La mixtura entre vanguardia y clasicismo es uno de los hits de la ciudad eterna. Los sitios más buscados de la Roma coinciden en sorprender desde resquicios ocultos, puertas diminutas y poca estrategia comunicativa exterior. El deslumbramiento es aún mayor cuando, atravesada esa puerta modesta, imperceptible, disimulada entre el resto de las propiedades de la calle, se abre la dolce vita en su expresión más genuina. Aquí un recorrido por los lugares más elegantes y exclusivos para alojarse en Roma. Y si el presupuesto no alcanza, para tomarse un ristretto.
Un paseo por el parque
El paseo romano por excelencia para aquellos que desean sentirse locales es deambular por Villa Borghese: sus jardines, su museo, su café, el lago... Allí, ell Aldrovandi, con las reminiscencias históricas de Valle Giulia y la Galería Borghese, es uno de los más apetecibles hoteles a poca distancia de lugares extraordinarios como Piazza Spagna y Via Veneto, con todo su glamour conservado en el tiempo. Esta gran villa de marfil del siglo XIX, vestida con candelabros de mármol y cristal, es una casa independiente recientemente renovada. Un antiguo convento con su propio parque privado de colorida vegetación exótica.
Allí el bar se sumerge dentro de la vegetación. Nada se escucha detrás de sus paredes de la ajetreada vida romana.
Es un sitio concurrido por personas de negocios que viajan con familia y desean discreción. Un paseo más amplio se puede hacer en su sitio.
Visitando al Senador
Pasar por Roma es sentirse tentado a visitar más allá de los lugares históricos. Las villas donde eligen vivir los acaudalados personajes de la ciudad permiten hacerse a la idea de cómo es la cotidianeidad en una de las ciudades más visitadas del mundo. Entre la mirada atenta del Coliseo y las cúpulas del Vaticano con toda su arte y religiosidad emerge Villa Spalletti Trivelli con una historia abrumadora: Gabriella Rasponi, viuda del conde Venceslao Spalletti Trivelli (quien fue senador del Reino) sobrina de Gioacchino Murat y de Carolina Bonaparte (hermana de Napoleón). A pocos metros del Quirinal, el centro político de la ciudad, esta villa patricia de inicios del siglo XX, con vistas a un encantador jardín a la italiana, alberga una de las soluciones de hospedaje más originales y exclusivas en Roma. Decoración antigua procedente de la colección privada de la familia Spalletti Trivelli, en una experiencia de un lujo atemporal inmersos en la relajante atmósfera de una antigua casa nobiliaria.
El toque italiano inolvidable
Como un fotograma del film "La Dolce Vita" de Federico Fellini, Vía Véneto se abre entre las venas de Roma como una decadente y barroca experiencia que conserva plena actualidad. Allí, el Hotel Baglioni se confunde en el encanto y elegancia atemporales del estilo Art Deco.
Las habitaciones y suites tienen el sello perfecto del "made in Italy", equipadas con lujosas telas y lámparas de Murano, e incluyen baños de mármol y balcones privados. El espacio ideal para vivir la experiencia a pleno es el ático romano, que ocupa toda la planta superior y tiene una terraza privada envolvente con bañera de hidromasaje.
Lo realmente imperdible, y que convoca al jet set internacional, es que desde gran parte de sus habitaciones se divisan los monumentos más clásicos de Roma. Asomarse por ellas es introducirse en un cuadro típico con el Coliseo por un lado y el Vaticano por el otro.
Calce perfecto
Hasta hoy, el Palazzo Spini Feroni es la sede de la casa de moda Ferragamo y su impresionante museo. Situado en Piazza Santa Trinita y rodeado de las tiendas de compras divinas de Florencia, el Museo Salvatore Ferragamo exhibe bellamente la vida de su genio, que trajo fama mundial a la moda italiana.
Con ese concepto, su hijo Leonardo le rinde homenaje con la conceptualización del lujo a medida en su bello Portrait Roma. El genio en el arte de la fabricación de calzado y maestro de la hospitalidad ha dejado en esa pieza exclusiva, donde vivir Roma a la medida. La estancia está llena de recuerdos de Salvatore Ferragamo y del transcurso de su vida , los mejores materiales y telas, la opulencia exhibida en la gran cantidad de espacio, pero a la vez es discreto, una espléndida casa con vistas a Piazza Spagna, con una terraza propia y privada
Viviendo como un Napoleón
La característica principal del Palacio Ruspoli es su gran escalera. Cuatro tramos de treinta peldaños de mármol que se elevaban desde el pórtico en el lado que daba a Largo Goldoni. Fue considerada popularmente una de las "cuatro maravillas" de Roma, junto con el Cembalo Borghese, La Farnese Dado, y el portal de la Sciarra Colonna.
Fue construido en 1640 por la familia Caetani, los terceros propietarios del edificio que en ese momento ya tenía su propia historia. La estructura original se remonta a 1556. El arquitecto fue probablemente Nanni di Baccio Bigio. Sufrió innumerables modificaciones y ampliaciones hasta tomar la dimensión de hoy.
La historia transitó por sus cuartos. La hija de la emperatriz Josephine, separada de su esposo el conde Louis Bonaparte, vivió en el palacio, que aumentó su prestigio gracias a ella y sus reuniones sociales y salones literarios. Fiestas y conciertos, detrás de las escenas de las cuales se ocultaban intrigas políticas para el futuro de sus hijos, Napoleón, Louis y Louis Napoleón. Este último se convirtió en el emperador Napoleón III.
Es un hotel boutique por el que si no se entra, no se accede a los tesoros escondidos en su interior. La propiedad tiene solo dos habitaciones: la suite Napoleón, con un gran salón lleno de antigüedades y una sala de estar, y la suite Roof Garden, que tiene un estilo más contemporáneo.
Del brazo de George Clooney
En uno de los sitios favoritos de artistas y escritores, estrellas y políticos, apodado por el poeta francés Jean Cocteau como "paraíso en la tierra" en 1917, el Hotel De Russie deja sin habla. Su más bella suite, con más habitaciones de las que se pueden contar, está bordeada totalmente por una terraza que balconea a la vida romana. Tan larga que parece siempre haber más.
Su Jardín Secreto es el refugio escondido más romántico de la ciudad. Gradas mediterráneas, rosales, naranjos y pinos antiguos, junto a la pequeña cascada que fluye entre tres ninfas permite experimentar la magia por sí mismo.
Luna de miel de príncipes
Cuando los príncipes de Mónaco Rainiero y Grace Kelly eligieron el sitio a dónde ir luego de su casamiento se decidieron por un palazzetto del siglo XIX con vista a la Plaza de España. Uno de los escondites en donde realizaban los banquetes de Lucullus. Las celebrities no dejaron de llegar al Hotel Hassler desde entonces. Desde Leonardo Di Caprio a Audrey Hepburn, el libro de visitas del hotel está colmado cual cuadernos de autógrafos.
El sitio se abrió en 1893 y ocupa el lugar más codiciado de Roma, justo sobre una de las colinas más bellas de la ciudad, ofrece vistas panorámicas desde casi todas las ventanas. Su restaurante, Imàgo, galardonado con una estrella Michelin, es reducto de las estrellas de cine, aún cuando no se alojen en el hotel. Las reservas se pueden hacer en hotelhasslerroma.com.
Un diferente punto de vista
Rome Cavalieri es uno de los hoteles de la clásica cadena Waldorf Astoria. Su apertura, en 1963, coincidió con el esplendor del cine italiano y el crecimiento de Cinecittá bajo la época de "Hollywood on the Tiber".
El edificio es un ejemplo de arquitectura modular de estilo net y funcional. Reúne algunos puntos incomparables. Un parque mediterráneo privado con vista a Roma y al Vaticano gracias a su privilegiada ubicación en una de las ocho colinas de la ciudad, el Monte Mario; suites todas con balcón y terraza privada; "Imperial La Pérgola", el restaurante en la azotea, único con 3 estrellas Michelin en Roma, la colección de arte más prestigiosa que se puede encontrar en uno hotel de todo el mundo. Antigüedades exóticas del siglo XVIII y pinturas contemporáneas de Andy Warhol y Robert Indiana colman las habitaciones, en tanto tres obras de Giovanni Battista Tiepolo adornan el lobby.
En el exilio de Alfonso XIII
Inaugurado en 1894 como Le Grand de Roma por César Ritz, el rey de los hoteles de lujo, y rebautizado como The St. Regis, es uno de los palacios más impresionantes de la ciudad. Allí, en la Suit Real, estableció su residencia en el exilio durante el franquismo el rey de España, Alfonso XIII. Pasó allí la última década de su vida.
Los estilos Regency, Empire y Louis XV se superponen a diseños más modernos como la suite Bottega Veneta diseñada por Tomas Maier. La herencia real lo persigue y se trata de un sitio amado por las coronas europeas.