Exploración del sur del Paraguay, desde Encarnación hasta Asunción, pasando por las ruinas jesuíticas de Trinidad y la curiosa localidad de Tañarandy. De regreso, un alto en Santa Rita para visitar a los sorprendentes Saltos del Monday.
Cruzamos a Encarnación por el puente San Roque González de la Santa Cruz. Diluvia cuando pasamos la frontera: la línea del horizonte de Posadas se pierde por completo de vista. En cuanto a Encarnación, sabemos que fue fundada en 1615; pero no quedan vestigios del pasado a primera vista. Lo más notable es la remozada Costanera (2010) y las tres playas, que concentran una importante afluencia turística cuando el verano arrecia. En las cercanías visitamos el Hotel Tirol, un gigantesco complejo venido a menos sobre la falda de un cerro, donde dicen que el dictador Stroessner llevaba a sus amantes.
Santísima Trinidad del Paraná es la reducción jesuítica más extensa del Paraguay, emplazada sobre una colina a 50 km de Encarnación. Fundada en junio de 1706, en 1728 ya contaba con una población de 3.000 guaraníes y hoy alberga más de 4.000 restos líticos (piedras talladas) y el templo mejor conservado de todos. Llegamos al caer la tarde, entre brumas, perseguidos por gallinas negras y teros chillones que han hecho de las ruinas su morada. El recorrido, bien señalizado, no requiere guía: ypykuéra-roga (habitaciones de los indios que, construidas en hileras, evocan acueductos romanos), okarusu-tuichavéva (plaza mayor), koty (claustro), itapu-renda (campanario sólido, cúbico, con dos ventanucos por lado), twity (cripta subterránea), mbo´ehao (colegio), mba`aporenda (talleres de oficios), kokué (huerta con pirca) y tupão (iglesia). Las ruinas del tupão son impactantes: el pórtico de la sacristía, la pila bautismal y el púlpito se yerguen incólumes entre imágenes descabezadas, hornacinas que el musgo cubre como oleaje, y un friso casi intacto con orquesta de ángeles que tocan el clavicordio, la trompeta, el clarín, la flauta y el arpa paraguaya.
El pueblo San Cosme y Damián fue fundado en 1632 por el jesuita italiano Adriano Formoso en homenaje a los mellizos de origen árabe, boticarios de profesión, martirizados en Sicilia en el siglo III. Cambió de lugar cuatro veces hasta llegar a su emplazamiento actual frente a la isla Yaciretá (jasý retã, tierra de la luna) donde, si el Paraná acompaña, pueden hacerse excursiones a las dunas. Aquí llegó en 1703 el padre Buenaventura Suárez, santafesino de nacimiento y descendiente de Juan de Garay, más conocido como "el primer astrónomo criollo". Autor de El lunario de un siglo, construyó, con ayuda de los indígenas, un telescopio y un cuadrante astronómico con cañas tacuaras, maderas y cristal de cuarzo. En el Observatorio Astronómico nos reciben Antonio Ramírez y Jorge Benítez, que nos harán ver en el pequeño planetario como si contaran un cuento: el cielo de los guaraníes. Las tres Marías como viudas llorosas; las Pléyades, un panal de abejas o un grupo de personas que tiritan (bellísima manera de interpretar el titilar de las estrellas); la Cruz del Sur, una huella dejada por un ñandú.
De la reducción solo queda, amén de unas ruinas dispersas, la iglesia parcialmente restaurada y todavía en uso. Las imágenes talladas en madera, 22 en total, tienen más de 250 años y son ejemplos únicos del barroco hispano-guaraní: el Jesús de la Columna es retacón, de piernas cortas y musculosas; el pilar que sostiene el sagrario ostenta la imagen de un guaraní entre el follaje tupido; Cosme y Damián parecen recién salidos de la selva. Pernoctamos en La casa de Loli, donde Claudia Pistilli nos recibe con esa amabilidad alegre y campechana que iremos encontrando en todos los rincones de Paraguay.
San Ignacio Guazú y más allá
San Ignacio Guazú, la "capital del barroco hispano-guaraní", fue fundada en 1609 por los padres Lorenzana y San Martín con el beneplácito del cacique Arapysandú, quien, como quien fuma la pipa de la paz, los llevó hasta sus tierras para que levantaran un altar y celebraran la primera misa. En la plaza principal, con macetas de colores idénticas a las de los patios porteños, pasa una viejita centenaria en calesa que ella misma conduce y coches y motos paran a comprar hierbas para el tereré. La puestera Lourdes nos prepara una mezcla especial de kokayaí (coquito para el mate), yaguareté kaá, doradilla, flor y hojas de siempreviva, uña de gato, taaropé, kaapí-katí y cola de caballo que arranca directamente del campo. En el Museo Diocesano, dirigido por los cuatro jesuitas que aquí residen y organizado en cuatro salas, nos enteramos de que, salvo las imágenes que los pobladores guardaron en sus casas, no queda nada del templo original, que llegó a tener seis retablos y 22 imágenes entre nave y sacristía realizadas por el maestro pintor Felipe Abolatu y el jesuita José Brasanelli. El contraste es brutal: las esculturas atribuidas a Brasanelli son grises y lánguidas como figuras de El Greco; aquellas donde se evidencia la mano guaraní son rotundas y sensuales.
A Tañarandy se llega por camino de tierra: el asfalto termina a cuatro cuadras de la plaza de San Ignacio y 2 km después se ingresa en la "tierra de los irreductibles" (también apodados "herejes" o "demonios"): los indígenas que no se dejaron dominar por los jesuitas. Si algo caracteriza a las ciudades pequeñas y los pueblitos del Paraguay es la profusión de coloridas figuras en los jardines y entradas de las casas: garcitas y tucanes, jangaderos cargados de flores, cisnes prodigiosos, ciervos y leones opacan a los tremebundos enanos de cemento de los suburbios argentinos. Pero apenas entrar en Tañarandy empezamos a ver otras figuras: un santo de porte guaraní sobre una columnata rosa, dos lechucitas corroídas por la lluvia coronando los postes del puente, y en las fachadas de las casas placas de azulejos que ilustran el oficio de cada familia: los Silva hacen uy´a renda (arte en bambú), los Heredia Talavera son docentes, los León músicos y saltimbanquis, los Genez criadores de gallinas... Don José de los Santos, sentado en la puerta de su casa, nos convida "el tereré del estribo" perfumado con apepú (naranja agria) y comenta que en esta calle, todos los Viernes Santos al caer el sol y bajo la batuta de Koki Ruiz –el artista del pueblo, autor del altar de maíz donde el Papa Francisco celebró misa durante su visita al Paraguay– marcha una procesión con velas encendidas reviviendo un rito antiquísimo: el jetopa (encuentro) de los estacioneros (varones que cantan mientras recorren las estaciones del Vía Crucis). El agregado que hizo Koki a esta tradición son los "cuadros vivientes": puestas en escena de pinturas famosas.
Es toda una figura Koki. Autor, por ejemplo, del cartel fechado en 1998 que dice "La comunidad de Tañarandy da la bienvenida a los extraterrestres que nos visitan" y conjuga el aterrizaje de un plato volador con el advenimiento de la Virgen. Vamos a visitarlo. Sabemos que llegamos a la casa-taller de Ruiz porque, pasando la alameda, el suelo es un vértigo de esculturas a medio terminar y herramientas varias: martillos, cinceles, una maza. Koki viajó ayer a Asunción, pero la casa está abierta, y hacemos un "retrato del artista" in absentia. El penetrante olor a trementina, la mesa sembrada de óleos, los pinceles, alguna espátula... Un retrato de Ruiz pintado por Gil Alegre Núñez lo revela como un hombre canoso de mirada directa. En el parque exuberante, varias figuras humanas y una cabeza de caballo color terracota cubierta de hiedra y musgo.
A unos 15 km de San Ignacio, Santa María de Fe, tiene tres atracciones principales: el Taller de las Artesanas –donde las bordadoras locales se reúnen a platicar y practicar su oficio cada día–, el Museo –que alberga 56 tallas en madera de una sola pieza, en su mayoría hechas por guaraníes– y la plaza principal con su familia de ocho monos carayá: los protegidos del pueblo, esta tarde ausentes con aviso por la lluvia molesta.
Asunción del Paraguay
Lo primero que hacemos al llegar a la capital es ir al Mercado 4 es un recorrido obligado para palpar el ritmo de la ciudad: un lugar ideal para comprar hierbas que lo curan todo, verduras para la sopa, cds interminables de chamamés y guaranias, y hasta pollos vivos con incierto destino de olla. Y si bien los productos chinos lo han invadido todo, como en todo el mundo, queda un resabio de las viejas costumbres en los puesteros que prácticamente viven en sus barracas: desde la manera de apilar las hortalizas y pesarlas hasta el pícaro regateo. La comunidad de las Lomas de San Jerónimo –un barrio humilde en lo alto de una loma con ermita– recibe a sus visitantes con un cartel que dice "Terequehé paraîte" y, según Graciela Coronel (una de las vecinas y gestoras del proyecto turístico), podría traducirse como "Que lleguen bien" o "Bienvenidos". Hay que venir de día si la idea es caminar tranquilamente, o bien sumarse a los festejos en La casa del mojito los viernes y sábados por la noche.
Si se trata de almorzar, dos bares del centro son cita obligada: el Lido –preferido de los locales; imperdibles el pastel de mandioca, el mbejú, el sollo y el quiveve– y el Bolsi, para paladares ligeramente más sofisticados. Para la cena, el bistró de La Alondra o alguno de los restaurantes del barrio de las Carmelitas, donde el sushi y la comida mexicana hacen furor entre propuestas gourmet de cocina típica paraguaya.
El Museo del Barro es otra visita obligada. Comenzó como iniciativa privada de Olga Blinder y Carlos Colomino y hoy alberga la más maravillosa colección de arte popular paraguayo en el mundo. Hay obras del genial Carlos Federico Reyes (1909-1999), que siguió pintando hasta 1995, y magníficas cerámicas de Keka Zaldívar (1927): una de las ceramistas populares de mayor renombre en el país. Y no es poco decir: este tipo de cerámica, que se apoya en la tradición alfarera guaraní de Itá y Tobatí, fue la respuesta del mestizo rural a las exigencias de la colonia e incorpora técnicas indígenas como el moldeado a mano, el uso del colombín (cordón de barro que se va enrollando desde la base de la pieza), el horno al aire libre, el engobe (lustre rojizo con óxido de hierro) y el fumigado (impregnar la pieza con humos naturales durante la cocción). Mirando nos enteramos de que las alfareras son siempre mujeres y que este tipo de cerámicas solo pueden adquirirse en la tienda del Museo (las que se producen en Areguá no reflejan el arte mestizo de esta colección).
Saltos del Monday
Avanzamos hacia el oeste. Hacemos noche en el Hotel Staufenberg, el primer edificio de Santa Rita construido entre 1987 y 1989 por los inmigrantes alemanes Schmitz, que en cierto modo dio origen al pueblo (un típico pueblo chacarero de ruta) hace más de 25 años. Santa Rita es un punto estratégico para el Mercosur: a 70 km de la Triple Frontera concentra destinos sojeros, pero para nosotros será la puerta de entrada a los Saltos del Monday. Organizado como un Parque Boutique –senderos y pasarelas señalizadas, minitirolesa + arborismo, restaurante y hasta un ascensor vidriado con vista panorámica– Saltos del Monday es nuestro primer encuentro con esa naturaleza poderosa que soñábamos al emprender el viaje. El agua majestuosa e inescrutable cae violentamente formando arcoiris sobre las piedras tapizadas de pastos como cabelleras que la corriente estremece. El arcoiris más grande corona el salto más lejano, a unos 300 metros de donde estamos, y las oleadas de vapor lo cubren como un velo. Bajamos en ascensor acompañando la caída del agua hasta la plataforma donde la cascada literalmente estalla ensordecedora hasta dejarnos hipnotizados. Más tarde, andando por uno de los tantos senderos, detectamos, mimetizado con un tocón, a un yacaré bebé que vencido por la curiosidad se acerca al ojo de la cámara, tan extraño para él como para nosotros su mirada reptil.
No muy lejos de allí, el Monumento Moisés Bertoni (bajo los auspicios de la Fundación homónima) protege y da visibilidad al legado de este científico y humanista nacido en Lottinga (Suiza) pero sudamericano de corazón. Anarquista y botánico apasionado, Bertoni se afincó con su familia en las selvas paraguayas con la idea de fundar una colonia radial –agrícola, igualitaria y próspera– y terminó enamorándose de la cultura guaraní. En el parque de 200 hectáreas abundan cedros, helechos, güembés, palmeras sombrereras, samúes, inciensos y especies exóticas como el caucho (Bertoni trajo y plantó más de 300 semillas de Europa, pero no hay que culparlo: eran otros los saberes y los tiempos); la casa de madera alberga su escritorio, el laboratorio de su esposa –química de profesión y madre de 13 hijos– y la imprenta donde imprimía sus libros y artículos con el logo Ex silvis (Desde la selva). En una sala dedicada a los niños hay grandes lupas para maravillarse con la colección de alacranes, mariposas y arañas, manojos de semillas para llevar y hasta un muestrario táctil de hierbas medicinales: ka´a´rê, verbena´i, kamambuli, jate´i ka´a, tatu ruguái, taperyva hû. Además de ser ministro de Agricultura de su país adoptivo, donde está enterrado, Bertoni fundó a los 19 años, junto con su madre y mentora Giuseppina, el primer observatorio astronómico de su pueblo natal. Nos despedimos del Paraguay visitando el Hito de las Tres Fronteras en las inmediaciones de Presidente Franco: de aquí salen balsas hacia la Argentina desde primera hora de la mañana hasta las cuatro de la tarde. Una excelente alternativa si se quiere evitar la locura de Ciudad del Este.
Si pensás viajar...
En otoño e invierno empieza a oscurecer a las 16.30. Ténganlo en cuenta a la hora de planear la agenda del viaje.
POSADAS
DÓNDE DORMIR
Estancia Santa Inés. Ruta 105, Km 8,5. T: (0376) 443-6194 / 15 466-0584. Cuatro habitaciones señoriales, amplísimas y de techos altos, en un casco estilo inglés de 1907 oculto en el corazón de la selva y los yerbales. Las charlas y paseos con la propietaria y anfitriona, la amabílisima Nanny son la mejor introducción a la historia y la leyenda de estos parajes.
Hotel Continental. Bolívar 1879. T: (0376) 444-0990. F: Continental Posadas Hotel. 82 cómodas habitaciones y atención amabilísima, en pleno centro de Posadas, a 10 cuadras de la Costanera. Conviene reservar las superiores, que han sido totalmente renovadas.
DÓNDE COMER
El Astillero. Costanera de Posadas s/n. T: (0376) 443-5870. Enmarcado en una "pequeña selva" de especies nativas, se especializa en platos a las brasas.
PASEOS Y EXCURSIONES
Museo Regional Aníbal Cambas. Alberdi 600 – Parque República del Paraguay. T: (0376) 442-2860. Inaugurado en 1940 y ampliado en 2016. Tiene cuatro salas: Primeras Culturas, Aché-Guayakí, Piezas Jesuíticas y Muestras Temporarias. Lunes a viernes, de 7.30 a 11.30 y de 13.30 a 17.30. Sábados y domingos, de 15 a 19.
Museo Provincial de Bellas Artes Juan Yaparí. Sarmiento 319. T: (03764) 44-7616.
Contacto Proyecto Po Retá – Ka´agu Reguaré que fomenta la autonomía de las artesanas para la producción y comercialización de sus productos: artesana Miriam Benítez. T: (03755) 21-6215.
Parque Ecológico El Puma. A 16 km de la ciudad y a 800 m de la RN 12. Vivero de especies nativas, estación de piscicultura, centro de recuperación y reproducción de fauna silvestre.
PARAGUAY
CAPITÁN MIRANDA
Hotel Tirol. R 6 Km 20. T: (00595) 71 21-1054. En el corazón de Itapuá, rodeado de selva. Un hotel de dimensiones magníficas quedado en el tiempo. Tiene cuatro piscinas naturales (con dos trampolines), canchas de tenis y voley, mesas de billar.
SAN COSME Y DAMIÁN
Paseo a las Dunas (Isla Yaciretá). T: (00595) 985 11-0047. Viaje, mínimo 10 personas. Mejor momento para hacerlo: de enero a marzo.
SAN IGNACIO GUAZÚ
La Casa de Loli. Mariscal López 1595. T: (00595) 985 11-6427.Atendida por sus dueños: los amabilísimos Claudia Pistilli Lucho Benítez. Siete cómodas y sencillas habitaciones, para un total de 23 personas.
DÓNDE COMER
La Arcadia. En diagonal a la plaza. Es el establecimiento de la familia Ruiz: óleos de Koki en las paredes, su esposa al mando de la cocina, y decorado de piso a techo por su hija Macarena. Un lugar único en la ruta jesuítica.
Copetín Sancho. La comida es ultrabásica, pero es el único abierto a toda hora.
PASEOS Y EXCURSIONES
Museo Diocesano de Arte Jesuítico. Iturbe 870. T: (00595) 782 23-3113. museoartejesuitico@hotmail.com. En el antiguo colegio de la reducción jesuítica, que data del siglo XVIII. De barro prensado, cobertura de picanilla (tacuarilla y barro), muros de más de 50 cm de espesor, tejas cerámicas y aberturas de madera, es uno de los edificios más antiguos del Paraguay. Alberga una extraordinaria colección de tallas de madera policromada que pertenecieron al templo derribado en 1921. Abierto de 8 a 11.30 y de 14 a 17.30.
SANTA MARÍA DE FE
Santa María Hotel. Frente a la Plaza Histórica, donde vive la familia de monos carayá. T: (00595) 781 28-3311. Un verdadero lujo en estos parajes. Concebido por la inmigrante inglesa Margaret Hebbletwaite, que aún reside en el pueblo, está dirigido por María Gloria García y Milcíades Mancuello. Todo el personal proviene de familias humildes de la localidad, bajo una política rigurosa de salario justo. Son 4 hermosas habitaciones con tallas en piedra y madera del artesano local Máximo Rotella (vive a 5 km de aquí, en la cuesta del cerro; T: (00595) 985 73-6748).
DÓNDE COMER
Comedor Sandy. Frente a la plaza. Si está cerrado, bata palmas y saldrán a recibirlo. Atendido por la profesora Cayetana Maidana de Maidana, fundadora del Colegio Nacional de Santa María: mientras sirven los platos, ella suele conversar con los turistas sobre la historia y el presente del lugar.
PASEOS Y EXCURSIONES
Museo de Santa María. Está abierto todos los días, pero no tiene horarios. Hay que llamar a Irma Ramírez (la encargada) al T: (00595) 975 61-84661 o buscarla en su casa, frente a la plaza.
Taller de La Hermandad. Frente a la plaza. Las bordadoras de la zona se reúnen aquí a compartir su tarea desde hace ya 30 años. Candelaria, Karen, Ñeca y María Fortunata son reacias a hablar, pero bordan como los dioses. Lunes a viernes de 7 a 10 y de 13 a 16.
ASUNCIÓN
Factoría Dr. Morra, casi Teniente Vera. Hotel Factoría que evoca la Belle Époque del Paraguay en su arquitectura y su extraordinaria historia.
Los Jazmines B&B. Prof. Sofia Mendoza (ex Tte. Alcides González) 160 y Fernando de la Mora. T: (00595) 21 326-5393. info@losjazmines.com.py. A pocas cuadras de la terminal de ómnibus y atendido por sus dueños. Las habitaciones –6 en total– tienen nombres de distintas especies de jazmines.
DÓNDE COMER
Factoría. Dr. Morra, casi Teniente Vera. T: (00595) 21 61-2100 / 2016 / 61-2133. Platos regionales con toque gourmet: muy recomendable la entrada de sopa paraguaya, chipa guazú y croquetas de mbeyú combinadas con un delicioso surubí a la plancha con papas y salsa de alcaparras. Abierto al público desde primera hora de la mañana: también hay servicio de té (con pastelería casera) y desayuno.
Tierra Colorada Gastró. Av. Santísima Trinidad 784. T: (00595) 21 66-3335.Inaugurado en 2010, remodelado en 2015 y para muchos el mejor restaurante de Asunción. Su propietario y chef es el reconocido Rodolfo Angenscheidt, conductor del programa televisivo "Ricos y sabrosos" durante más de 20 años. Cocina gourmet 100% paraguaya.
El café de acá. Tte. Vera 1390, esquina Dr. Morra. T: (00595) 21 62-3583. Café, mate y tereré, entre otras delicias. Todos los días, de 7 a 24.
Bolsi. Estrella 399, esquina Alberdi. T: (00595) 21 49-1841. Funciona desde hace más de 50 años en una de las casonas mejor conservadas de la ciudad, declarada Patrimonio Histórico en 1960. Abierto todos los días, las 24 horas.
Lido Bar. Palma, esquina Chile. T: (00595) 21 60-7596. Popularísimo, delicioso y barato: una combinación imbatible. Imperdibles el mbejú, el chipa, el sollo (guiso tipo caldo de carne picada con hortalizas) y el kiveve (postre a base de zapallo y leche).
PASEOS Y EXCURSIONES
Lomas de San Jerónimo. Barrio popular y pintoresco, de calles adoquinadas adornadas con guirnaldas y santos populares, con bares que funcionan en las casas los fines de semana. Hay lomiterías, casas de pescado y puestos de mojito.
ITAUGUÁ
Tina Segovia. Rodríguez de Francia 922, a dos cuadras del Centro de Salud. T: (00595) 294 22-1285. Doña Tina hace ñandutíes por encargo y también vende "lo que tiene en el momento".
SANTA RITA
Hotel Staufenberg. Ruta 6 – Km 41. T: (00595) 673 22-0240 / 983 56-9511. En un parque de 200 hectáreas, su arquitectura evoca un castillo alemán, con algunos "detalles" regionales como las placas de madera talladas con diseños de ñandutí.
PASEOS Y EXCURSIONES
Saltos del Monday - Parque Boutique. Sobre la margen izquierda del río Monday. T: (00595) 61 55-2512. La mejor vista de los imponentes saltos. Senderismo, arborismo, tirolesa y restaurante. Lunes a domingo, de 7 a 17 (hasta las 19 en verano). Los saltos también pueden verse desde su margen derecha, entrando por la Reserva Natural Privada Maharishi, con reserva previa al T: (00595) 21 45-3483 – raiderguarani@hotmail.com.
Monumento Científico Moisés Bertoni. Presidente Franco – Depto. Alto Paraná. T: (00595) 71 94-7777 / (00595) 21 60-8740 (Fundación Moisés Bertoni). A orillas del Paraná, casi 200 hectáreas de selva paranaense y más de 100 años de historia. 146 especies de aves, 25 autóctonas; 3 de venados, 2 de pecaríes, 2 de monos + tapires, yaguaretés y pumas. Martes a domingos, de 8 a 16 (en verano hasta las 17). En la Cantina Nonna Giuseppina se puede almorzar (chipa barrero, chipa pirú, beirut o pizza vegetariana).
Servicio de balsas en el Hito de las Tres Fronteras – Presidente Franco. De 7.30 a 16 a Pto. Iguazú. Desde Pto. Iguazú: la última sale a las 16.15.