A 30 años de la caída del muro, Berlín está de fiesta
Las fotos del muro de Berlín no son menos siniestras que la historia que cargan: bloques de cemento que se apilan alcanzando 3,6 metros de alto, a lo largo de más de 155 kilómetros. Niños y niñas jugando bajo la sombra de la fría construcción, hombres y mujeres ingeniándoselas para espiar del otro lado. Familias enteras separadas por una pared.
Los números tampoco alivianan el panorama: el Gobierno alemán estimó que antes de la construcción 3,5 millones de personas cruzaron hacia Alemania Federal, un 20% del total de la población del lado oriental. Tras la construcción, unos 5 mil atravesaron la frontera y unos 200 murieron en el intento.
De los relatos que quedan de la época, los que más se reprodujeron en el tiempo son los que cuentan las formas que ingeniaron los berlineses para intentar burlar al guardia de turno. Se montaron escondites en autos de la época, se creó un mercado de documentación falsa y se fabricaron hasta túneles subterráneos.
Durante 28 años, dos meses y 27 días, la ciudad estuvo dividida en dos partes: el Este, que pertenecía a la Unión Soviética y el Oeste, que era administrado por Estados Unidos y los aliados. La primera comenzó a darse cuenta que perdía mucha población -especialmente personas de alto perfil- y decidió construir el Muro: primero fue un alambrado, luego una pared de ladrillos y finalmente de hormigón.
"Muro de Protección Antifascista" para las autoridades comunistas. "Muro de la Vergüenza" para el pueblo y los ojos del mundo que miraban con preocupación lo que pasaba en el corazón de Europa.
Símbolo de la memoria
El 9 de noviembre de 1989 cambió el mundo para siempre. Después de una rueda de prensa, el Muro tenía fecha de caducidad. La gente salió a las calles para ver cómo las grúas empezaban a desarmar esa construcción que de repente parecía una torre de naipes. Centenares escalaron y se pararon sobre la medianera, se abrazaron, cantaron y destaparon champagne.
Finalmente, le dieron su punto final con sus propias manos: sacaron martillos, mazas, palos o lo que hubiera a mano en sus casas para ayudar a pulverizar el cemento.
Sobre ese polvo, cada 9 de noviembre se celebra y se recuerda. Se sale a las calles y se canta pero también se llora y se rinde honores. Al cumplirse cinco años, algunas partes del Muro que quedaron en pie fueron reubicadas en su lugar original. A los diez, cerca de 7 mil globos blancos con luz se ubicaron a lo largo de esos 155 kilómetros.
El próximo 9 de noviembre, a 30 años del día que el mundo cambió para siempre, se realizarán potentes instalaciones artísticas que simultáneamente interpelarán a todo aquel que camine por la ciudad capital, desde el 4 al 10 de noviembre.
Todo estará concentrado en siete lugares que marcaron la historia. Entre ellos: la plaza Alexanderplatz, la East-Side-Gallery y la sede de la Stasi en Lichtenberg.
Habrá proyecciones de imágenes históricas y películas, instalaciones de sonido, conciertos, conferencias, lecturas, charlas de testigos de la época, poesías y proyecciones de películas. La celebración se coronará con un gran concierto el 9 de noviembre, en la Puerta de Brandemburgo, con músicos y bandas de renombre como Daniel Baremboim.
La celebración estará marcada por lo artístico y la innovación tecnológica:
? Tu visión sobre Berlín en el cielo: el artista Patrick Shearn, miembro del grupo Poetic Kinetics, construirá una instalación al aire libre con mensajes, deseos y esperanzas que cualquier berlinés puede dejar en 140 caracteres. Cada uno de los papeles serán entrelazados de forma tal que construyan una bandera gigante que flameará en Straße des 17. Juni, cerca de la Puerta de Brandemburgo.
? Lo que está aquí ahora, es lo que una vez estuvo aquí: el artista Rainer W. Gottemeier instalará una línea de luces de 150 metros de largo sobre el río Spree. Con 50 boyas y decenas de luces de rescate intermitentes, simbolizará una línea fronteriza entre Kreuzberg (anteriormente Berlín Occidental) y Friedrichshain (antes Berlín Oriental). La instalación podrá verse desde la costa de la East Side Gallery.
? El panorama de un Berlín dividido: Yadegar Asisi, un artista que vivió en Kreuzeberg, el barrio turco de la capital, instaló una rotonda cilíndrica en la que recrea escenas de la vida cotidiana de aquellos tiempos. Utiliza una visión 270°, 15 metros de alto y 60 de ancho para sumergir al visitante en la cotidianeidad de los alrededores del Muro. La intervención está instalada en la esquina de Friedrichstraße y Zimmerstraße. Aquellos que estén interesados en este tipo de experiencias, pueden hacer su propio viaje en el tiempo con Time ride, una propuesta que a través de realidad virtual traslada a los visitantes al mismísimo Checkpoint Charlie.
También se pondrá en funcionamiento MauAR, una aplicación para smartphones, que a partir de realidad aumentada permitirá a los visitantes ver el Muro en su ubicación real. A través de imágenes en 3D y de forma gratuita, se incluirán episodios especiales en los que se recrearán escenas de la época.
Celebraciones en Argentina
El próximo 9 de noviembre, día en que se conmemora la caída, se hará un evento en la explanada de la Embajada y de la residencia del embajador, a donde se inaugurarán tres graffitis alusivos. Fueron diseñados por estudiantes de colegios alemanes de toda Argentina que participaron de un concurso en el que compitieron 46 obras, de 15 instituciones diferentes. Los mismos serán y permanecerán instalados sobre calle Villanueva, simulando parte de la estructura del Muro de Berlín. Todos las obras que participaron se presentarán dentro de la embajada durante ese mismo día.
Por último, el 26 de noviembre se realizará un evento sobre la Caída del Muro y el Aniversario de la Hermandad entre Buenos Aires y Berlín, que este año cumple su 25 aniversario, en la Cámara de Diputados de la Nación.