Vasos que se comen y otras innovaciones en busca de vuelos verdes
En medio de la declarada emergencia climática global, un buen número de compañías aéreas están invirtiendo como nunca en nuevas tecnologías, nuevos procesos y diseños innovadores con vistas a brindar vuelos respetuosos con el medioambiente. Especialmente en Europa. A partir de 2021 no estarán permitidos en la Unión Europea los plásticos de un solo uso. Esos que usamos unos minutos y tardan entre 100 y 1000 años en degradarse, envenenando el planeta.
En diciembre, Air France logró cumplir uno de sus grandes objetivos: eliminar de sus vuelos 210 millones de productos de estos plásticos. La iniciativa involucró la sustitución de 100 millones de vasos de plástico por otros de papel, de 85 millones de cubiertos de plástico por productos de materiales de base biológica y 25 millones de palitos de plástico por otros de madera. A principios de este año, con bombos y platillos, despegó en Lisboa el primer vuelo de la aerolínea portuguesa Hi Fly, libre de plásticos de un solo uso, en una ruta Natal, Brasil. En el vuelo, 700 pasajeros recibieron a bordo utensilios de bambú reutilizables (tazas, cucharas, saleros y pimenteros) sumado a platos, botellas y envoltorios de ropa de cama elaborados en base a materiales reciclados.
Cualquier viajero podrá notar la cantidad de plástico que se genera los aeropuertos y en los vuelos. Vasos, platos, tapas, cubiertos, botellas, fundas de frazadas, almohadones y auriculares. Se calcula que un solo viajero genera medio kilo de basura. E inmenso es el desafío, cuando el objetivo fundamental es reducir las emisiones de carbono que contribuyen al calentamiento global. La industria de la aviación es responsable del 2 % de las emisiones mundiales. Motivo de sobra para que la activista sueca Greta Thunberg llegara a la Cumbre Mundial sobre el clima en Nueva York sobre un velero de cero emisiones de CO2 y no en avión.
Vergüenza de volar
Gracias a la toma de consciencia del impacto ambiental de los países más ecologistas europeos, hoy comienza a nacer un sentimiento de flight shame (vergüenza de volar) y llaman a sustituir este medio por otros menos contaminantes, como los trenes de alta velocidad (si la distancia no es exagerada). Estos emiten 17 gr de CO2 por km, por pasajero, frente a los 153 gr del viaje en avión, según datos del Foro Internacional de Transporte.
En una carrera contra el tiempo, porque el cambio climático ya es más que visible, la industria aerocomercial asumió un compromiso: el de reducir las emisiones de CO2 a la mitad, para 2050. Para lograrlo se están desarrollando aviones más eficientes en el uso de energías y biocombustibles. Denise Eljatib, coordinadora de marketing de Air France y KLM Argentina, cuenta que la aerolínea holandesa invierte en programas de investigación para alcanzar alternativas sostenibles desde 2009 y se comprometió a adquirir 75.000 toneladas de biocombustible. "De esta manera se convierte en la primera aerolínea del mundo en comprar biocombustible a gran escala. A partir de 2022, este combustible, que no contamina, se producirá en su propia fábrica de combustible sostenible de aviación, que se está construyendo en Delftzijl". En cooperación con la Universidad Tecnológica de Delft está desarrollando un avión, el Flying V, que vuela con mayor eficiencia en el uso de energía, gracias a su forma de V. "La cabina de pasajeros y tripulación, así como la bodega y tanques de combustible, están integrados en las alas del avión.", informa la vocera de la aerolínea de Países Bajos.
Por otra parte, los pasajeros que quieran saber cuánto contamina el avión que quiera tomar, pronto tendrán información. La Agencia Europea de Seguridad Aérea planifica clasificar con ecoetiquetas los aviones de las compañías.
Toneladas de basura a bordo
El tratamiento de toneladas de residuos es otro de los grandes problemas a resolver. La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), aportó cifras: en 2018 la industria generó 6, 1 millones de toneladas de basura. El informe de la asociación señaló que "en ausencia de iniciativas basadas en la economía circular y una regulación inteligente, este volumen de desechos podría duplicarse en los próximos 10 años, según las tasas actuales de crecimiento de pasajeros".
Un obstáculo para el reciclaje es que más del 20% de los desechos de la cabina están comprendidos por alimentos y bebidas intactos. Esto debido a regulaciones sanitarias adicionales que protegen la agricultura en varios países. Lufthansa Group, que lanzó en 2013 su iniciativa Flygreener para promover la consciencia ambiental a bordo, como muchas aerolíneas, se encuentra con esta limitación en los desechos de comidas. "El transporte y la eliminación de dichos residuos están regulados por la Unión Europea en el Reglamento EG 1774/2002. En consecuencia, restos de comida, envases como cartones de bebidas o latas de comidas que llegan por aire a los países de la Unión Europea, tienen que ser quemados constantemente, depositados en sitios especiales de eliminación o desinfectado", explica Christina Foerster, Consumer & Corporate responsability de Lufthansa.
Más allá de estos requisitos legales, aseguran que la iniciativa Flygreener contribuye en todo el grupo a reducir los volúmenes de residuos y a hacer que los procesos a bordo sean más sustentables. "En el futuro, reemplazaremos adicionalmente más de 400 millones de artículos de plástico por año, como tazas, cubiertos y palitos con alternativas más ecológicas. Pero la palanca más efectiva para nosotros es cargar aviones con un ajuste aún mayor entre los artículos a bordo y aquellos que se usarán durante el vuelo. Nuestro objetivo es establecer un sistema basado en la demanda que se centra en los deseos y la calidad del cliente, y eso ayuda a reducir el desperdicio de alimentos y cantidades de desperdicio al mínimo. "Reducir -reutilizar - reciclar", este es nuestro credo que impulsa la sustentabilidad a bordo", aseguró Foerster.
La guerra al plástico
Con pasajeros cada vez más preocupados e informados sobre la emergencia climática, las compañías se enfrentarán a la más sana competencia. Iberia anunció que gracias al proyecto Life Zero Cabin Waste, logró reciclar durante 2019, 2250 toneladas de envases. En colaboración con Ecoembes, Gate Gourmet, Ferrovial Servicios y la evaluación de la cátedra Unesco de Ciclo de Vida y Cambio Climático (ESCI-UPF), dispusieron en sus aeronaves unos carros que hacen posible separar correctamente los residuos para su posterior reciclado. El análisis comenzó en 2016 y ya en 2019 fue incorporado en todos los vuelos que opera Iberia.
Las pruebas piloto de Air New Zealand tienen buen sabor. Diseñó una tacita de café comestible para reducir el uso de plástico. La compañía calculó que sirve 8 millones de tazas de café al año. Niki Chave, gerente de Experiencia de Usuario de la compañía, dijo que si bien los productos utilizados a bordo son compostables y de bajo impacto ecológico, "la meta final es erradicar todo tipo de desechos resultantes del servicio". Y agregó: "Hemos estado trabajado de manera asociada con la compañía neozelandesa Twiice para explorar el futuro de las tazas de café comestibles, saborizadas con vainilla y a prueba de filtraciones. Hasta el momento, las tazas han sido un éxito entre los clientes que las probaron, y a su vez estuvimos implementando esta innovación en los platos de postre".
Existen muchas alternativas al plástico, eficiente y barato para las empresas. Pero reemplazarlo supondrá todo un reto. Christina Foerster, de Lufthansa, ahonda sobre el tema: "existen numerosas alternativas, como la porcelana y el metal, pero no debemos olvidar que el aumento de peso significa un mayor consumo de combustible. Lavar estos platos requiere energía y consume recursos. Para artículos desechables, podemos usar productos naturales como fibras hechas de caña de azúcar, por ejemplo. Madera, bambú y el plástico orgánico a base de almidón de maíz son opciones para cubiertos, envases y fundas".
KLM se propuso reducir a la mitad sus residuos en 2030 (en base a lo que generaba en 2011). Actualmente es la única aerolínea que fabrica herramientas para reparación y mantenimiento de sus aviones, a partir de la recolección de botellas PET (tereftalato de polietileno) al final de los vuelos. Las botellas vacías se transforman en filamento, el material utilizado para las impresoras 3D. Este proceso significa que una botella de agua vacía puede convertirse en parte de una pieza de equipamiento realizada con impresoras 3D, ahorrando tiempo y recursos en el departamento de Ingeniería y Mantenimiento de KLM.
Pura creatividad
La muestra A bordo: reduce, reutiliza, reconsidera, que se expuso hasta el mes pasado en el Museo de Diseño de Londres, presenta las propuestas innovadoras del estudio PriestmanGoode, con sede en Londres y China, especialista en el diseño de viajes y transporte aerocomercial. Se exhibieron diseños de materiales y procesos que puedan contribuir a viajes más verdes.
"Hay que tener en cuenta que nuestra bandeja de comida se encuentra actualmente en la etapa de concepto. Lo que mostramos en el Museo del Diseño es que existen alternativas que la industria puede considerar, en lugar de usar plástico de un solo uso. Siendo realistas, es más probable que veamos una adopción gradual de algunos de los elementos de nuestro concepto", dijo Anne Meyer, gerente de comunicación de PriestmanGoode.
Las siguientes son algunas de las piezas que se mostraron: una bandeja hecha a base de café molido y hojas mezcladas con aglutinante de lignina, que acaba de recibir un Wallpaper * Design Award por la mejor actualización de servicio. Y también figura en lista de candidatos para el Crystal Cabin Award, el galardón más importante de la industria de la aviación. La base de los platos, fueron hechos con salvado de trigo; la tapa de las guarniciones, con algas u hojas de banano; la tapa del postre, una oblea; cápsulas de salsas, con algas solubles; el spork, (una cuchara-tenedor) está hecha de madera de coco, la tapa de la comida caliente fue realizada con bambú.
Más sencillo sería que cada uno incluyera en su mochila un vaso, cubiertos, tipo camping, y solo nos sirvieran la comida. O llevarnos un sándwich. De hecho, ya hay gente que lo hace en los vuelos low cost. No es tan disparatado, ya que algunas compañías, como British Airways, le hace descuentos en café y té a los que llevan su propia taza. En muchos aeropuertos hay bebederos para rellenar las botella de agua, una vez pasado los controles de seguridad. El aeropuerto de Heathrow está alentando con su Campaña Refill a rellenar las botellas, para evitar que los pasajeros compren botellas de plástico. Si lo lograra, evitarían el uso de 35 millones de botellas al año.
El problema nos concierne a todos, y como bien dijo Greta Thunberg, ya deberíamos haber entrado en pánico.