Glamping y actividades acuáticas para (re)descubrir el Nahuel Huapi
SAN CARLOS DE BARILOCHE.- El Parque Nacional Nahuel Huapi, uno de los más grandes del país con 710.000 hectáreas, requiere tomar decisiones antes de viajar. El calor invita a zambullirse para conocerlo desde el agua: ríos turquesas, lagos azules, rápidos verdes, cascadas blancas... la experiencia puede ser en barco, en catamarán, en kayak, en balsa, en stand up. Pero, sin lugar a dudas, adquiere otros colores lejos de la orilla.
Para los más osados, el turismo aventura ofrece distintas variables para navegar en los ríos Manso o Limay.
El rafting en el río Manso tiene distintos niveles: hay circuitos más movidos que llevan al límite con Chile por rápidos de riesgo, y otros más amigables para hacer en familia.
Las excursiones parten desde el lago Steffen que atraviesa bosques de lengas, arrayanes, radales y coihues donde es habitual ver pájaros carpinteros. También es posible observar a los patos de los torrentes, una especie en peligro de extinción en este Parque.
La aventura desde el río Manso inferior no requiere experiencia en rafting. Los niños y las personas más grandes pueden subir a las balsas, dotados de cascos y chalecos salvavidas. No es imprescindible saber nadar. Solo hay que tener ganas de remar, dejarse llevar por la corriente y divertirse.
En una navegación de casi tres horas es posible tirarse al agua más fría y verde que uno haya visto y refrescarse entre las truchas que saltan. El baño de agua helada y cristalina será inolvidable. En cada grupo, de no más de diez personas, hay un guía capacitado en seguridad en ríos y montañas que ayuda a regresar a flote, así que solo hay que tomar un poco de coraje para zambullirse a nadar.
Para todos los gustos
La flotada que parte desde el lago Steffen tiene una primera hora de trayecto más suave, y ofrece un almuerzo en playas desérticas antes de ingresar a los rápidos más emocionantes conocidos como banda de billar, diente de hipopótamo, montaña rusa y roca magnética.
La flotada en el Manso en la Frontera es más extrema y se recomienda para aventureros con experiencia en rafting ya que la balsa puede darse vuelta. Es la excursión con más adrenalina, porque el río se torna más bravo en el límite con Chile. La navegación circula por hitos conocidos como el cajón de terciopelo, agujero de ozono, el tobogancito, garganta profunda o éxtasis y termina en el hito fronterizo con el país trasandino.
"Era todo agua con burbujas", relató Mario Pimentel, un hombre que realizó la flotada Manso a la Frontera. "He navegado bastante antes, pero la fuerza de esta experiencia es inimaginable", aseguró.
En el grupo de rafting también estaban Gustavo Borches, Enrique Verde, Guillermo Promesti y Adrián Lamandia. Todos recordaron la jornada como una de las más divertidas de su estadía. "Fue plena aventura. Los rápidos eran movidos. Nos caímos al agua. Fue picante. Volvimos a ser chicos", dijeron los varones, felices con la experiencia de máxima adrenalina.
En el río Limay no solo se puede hacer rafting tradicional en balsa. También es posible hacer stand up rafting, único destino en Latinoamérica que ofrece esta propuesta, según afirman los prestadores del área.
El tramo que se navega de este río va desde Rincón Chico, a 25 kilómetros de Bariloche, hasta Villa Llanquin, situado a 38 kilómetros de la misma ciudad. La experiencia de remar parados sobre una tabla, con menos riesgo que en el río, se puede practicar en casi todos los lagos del parque, al igual que las excursiones en kayak.
"Cada vez más gente elige la experiencia de conocer el parque nacional desde el agua", dijo Pablo Bruni, secretario de Turismo de Villa La Angostura. "En los lagos que rodean a la villa se han diversificado las excursiones en veleros y en kayaks", aseguró. "Solemos navegar en Croacia, pero nunca vimos aguas tan lindas", dijeron Catherine y Frank, dos turistas alemanes de visita en La Angostura.
El Parque Nacional Nahuel Huapi abarca dos provincias -Río Negro y Neuquén- y comprende varias ciudades en toda su extensión: Bariloche, Dina Huapi, La Angostura más las villas Mascardi y Traful. Las ciudades más grandes comparten el lago Nahuel Huapi y se unen por el agua.
La visita al Bosque de Arrayanes e isla Victoria es el clásico para los visitantes. La salida es desde Puerto Pañuelo y la navegación es de poco más de una hora. El bosque de Arrayanes dispone de un sendero de unos 800 metros entre los árboles color canela con flores blancas, y una magnífica casa de té construida en ciprés. Según la leyenda, Walt Disney se inspiró en esta construcción para diseñar la casa de Bambi.
La navegación en catamarán permite cruzar desde Bariloche a La Angostura para llegar a la Villa tras una caminata de unos 12 kilómetros por el bosque y se puede realizar en el Modesta Victoria, barco emblema del Nahuel Huapi, que seis décadas atrás transportó los restos de Francisco Moreno –creador del sistema de parques nacionales– hasta su sepulcro final en la Isla Centinela.
Esta isla se puede divisar en la excursión a Puerto Blest y Lago Frías, acaso algunas de las navegaciones más bellas de la Patagonia.
La selva valdiviana dota al lugar de una vegetación exuberante: lianas entre los árboles adornados por orquídeas silvestres amarillas o naranjas e inmensas cascadas de montañas de agua cristalina se divisan tras una hora y media de navegación en catamarán que parte regularmente desde Puerto Pañuelo.
El catamarán navega una hora y media antes de llegar a Puerto Blest. Allí, tras un breve descanso el viaje sigue por tierra hasta Puerto Alegre. Y tras otros quince minutos el viajero arriba a las aguas turquesas del lago Frías, el límite con Chile por el paso Pérez Rosales.
De regreso, la Cascada de los Cántaros tras otros quince minutos de navegación, requiere subir unos 700 escalones para observar el manantial de agua puro que baja de la cordillera prístino y exuberante.
Si el viajaro dispone de tiempo quedarse una noche a dormir en la hostería de Puerto Blest es una excelente opción: en ese caso no se paga el boleto del catamarán, ya que es la misma empresa concesionaria.
Dormir en la península es una experiencia inolvidable dada la paz del lugar al caer la tarde, cuando se va el último catamarán. Al caer el sol toda la selva se refleja en el lago y, posiblemente, el viajero nunca olvide el color turquesa del agua.
Acampar sin perder el glamour
Acostarse a dormir mirando las estrellas y despertar mirando el lago no es un sueño. Aquí, en Villa La Angostura, el glamping ofrece domos y burbujas transparentes con todas las comodidades de un hotel boutique, pero en íntimo contacto con la naturaleza.
En los techos y paredes transparentes de las unidades es tan relajante ver llover, como ver salir o esconderse el sol.
Cada burbuja ofrece colchones sommier con bolsas de dormir, cubiertos y un fabuloso sillón para contemplar el lago Nahuel Huapi.
El glamping ofrece también un fogón con disco y parrilla situado junto a un balcón con mesas y sillas frente al lago donde los huéspedes se reúnen al caer la noche para cocinar las truchas que pescaron durante el día.
Hay baños con duchas para compartir con la limpieza y el confort propios de un hotel. "Es espectacular. Vinimos por una noche para conocer y nos encantó. Dormimos con todas las comodidades", dijo Milagros Montenegro, una de las primeras huéspedes del glamping que abrió el 15 de diciembre último.
Las burbujas están fabricadas con policarbonato transparente que tiene filtros UV y están cubiertas por techos también transparentes para estar completamente integrados con el entorno del lugar situado en Puerto Manzano.
A poco menos de un kilómetro se encuentra el Refugio Andino, un club náutico que ofrece todo tipo de actividades acuáticas: optimist, kitesurf y windsurf, entre otros. Muchos de los deportistas que llegan a esta villa para participar de maratones internacionales y travesías acuáticas eligen el glamping ya que por sus características es único en este parque.
Los domos y las burbujas no son la única atracción: el viajero puede optar además por dormir en una pirámide construida con madera y acrílicos que es única en la Patagonia norte.
"Esta es una experiencia distinta. Aquí vienen quienes ya hicieron camping y los que nunca lo hicieron. Todos se van asombrados", dijo la camarera que ofrece el desayuno, Mariela Smietuch, oriunda de Entre Ríos.
Datos útiles
Dónde dormir
Glamping Inspira: desde $1300 por persona en base doble. www.glampingpatagonia.com.ar
Hotel Puerto Blest y Hotel Panamericano: desde $2000 cada uno
Bellevue Bed and Brekfast: $1500 por persona
Qué hacer
- Puerto Blest: $1640 mayores; $820 menores y jubilados
- Isla Victoria y Bosque de Arrayanes: $1640 mayores; $820 menores y jubilados
- Lago Frías: $1640 mayores; $820 menore y jubilados
- Rafting río Manso: desde $1700
- Flotada en el Limay: $1400
Dónde comer
- Bellevue salón de té. Km 24 de avenida Bustillo. Desde $300 por persona. Buen té y mejor jardín con vista al lago Moreno
- Patacón Restaurant. Km 7 de avenida Bustillo. Excelente atención. Desde $1000.