cruceros masivos no son para todo el mundo, pero también los hay de menos camarotes y pasajeros, para quienes los prefieran más íntimos. Resulta interesante leer un artículo que se hizo famoso en todo el mundo publicado originalmente en la revista Harper’s en 1995 por el escritor y periodista norteamericano David Foster Wallace, titulado A Supposedly Fun Thing I’ll Never Do Again (Algo supuestamente divertido que no volveré a hacer), donde describe sin piedad los ritos y ceremonias del barco al cual fue invitado.
Ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre, dice un dicho mexicano: muchas personas disfrutan de este tipo de viajes y al que se pase de cócteles y frivolidad a la larga o a la corta el mar lo hará sentir mal irremediablemente.
Claro que al tiempo de estar en alta mar, en algunos casos surge la irresistible necesidad de desembarcar para pisar tierra firme. Las paradas estipuladas en los distintos puertos pueden cambiar de acuerdo a factores climáticos. El viaje inaugural del MSC Seaview canceló su parada en Búzios por mal tiempo y siguió hasta Río de Janeiro, donde después de un período de espera los pasajeros bajaron a tierra para pasear por el puerto reciclado con preciosos murales del artista urbano Kobra, tres museos imperdibles como el MAR (Museo de Arte de Río) o el Museo del Mañana, y por el bello centro histórico con iglesias antiguas y edificios art déco.
Tips a la hora de embarcar
1. Llevar una muda de ropa y el traje de baño en una mochilita para ingresar al crucero: la valija muchas veces tarda unas horas.
2. No perder la Cruise Card con la que se entra, sale y consume dentro de la embarcación, especialmente cuando se desembarca, porque resulta especialmente engorroso dada la extrema seguridad de MSC Cruceros.
3. El agua de la canilla no se toma. Hay dispensers de agua en el buffet y si no, se compra.
4. Regule las tentaciones y excesos; por más hotel flotante que resulte un crucero, al mar hay que respetarlo.
Datos útiles
Itinerarios
Hasta el 30 de marzo, el MSC Seaview embarcará huéspedes en los puertos de Santos y Salvador, y realizará itinerarios de 6 y 7 noches con escalas en Ilhabela, Búzios, Ilha Grande e Ilhéus. También hará itinerarios de 3 y 4 noches en el sur y sureste, con escalas en Porto Belo, Balneário Camboriú, Ilhabela, Ilha Grande y Búzios, así como también itinerarios de 7 noches con escalas en Búzios, Ilha Grande, Porto Belo y Balneário Camboriú. Tarifas, desde 1238 dólares, en Experiencia Bella, cabina interna, por huésped, en base doble.
Alternativas
El MSC Orchestra es otro barco de esta flota, dedicado al público argentino. Llegó el 26 de noviembre de 2018 y se va el 6 de abril. Con 15 salidas desde Buenos Aires, navegará por las costas de Brasil y Uruguay hasta marzo 2019. Algunas de las ciudades que visitará en Brasil son Ilha Grande, Angra dos Reis, Río de Janeiro, Ilhabela, Búzios, Cabo Frío, y Punta del Este en Uruguay. Tarifa: Experiencia Bella, cabina interna, por huésped, en base doble: 995 dólares.
El MSC Fantasía realizará durante la temporada 2018/2019, 6 recaladas en Buenos Aires con huéspedes brasileños. Además, realizará 3 salidas hacia el Nordeste de Brasil con huéspedes argentinos con itinerarios de 11 y 14 noches recalando en Ilhéus, Salvador de Bahía, Punta del Este, Ilhabela y Río de Janeiro, entre otros. Tarifas, desde 1517 dólares, en Experiencia Bella, cabina interna, por huésped, en base doble.