La batalla de Río de Janeiro para recuperar turistas
"Los argentinos prefieren otros lugares antes que Río de Janeiro". "Muchos cambiaron una escapada a las playas cariocas por Punta del Este". "Necesitamos que trabajen más para combatir la inseguridad y el narcotráfico".
Estos fueron sólo algunos de los comentarios que operadores turísticos especializados en el destino Brasil le hicieron al gobernador Wilson Witzel durante un encuentro en la embajada brasileña con el Comité Viste Brasil, en su visita a Buenos Aires.
Lo cierto es que Río de Janeiro en particular y Brasil en general, en los últimos años perdieron turistas, asustados por la creciente ola de asaltos y homicidios y los constantes enfrentamientos entre grupos de diferentes favelas con la policía.
El año pasado, por ejemplo, la cantidad de argentinos que viajaron a Brasil disminuyó un 25 por ciento. Y el nuevo gobernador, un exjuez federal, que asumió hace poco más de seis meses, tomó nota de la situación y se propuso como prioridad en sus políticas de estado recuperar a los viajeros y combatir la delincuencia con mano dura, sea como sea, en la misma línea que el presidente Bolsonaro.
"El turismo es el nuevo petróleo del Estado", repite una y otra vez como un mantra, una guía a seguir. El turismo será, según Witzel, el motor que ayude a Río de Janeiro a salir de la bancarrota en la que cayó. La apuesta de Witzel es reposicionar a Río y mostrar que cambió radicalmente desde que se hizo cargo de la gobernación, que vive un nuevo tiempo.
"Asumimos en una situación caótica, Río necesitaba un nuevo amanecer político y desarrollo económico. Comenzamos por la seguridad: logramos organizar la policía. Ahora tenemos la mejor policía de Brasil", comenta.
El primer gran logro que celebra y comparte con su auditorio es que en lo que va del año no hubo episodios violentos contra turistas. "Tenemos tolerancia cero contra los ataques a los turistas. Ahora se puede llegar a cualquier hora a la ciudad, porque hay mucha policía en las calles". También se encarga de aclarar que la violencia está localizada en grupos puntuales, relacionados con el narcotráfico y alejados del circuito turístico.
"Río está más tranquilo, hay más shows en las calles y en espacios culturales, también funciona muy bien el metro y es seguro para recorrer la ciudad", agrega.
Enseguida despliega los números oficiales que avalan las mejoras en seguridad, comparando el primer semestre de 2018 con los de este año:
Los homicidios disminuyeron un 23 %. Los robos violentos seguidos de muerte cayeron un 35 %. Esta mano dura, violenta, les dejó un aumento del 15 % en las muertes provocadas por las fuerzas de seguridad, dato que celebran, pero muy cuestionado por organismos de derechos humanos.
"Nadie quiere matar al bandido, pero este tiene que saber que si no se entrega, muere", dijo recientemente después de enfrentamientos con helicópteros y francotiradores en la Favela da Maré, el actual campo de batalla, en el norte de la ciudad.
Entre las estrategias para recuperar viajeros perdidos, desde el gobierno planean una inversión de cinco millones de dólares en promoción en el exterior, con fuerte foco en la Argentina, por ser el principal mercado, en otros destinos sudamericanos y en Estados Unidos, con políticas más agresivas en los próximos años.