Caviahue: para sentirse James Bond al pie de un volcán patagónico
Durante la última semana de junio, un temporal de nieve mantuvo a Caviahue 48 horas aislada del mundo. La tormenta cortó la luz, sepultó autos, casas y borró caminos, mientras el viento blanco bajaba de las cumbres con un ulular fantasmal, tirando a tenebroso. En cualquiera de los hoteles, incluso los que tenían generador propio para asegurar el calor, podía uno imaginar a Jack Nicholson con hacha y cara de loco.
Pero el jueves 4 de julio, siete días después del inicio oficial de la temporada, el cielo amaneció celeste sobre este pueblito neuquino, con más de 90 centímetros de nieve pisada en la base del cerro y capacidad para 2300 esquiadores por día, con la fama ganada de que ninguno de ellos tendrá que hacer cola para subir la montaña en telesilla o poma.
Caviahue es uno de esos centros de esquí que soportan bien una temporada de invierno sin tanta nieve (aunque ni siquiera sea el caso este año). Y es porque tiene un abanico muy amplio de paseos y excursiones, que incluyen aventuras en moto de nieve, trineos tirados por perros, caminatas con raqueta y visitas a las cuasi soviéticas, y para algunos también milagrosas, termas de Copahue.
Para arrancar el tour, primero hay que pararse a mirar: un pueblo de 800 habitantes estables, a cuatro horas y media de ruta desde el aeropuerto de Neuquén, fundado en plena primavera alfonsinista por el entonces gobernador Felipe Sapag.
Es una pequeña comunidad sumida en un silencio montañoso, bañada por el lago Caviahue, también llamado Agrio porque es uno de los pocos lagos ácidos, de formación natural, del mundo. De fondo, el volcán Copahue, amo y señor del paisaje, único en actividad del lado argentino, escupe su humo con paciencia de buda. Acá, por suerte, el wifi anda mal y la gente todavía puede dejar sus casas abiertas y la llave del auto puesta sin que ningún avispado se suba y salga arando. "Nadie nace en Caviahue", cuentan los lugareños, porque si se quiere una atención médica de cierta complejidad hay que ir hasta Loncopué, a unos 50 kilómetros.
Como todo pueblo, hay un elenco estable de personajes. El dúo más famoso es el que componen Nito y Guevara, que vendrían a ser una versión neuquina de John Wayne y Yul Brynner (pero con pelo y barba).
Nito tiene el mérito o la desgracia con suerte de haber caído adentro del cráter del volcán, con moto de esquí y todo. Nadie entiende todavía cómo hizo para salir caminando durante siete kilómetros de nieve profunda, con una pierna ortopédica, para salvar su vida. Algunos aquí creen que el volcán tiene una energía oculta (los más creyentes aseguran que en su interior vive un cacique, un ente energético que lo regula todo), que imprime una hiperactividad semi contagiosa a sus habitantes.
Hay otras celebrities locales: Gloria, la dueña de la chocolatería; Mónica, que alquila los esquíes; Cristian, el apasionado de las motos de nieve; Sepu, el aventurero extremo; Paniagua, el gran esquiador chaqueño fuera de pista; Fernando Volij, el guía experimentado; Juan, el que fabrica su propia cerveza (La Gringa); Pablo, el gerente en año sabático que construyó un hotel que alegoriza al volcán Copahue; o Nicolás Gurnik, director médico de las termas y erudito hidroenergista.
Uno puede cruzarse con ellos en cualquier momento del día, como si fuera un Cuento de la Marmota en versión cordillerana.
La cascada congelada
El programa más obvio en un centro de esquí -en este caso concesionado hace años al andorrano Jaume Ros- siempre será pasar el día en el cerro. A sólo 15 cuadras del pueblo, cuenta con 13 medios de elevación y 22 pistas abiertas para su disfrute, a las que se suma el atractivo del fuera de pista para los audaces. Entre los pros, algo se dijo: no hay colas en los medios, el público es familiar y, como la montaña está cerca, uno puede ir a su cabaña a almorzar y volver al cerro para seguir esquiando. Pero, si se quiere innovar en la materia, hay un par de paseos tan o más disfrutables que subir y bajar la montaña de 9 a 17 cual oficinista de campera gorda.
La primera excursión es en las motos de nieve de Cristian Agostini, de Eneqene Turismo. Se trata de un paseo de unos ocho kilómetros por el Valle de Jara hasta la Cascada de la Vega, que a esta altura del año está congelada. La experiencia de manejar estas motos es una aventura en sí misma porque una vez arriba hay que bambolear las caderas a lo Sandro, según las variaciones del terreno (el riesgo es caerse para el costado, pero no duele porque se aterriza sobre un colchón de nieve). Se siente uno un James Bond con sobrepeso, surcando la montaña; sólo falta la música de Duran Duran (tocando A view to a kill) para que aparezca Roger Moore con antiparras. El paisaje asombra por su vastedad blanca, silenciosa, y por la sensación excitante de que, si uno quedara allí abandonado a su suerte con tanta nieve, no duraría más de un par de horas.
El que no se anima a la moto y quiere ser remolcado por otro tipo de tracción, propia o ajena, tiene más opciones. A saber: la excursión en trineo con perros siberianos, por la costa del lago Caviahue hasta el mirador del volcán, o las caminatas con raquetas sobre nieve honda por el bosque araucano, rumbo a las cascadas del río Agrio y al Puente de Piedra, una formación basáltica a diez kilómetros de Caviahue.
Un pueblo con losa radiante
Otra excursión fascinante es la del trayecto de Caviahue a la Villa Termal Copahue en camionetas oruga (especiales para avanzar sobre la nieve honda) o en moto-esquí. Son 17 kilómetros de un paisaje antártico en el que, de repente, en el medio de la nada, aparece una estructura de caños metálicos que suelta un chorro de vapor salido de las entrañas mismas de la tierra.
Y aquí hay una historia misteriosa. A fines de los 80 la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) instaló en esta parte precisa del mundo una central geotérmica que calefaccionó Copahue durante dos años. La gente todavía recuerda que en el invierno del 2000 se podía pasear por la calle principal del pueblo en remerita y medias, como en una gigantesca losa radiante. Luego pasó lo de siempre: los japoneses se volvieron a su casa, los mecanismos originales empezaron a fallar -la gestión provincial de entonces no supo qué hacer- y la central se averió para siempre. De recuerdo permanecen los caños sin vida a uno y otro lado de la calle, ahora sepultados por la nieve, como un proyecto Dharma (de la serie Lost) quedado en el tiempo, en alguna dimensión desconocida.
Lo que se ve al acercarse a Copahue, bajando por la montaña, es un pueblo bajo fumarolas, como un gigantesco puchero cocinándose al calor de las lagunas humeantes, con sabor a guiso de carne, aunque en verdad es el gustito del azufre en el aire. La villa, como hoy se la conoce -un lugar sagrado para los pueblos originarios- tiene una mística muy fuerte: el complejo termal fue construido a fines de los 80 y tiene un aire cuasi soviético por lo austero (las propiedades del suelo terminan por derruir todo lo que se construya arriba). Sólo faltaría un equipo de gimnastas rusas entrenando y haciendo nebulizaciones para competir en el Campeonato de Gimnasia Artística de Budapest (1983).
Si bien la actividad fuerte para los que hacen tratamientos termales es durante la temporada de verano (las termas reciben unas 250 personas por día), hace cuatro años que también se puede ir a la villa en invierno, porque funciona una hostería, la parrilla de Nito y se abre la famosa Laguna del Chancho, con sus aguas sulfatadas y barros orgánicos, así como las cabinas de vapor.
"Cada vez viene más gente joven; en una semana de tratamientos termales se logran resultados que todavía sorprenden a la medicina tradicional", explica Gurnik, director médico de las termas. Para varios expertos mundiales en la materia, las aguas, fangos y vapores de Copahue tienen propiedades que no se encuentran en casi ningún lugar del planeta.
Por último, si el clima lo permite, también se pueden hacer visitas al volcán, que en su interior tiene un lago tan ácido que, afirman los más fantasiosos, "vino gente de la NASA a medir el PH y les dio error". Lo cierto es que el PH del lago en el cráter del volcán ronda entre 1 y 0,9 (para tener una idea, el PH de un limón es 3). "Es como tomar ácido de batería", jura Adrián Sepu Sepúlveda, uno de los guías más experimentados de la zona. Y no hace falta el aval de la NASA para creerle.
Datos útiles
Cómo llegar: Por Aerolíneas Argentinas a Neuquén, desde 3616 pesos ida y vuelta durante agosto. De Neuquén a Caviahue -360 kilómetros-, en ómnibus. Tres frecuencias todos los días desde la terminal de ómnibus de Neuquén (a 20 minutos en taxi desde el aeropuerto).
Dónde dormir: Ignea Hotel. Desde $ 5000 la noche por la habitación en base doble, con desayuno. www.igneacaviahue.com.arNevado Hotel. Desde $ 4720 la noche la habitación en base doble, con desayuno. www.hotelnevado.com.arGrand Hotel &Spa. Desde $ 12.470 la noche, habitación en base doble, con desayuno, en temporada alta. www.grandhotelcaviahue.com
Dónde comer: Sol de Noche y Nito Parrilla (En Caviahue y Copahue). Especialidad en chivitos. En Facebook: Nito ParrillaKraken Restaurante. En Facebook: krakenrestocaviahueDulce Aldea (chocolatería y casa de té). En Facebook: Dulce Aldea Caviahue CopahueRestaurante y Cervecería Manolo´s. En Facebook: Gringa Cervecería Artesanal de Montaña &Manolo´s Resto.
Cerro Caviahue: Pase diario en temporada alta: $ 1920. Semanal: $ 10.270 Alquiler diario de botas, esquís y bastones en temporada alta, en el Cerro: $ 1.150. Semanal: $ 6170. Clases particulares de esquí en temporada alta: $ 3.760 por dos horasInformes: www.caviahue.com
Qué hacer: Excursión de día completo a Copahue, entre 2400 y 3000 pesos. Incluye traslado en vehículo oruga, paseo con raquetas, visita a termas y almuerzo opcional. Consultas por e-mail: caviahueaventura@gmail.com. En Facebook: Caviahue Aventura Paseo en moto de nieve por la montaña (ocho kilómetros por el Valle de Jara, hasta Cascada de la Vega). Guía: Cristian Agostini. Desde $ 2500 por persona el paseo de una hora y media. Por e-mail: reservas@eneqeneturismo.com.ar. www.eneqene.com.ar. Por celular: 02983-15-520636Caminata con raquetas por cascadas, lagunas y bosques. Desde $ 650 por persona por cuatro horas de excursión. Por teléfono, Fernando Volij (154-1614485); e-mail: fernandocaviahue@gmail.com
Trineos tirados por perros, por la costa del lago hasta el mirador del volcán. Contacto: www.facebook.com/lahuellacaviahue.Termas de Copahue: Consulta médica: $ 160; hidromasaje: $ 240; fangoterapia local: $ 290; baños de inmersión: $ 180. Informes por el 155-5012005. www.termasdecopahue.gob.ar
Más información: Ente Oficial de Turismo Patagonia Argentina: www.patagonia.gov.arTurismo de la Provincia del Neuquén. www.neuquentur.gob.arSecretaría de Turismo de Caviahue-Copahue. www.caviahue-copahue.gov.ar