Sus 75.000 seguidores de Twitter saben que faltan pocos meses para que deje la Argentina. Luego de cinco años como embajador británico en Buenos Aires –con unos 12 meses de bonus por la pandemia– en junio Mark Kent concluye su tarea en el país. Pero gracias a una actitud abierta y cercana, que uno no imaginaría en un representante de su rango, muchos lo van a extrañar, ya que siempre está dispuesto a contestar mensajes o a tomarse una selfie tomando mate.
Su tarea lo llevó a atravesar muchos rincones de la Argentina tanto por motivos profesionales como por placer. Al llegar al país en julio de 2016, ni pisó Buenos Aires: simplemente hizo escala en Ezeiza y partió para Mendoza para un curso intensivo de español. La provincia cuyana es una de las que volvió a recorrer varias veces y suele compartir con cariño la historia del ferrocarril entre Argentina y el vecino Chile. En Santa Fe asistió al partido de Los Pumas-Inglaterra y como parte de la delegación de la Unión Europea viajó a Misiones (cosa que su sucesora Kirsty Hayes no estaría realizando debido a la salida de Gran Bretaña de la UE por el Brexit). Kent también conoció a alumnos de inglés en la provincia de Salta, al gobernador del Chaco y asistió a un partido del Club Atlético Talleres de Córdoba.
En su tiempo libre, el embajador muchas veces ha buscado conexiones entre Gran Bretaña y Argentina, combinando sus pasiones de andar en bicicleta y hacer caminatas para conocer entornos desconocidos. Aquí comparte con LUGARES sus destinos favoritos en el país, sitios imperdibles que Hayes, la ex embajadora británica en Portugal y una aficionada a los concursos de saltos, seguramente también disfrutará.
De Londres a Mendoza
“Había visitado Argentina solo un fin de semana hace 30 años, así que al llegar, no sabía la historia que compartían Reino Unido y Argentina. La conexión entre ambos es impresionante y es la más intensa que tenemos en América Latina. Por supuesto pasamos el ’82, pero también hay ferrocarriles, fútbol, rugby, polo, muchas cosas. Eso, para mí, fue impresionante”, comenta. “Cuando llegué, pasé las primeras tres semanas en Mendoza, viviendo con una familia que me enseñó sobre la cultura y sobre cómo se hacen las cosas acá.
Aprendí mucho sobre vino, por ejemplo... visité muchas estancias y bodegas, siempre hablando con la gente. El concepto de las bodegas de combinar vino con gastronomía es un modelo muy importante para desarrollar el turismo de la zona. Podría fácilmente quedarme un mes visitando todas las bodegas”, agrega. “En Mendoza, hay una historia muy interesante sobre el tren narrow gauge o trocha angosta que iba hasta Chile, espectacular en términos de ingeniería. Construido por los británicos, pasaba por la cordillera y las montañas para llegar a Chile. Luego de esa estadía inicial en Mendoza, viajé a Mar del Plata y me quedé tres semanas para seguir aprendiendo español y me encantó, son dos destinos importantes para tener una idea de la Argentina.”
En La Feliz
“Me gusta Mar del Plata porque es una ciudad costanera tradicional como las que tenemos en el Reino Unido, ciudades como Skegness, Blackpool y Bournemouth. Allí pasan los burros por la playa, algo muy tradicional para los trabajadores del área. Me gustan sus cafés clásicos y los bares que sirven buenas cervezas pero como no sé nadar, apenas meto los pies en el mar (¡además el agua está fría!). Estuve en Balcarce donde visité una estación de tren abandonada y ¡había un inodoro en el baño con la estampa de la corona! Uno puede darse cuenta de los vínculos [entre nuestros países] por esos detalles.”
Chubut
“Me encantó ver las tradiciones galesas en la provincia de Chubut, comer la famosa torta galesa en Gaiman, pero también hacer el avistaje de las ballenas [en inglés, la palabra ‘ballenas’ se traduce como whales, que se pronuncia igual que Gales en inglés, Wales]. Esa tradición galesa es muy importante. También me interesó mucho ver los dinosaurios en el Museo Paleontológico Egidio Feruglio de Trelew y ya están trabajando junto al Science Museum de Londres, una colaboración que pudimos lograr. Recorrí varios lugares en la Patagonia como los glaciares en El Calafate. No pude caminar sobre ellos y tomar un whisky con hielo picado del Perito Moreno por un tema de edad; es para menores de 50 años. ¡Me creo joven pero para ellos aparentemente no es así! Hay cosas espectaculares que hay que visitar en la Patagonia –es toda una experiencia.”
El Norte
“Salta y Cafayate son lugares hermosos y me acuerdo que nos quedamos en un hotel hermoso, Patios de Cafayate. Me gustan los vinos de la zona, de altura, provienen de un suelo pedregoso lo que le da sabores un poco más fuertes. Confieso otra cosa (además de no saber nadar): me dan mucho miedo los caballos. Siempre me dicen que los caballos son mansos, pero en las cabalgatas los míos siempre salen a galopar así que dejo paseos de ese estilo para los demás. También conozco Jujuy que contrasta mucho con lo europeo que es Buenos Aires. En la Quebrada de Humahuaca se nota mucho la influencia de los pueblos originarios, pero también la llegada de los españoles. Una lectura bien diferente. Me queda pendiente visitar las Salinas Grandes. Disfruté de muchas empanadas en el Noroeste pero las empanadas son como los equipos de fútbol: siempre soy hincha del local. En Tucumán, las empanadas son las mejores. En Salta, lo mismo. ¡Un empate técnico!”
La provincia de Buenos Aires
“Soy del campo, del condado de Lincolnshire, y para mí es importante viajar por el interior de un país para entender cómo es. Eso se lo comenté a mi sucesora, Kirsty: que se haga espacio en la agenda para salir de vez en cuando de Buenos Aires. Me gusta hablar con la gente del campo para saber cómo andan sus cosechas. Tuve una experiencia interesante en una estancia en Lincoln, justo el mismo nombre de mi condado, pero en plena provincia de Buenos Aires. Había un cuadro de una vaca que había ganado un concurso en mi pueblo natal, Horncastle, en 1840. Es una gran evidencia de los vínculos que tenemos entre nuestros países gracias al campo. En la provincia hay muchas cosas que tienen que ver con los británicos, el polo o clubs como Hurlingham; a Kirsty le va a gustar el polo.
Y mi club favorito es uno de perfil bajo: el Club Social Inglés en Lomas de Zamora. Es una réplica de un club de trabajadores británicos, todavía tiene mesas de snooker, su bar, una lista de los socios que lucharon. Fui varias veces y te remonta a tiempos pasados. Comí curry y tomé buena cerveza allí, ¡hasta tienen un casco de un bobby londinense! [un policía].”
En Capital Federal
“Me gustan los espacios verdes y caminar o andar en bicicleta por los Bosques de Palermo. Y me parece que hay que conocer todas las canchas de fútbol de Buenos Aires, y visitar La Rural durante julio – lo cual fue mi primer evento oficial como embajador – es imperdible. ¡Hasta las gallinas ganadoras desfilan!”
Lo que el tiempo no permitió
“Hace 30 años, en mi primer puesto en Brasilia conocí el lado brasileño de las Cataratas del Iguazú, pero nunca visité el lado argentino y es algo que quiero hacer antes de irme. También me falta conocer Bariloche y las Salinas Grandes.”