Antiguas edificaciones de enraizadas fortunas se encuentran salpicadas en algunas de las zonas más bellas de Italia. Vivir allí es viajar en un espacio/tiempo propio. Las hay para todos los gustos: en castillos reformados, en palacios reconvertidos, en áreas rurales, o en graneros puestos con estilo de príncipes. En sitios cercanos a los centros más codiciados, vale la pena tomar un poco de distancia para una experiencia diferente. Existen muchas fuentes para llegar a ellas: Airbnb ofrece en sus Experiencias decenas de clases de cocina en la campiña y recorridos para amantes del buen vivir. Para contactar directamente con familias para una experiencia local: Traveling Spoon. Si se quiere optar por el lujo selecto The Trust Collection o My Private Villas y, finalmente, la posibilidad de sitios elegidos por algunas cadenas como Belmond que se comprometieron en la puesta en valor de lugares históricos con respeto por lo local.
Los restauradores del Duomo
Impruneta esconde un secreto: Villa Leon Lori. Inmersa en la región del Chianti, el vino más famoso de Italia, a aparece la propiedad de la familia de Simone. Este es uno de los hitos que el proyecto Traveling Spoon tiene en Europa. Una red de personas que invitan a los viajeros a experimentar a través de la gastronomía hecha en casa, en familia, como habitantes locales, y a dormir allí, si uno lo desea.
El abuelo de Simona y su padre son titulares de una empresa de restauración que, entre otras cosas, realizó la obra de todos los edificios famosos de Florencia. La experiencia es realmente casera. La casa es amplia y sencilla, pero espera allí todo lo que puede esperarse de la zona: pileta, cancha de tenis, viña, olivar, especias, caminatas y horizonte.
¿Cómo visitarlo? Te podés hospedar en sus habitaciones, disfrutar de la piscina y participar en eventos. Esta es su página.
Entre monjes del siglo XII
Un departamento que todavía conserva la estructura original, dispone para el visitante de todo el primer piso. María Rita y Alessio lideran una familia que vive allí y comparte la estadía con los visitantes. Su propiedad está a unas cuadras del centro de Florencia, fuera del espacio restringido para la circulación vehicular, lo que permite llegar en auto y estacionar allí mismo. El transporte público que lleva hacia el Duomo queda a 200 metros del monasterio.
Presentan una sabia combinación de arquitectura clásica y decoración moderna, con recuerdos de sus numerosos viajes cosmopolitas. La zona es apacible en contraste con el bullicioso Ponte Vecchio, con tiendas y una gran heladería. Además de la inmersión en la vida familiar de florentinos, se experimenta una rutina urbana con horarios de trabajo y momento para hacer las compras.
¿Cómo visitarlo? Contactar a los anfitriones a través de Airbnb para conocer su propuesta y hospedarse en un pedazo de historia.
Leonardo y Miguel Ángel
Fiesole se encuentra a 8 km. de Florencia. Fue probablemente fundada en el siglo VIII a. C. por los etruscos. La Villa San Michele comenzó su vida en el siglo XV como un monasterio franciscano, con diseño de fachada atribuido a Miguel Ángel. Desde allí realizó sus primeros ejercicios de vuelo Leonardo Da Vinci. Hoy es uno de los retiros más bellos e icónicos de Europa. Reconvertida en hotel, mantiene la estructura de monasterio, con pequeñas villas privadas, donde los espacios abundan, la quietud monacal se mantiene y las experiencias incluyen búsqueda de bayas, cultivo de olivo, cocina típica familiar y el Chianti Sculpture Park en el pequeño pueblo de Pievasciata.
¿Cómo visitarlo? Podés reservar una habitación con vista alucinante o pasar para una comida en su restaurante, La Loggia.
La vieja torre
Un antiguo establo abandonado en el centro de una pequeña aldea rural llamada Sanguineto. Enclavada en el corazón de la campiña donde los métodos tradicionales de cultivo de la vid y el olivo todavía son la regla. Con la sabiduría de mezclar tecnología y materiales originales, conserva toda la estética original con los recursos del buen vivir: calefacción central, electricidad propia, jardín privado, cocina... y vistas, de esas que dejan mudo hacia el paisaje circundante. Un sitio donde nada se escucha más que la naturaleza. Los perfumes de la lavanda y el romero hacen que sentarse fuera sea especial mientras las vistas del lago Trasimeno parecen irreales.
¿Cómo visitarlo?Reservando el lugar que tiene 5 estrellas entre los usuarios de Airbnb.
Vista al paisaje
La Toscana también invita a recorrer sus colinas. Una experiencia tan rica como la de las vides se puede experimentar en el Castello Di Segalari, un sitio donde el medioevo se respira en las paredes de piedra expuesta. Su Sala Lombarda es un salón que revive la época de las cruzadas con una fuerte biblioteca y riqueza en el mobiliario. Nueve habitaciones y todas las experiencias de la vida moderna, se reúnen en el sitio: pool, pileta, cancha de tenis, área de yoga, capilla propia. Recibe hasta veinte visitantes simultáneamente y sólo se alquila completa.
¿Cómo visitarlo? Se pueden alquilar habitaciones sueltas y también el lugar completo para eventos. Boda con vista a La Toscana, no suena mal.
Palacio en la colina
Una modesta casa de campo del siglo XIV, es el origen de Villa Salviatino, en la zona de Maiano. La estructura original fue una fortaleza romana. A lo largo de los años, fue restaurada por algunas de las familias de élite de Florencia. A finales de 2016, Il Salviatino quedó bajo la propiedad de Alessandra Rovati Vitali, emprendedora, artista, diseñadora innovadora, quien está incorporando una estilo de marca distintiva basada en el estilo italiano y el gusto internacional.
Con frescos originales, jardines orgánicos y una terraza con vistas, propone la caza de trufas, visitas privadas a las bodegas y las cenas toscanas de estilo familiar. La villa está rodeada por cinco hectáreas de parque privado.
¿Cómo visitarlo? Tienen un restaurante con vista espectacular a los jardines. La información está en su página.
En el reino Médici
El Giardino di Boboli mira al Arno desde el sur. Allí, Villa Cora fue construida a fines del siglo XIX por el arquitecto Pietro Comparini a pedido del Baron Oppenheim. La obra refleja los estilos arquitectónicos de este periodo. Es posible alojarse en la construcción principal, con toda la estructura tradicional de salones concatenados, el piano nobile como espacio central y vistas circundantes desde todas las ventanas. Pero también se puede hacerlo en algunas de las villas privadas con vistas a los Jardines Boboli fuera del edificio principal. La buena vida tiene perfume y se huele en sus jardines.
¿Cómo visitarlo? Vale la pena ir aunque sea a comer para poder ver sus increíbles salones. Para asegurarse, mejor reservar por adelantado.