Viñedos de altura, pimientos secándose al sol y ponchos tejidos a mano en el mismo escenario en el que indios y españoles lucharon cuerpo a cuerpo. De la Quebrada de las Conchas al PN Los Cardones, pasando por la Quebrada de las Flechas, un impresionante recorrido por Salta en 160 km.
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Es un circuito perfecto. Salta- Cafayate- Cachi - Salta.O viceversa.Vale estirarse hacia el Norte, hasta La Poma, como en esta nota, y hacia el sur hasta Santa María (Catamarca), pasando por Colalao del Valle en Tucumán. No le teman al ripio: se trata de nada menos que la RN 40, el espinazo de nuestro país. Suele estar en muy buen estado fuera de la temporada de lluvias (en verano). Aún en enero y febrero, no son caminos olvidados a la buena de Dios: pueden cortarse por horas, o incluso días, pero siempre más tarde o más temprano pasan las máquinas de Vialidad Nacional. La RN 68 que une Salta con Cafayate, por su parte, es toda de asfalto, 190 km de pavimento que se concretaron en 1979, después de una titánica obra de modificación de traza para acortar las distancias. Por entonces, los atractivos más próximos a Cafayate, como Los Médanos y la Quebrada de las Conchas (con el increíble entorno del Anfiteatro y su asombrosa acústica natural), no eran una excursión escénica, sino un verdadero desafío vial. Un poco más delicada puede ser la Cuesta del Obispo, espléndido camino que conecta, en meros 160 km, la capital salteña con Cachi pasando por la recta de TinTin. Se trata de 12 km enmarcados por los cardones y las montañas, un camino de memoria incaica que el hombre prehispánico habría sido trazado jalonándolo con antorchas por la noche. La Cuesta en sí son sólo 20 km de ripio, que si nunca terminan de ser asfaltados es porque está comprobado que el pavimento jamás resistiría los derrumbes provocados por las lluvias estivales. De manera que conviene evitar la Cuesta del Obispo con lluvia, no sólo por seguridad, sino porque además se perderían el Valle Encantado, el PN Los Cardones, la Quebrada de Escoipe, entre otros paisajes que regala el camino. En total, poco más de 500 km para hacer con escalas varias y ganas de charlar pausado, respetando la siesta, bajando del auto, interesándose genuinamente por esta región que supo vivir aislada y hoy mantiene esa rara atmósfera de quietud, de tiempo detenido, que es el que atrae (vaya paradoja), a gente de todas partes. Los Valles han cambiado y mucho desde los tiempos de los caciques Juan de Calchaquí y Chelemín hasta los Conquistadores, desde las encomiendas hasta las estancias, desde aquel torrontés popular hasta los consagrados vinos de altura que ya van mucho más allá de Cafayate: de Yacochuya a Payogasta, los varietales salteños le hablan al mundo con su voz.
Además de que no hay bus que cubra el servicio de Cachi a Cafayate, los valles son para detenerse en cada pueblo. El auto es casi imprescindible.
CAFAYATE
Si existiera una capital de los Valles, sería esta. Cafayate es uno de los destinos que mejor sintetiza los cambios que el turismo experimentó por estos lares en los últimos 50 años. Al principio era gente de Tucumán que venía a pasar el verano entero. Se alojaban en el hotel Melchor (hoy Asembal) de Melchor Herrero, que tuvo la primera mensajería entre Cafayate y Alemanía. Así con acento en la i mentan los salteños al diminuto poblado que fue cabecera del ramal C-13 del ferrocarril Belgrano. Luego el emprendimiento fue dado en sociedad a Chávez y Rodó y, finalmente, a los hermanos Martín y Palo Domingo, fundadores de la empresa El Indio, que aún ofrece ese servicio. En 1973 la bodega de Arnaldo Etchart impuso la primera Serenata, un festival que fue creciendo y popularizando el destino. Cafayate pasó a tener entonces aluviones de gente de paso, que a lo sumo visitaba las bodegas más grandes en excursiones diarias, hasta que, ya en el siglo XXI, llegaron grandes inversiones hoteleras (fue cuando Sheraton se instaló en la finca La Rosa, ex Michel Torino) y de nuevas bodegas. El giro de tuerca inesperado de 2013 fue la inauguración de La Estancia de Cafayate, un gran club de campo que ocupa 550 hectáreas e incluye cancha de golf diseñada por Bob Cupp y el primer eslabón de la cadena hotelera Grace en Sudamérica. Después de Santorini, St. Moritz y Marrakesh, entre otros, Cafayate lo hizo.
QUEBRADA DE LAS FLECHAS
Si la producción agrícola ganadera es la imagen más real de los valles (siempre fue una región muy preciada por la pureza del aire que producía cultivos sanos, ajenos a las pestes de los sitios más húmedos), a los viajeros les gusta pensar que la postal de este viaje es el paisaje de la Quebrada de las Flechas. Se trata de un breve sector (entre el Km 4380 y Km 4410 de la RN 40) que es parte del Monumento Natural Angastaco, declarado como tal en 1995. La Ley Provincial protege las extrañas geoformas inclinadas como puntas de flechas por donde se angosta y pasa el río Calchaquí. Conviene ir por la tarde, y con tiempo para treparse a alguna de ellas y admirar el entorno desde arriba. Después de pasar por el pueblo de Angastaco, deténganse en El Carmen para conocer su iglesia de 1780.
CAMINO DE LOS ARTESANOS
Son menos de 10 km en los alrededores de Seclantás, del otro lado del río, por un camino menor que lleva como nomenclatura 55 S. Allí se concentran los ranchitos con el telar bajo el algarrobo, muy cerca del horno de barro. Pocos tienen letreros, y muchos menos productos para vender: los ponchos, por lo general, se encargan, se premeditan. Como lo hizo el Tero Guzmán, el más famoso de los teleros salteños, que le hizo llegar uno de sus ponchos a Juan Pablo II. La foto del Sumo Pontífice vestido de gaucho dio la vuelta al mundo entero. Cuando asumió Francisco, el Tero no hiló sin huso. Llegó a obsequiarle otro poncho en junio, poco antes de morir, a los 75 años, el 3/9/2013. Huelga decir que era, como manda la tradición, rojo y negro: rojo lo usaban Los Infernales, los soldados de Güemes, que le agregaron el moño, cuello y franja negra como señal de duelo, ante la muerte de su general en 1821.
MOLINOS
Se encuentra frente a la confluencia de los ríos Luracatao y Amaicha, que se reúnen y forman el rojizo río Molinos. No tiene acceso directo por la RN 40, sino que hay que desviarse unos kilómetros, lo que permite apreciar a lo lejos una linda postal del pueblo, en la que se recorta la silueta amarilla de la iglesia sobre el verde valle. La parte más atractiva del pueblo se concentra en la calle Abraham Cornejo; es donde se conservan la casa del Correo, la de Néstor Ramírez, la histórica y restaurada del Dr. Indalecio Gómez, todas con sus puertas esquineras y una vista majestuosa a los cerros vallistos. Y la iglesia de San Pedro Nolasco de los Molinos, claro. Su origen se remonta al siglo XVII cuando don Tomás de Escobar mandó levantar un pequeño oratorio. Ampliado en 1659 por el mariscal Diego de Diez Gómez, recibe nuevas mejoras en 1692 y 1720. La cuarta refacción la hace don Domingo de Isasi Isasmendi quien acepta que la iglesia deje de ser de la Encomienda y pase a manos de la Curia. Su hijo Vicente se ordena sacerdote y continúa con las obras, pero luego es transferido como Deán de la Iglesia de Salta, recién erigida Catedral. La viceparroquia de San Pedro Nolasco queda a cargo de Antonio de Rioja, quien se ve obligado a vender y arrendar terrenos parroquiales. Antonio de Rioja es sobrino de Nicolás Severo de Isasmendi, y el asunto pronto deriva en un conflicto familiar y de intereses con la Curia. Hacia 1823, Isasmendi inicia cargos judiciales contra su pariente y éste, en represalia, le prohíbe asistir a misa dentro de la iglesia. Sin amedrentarse, Nicolás Severo manda construir en su casa (que está exactamente enfrente de la iglesia, donde hoy funciona la hostería Hacienda de Molinos) un balcón al que se accede por una escalera exterior desde donde escucha la Santa Misa. En 1937, este altillo-balcón es demolido. El 2 de febrero se celebra cada año en Molinos la fiesta patronal en honor a la Virgen de la Candelaria. Es una de las más bellas y tradicionales de la región. Fortines, caballos y personajes de apellidos ilustres como Dávalos, Rodó, Ortiz, Cornejo, se dan cita frente a la iglesia y acompañan a la imagen de la Virgen. Antes de entrarla de nuevo al templo, se realiza una ceremonia que data de los tiempos de la colonia: el batir de las banderas por parte de los alféreces reales, que desmotan de sus caballos y baten, uno por uno, sus estandartes, representantes de alguna congregación. Otro alto valioso en Molinos es el criadero de vicuñas Coquena, pionero en la cría en semicautiverio y esquila de este camélido americano. La lana obtenida en cada Chaku (como se denomina a la ceremonia ancestral con la que los indígenas atrapaban y esquilaban a las vicuñas) es utilizada por la Asociación de Artesanos San Pedro Nolasco para realizar productos hilados (ponchos, mantas, tapices, entre otros) de primera calidad.
ACSIBI
Seclantás es el único pueblo del valle salteño que está del otro lado del río Calchaquí. Hay que pasar por su iglesia y almorzar o cenar en Inti Raymi, uno de los mejores restaurantes de cocina regional auténtica, sin deco, fruslerías, ni ambiente boutique. Para llegar a las Cuevas de Acsibi , hoy llamadas Quebrada del Rincón, es preciso ir con guía. Se trata de un paraje aún poco conocido, que casi nadie visita en su debut en los Valles, un paisaje mágico y muy distinto, al que hay que destinar un día aparte. La salida implica avanzar unos 17 km por el lecho seco de un río, caminar unas dos horas por una magnífica quebrada roja de las formas más inverosímiles, para finalmente agacharse y entrar en las espléndidas cuevas que alguna vez fueron parte de la Hacienda de Urbina, cuando los indios Malcachiscos lavaban oro para los españoles hasta que éstos se sublevaron y no dejaron alma en pie. Sucedió en 1603. Desde entonces hasta ahora, un time lapse de más de 400 años en el que le sorprenderá no ver urbanización alguna. A lo sumo, la ruina de alguna casa con gruesos muros de adobe y puertas de cardón que tiene, quién sabe, 200 años?
COLOMÉ
Es uno de los hitos más extraños que propone el viaje. Una cita que conjuga inesperado almuerzo en coqueto bistró con la visita a un museo de instalaciones de luz íntegramente dedicado a James Turrell, artista norteamericano de renombre internacional. Nadie lo conocía por estos pagos y ese contraste, el del ripio y lo aislado del lugar, versus lo ultra moderno de la propuesta artística, es el que más asombra a los argentinos, y puede llegar a irritar a los extranjeros, que a veces no ven con tan buenos ojos haberse atravesado el mundo para encontrar en el último rincón de Salta lo mismo que podrían haber visto en Berlín, Hong Kong o San Francisco. Como sea, la experiencia de Unseen Blue, la gran obra montada en un atrio cuadrado que invita a acostarse y ver el atardecer encendido del cielo calchaquí a medida que muta de color, es algo para no perderse. En total son nueve salas de luz en un espacio de 1.700 m2. En 2018 la estancia, que cuenta con un hotel de nueve habitaciones reabrió al público.
El tiempo anda a otro ritmo en Cachi. Importante población colonial, comparte con Molinos una significativa diferencia en cuanto a su fundación: el origen de ambos fue la Hacienda; no son pueblos formados en torno a reducciones o parroquias de origen religioso. Cachi fue el feudo de don Felipe de Aramburu, y de su hijo adoptivo Benjamín Zorrilla. Hasta la mitad de la década del 50, el pueblo en sí era muy pequeño, de solamente siete manzanas. Sin embargo, la falta de comunicación era leyenda. No había teléfonos, y aún en los 60 la única forma de conexión que había era por carta o telegrama. En 1967 pusieron un aparato que comunicaba vía Radio Pacheco, con el resto del país. Cuenta Ruiz Moreno en su libro: "Esto fue un adelanto único para los habitantes que hacían cola para hablar. El empleado municipal que llevaba adelante esta tarea ponía verdadera voz de locutor, a causa de lo cual fue lector Concejal Municipal. Su nombre era Valois Farfán". Antes de que Cachi se llenara de cemento y casas de dos pisos, en 1978 se llevó a cabo el primer plan de preservación urbana del pueblo. Si hoy llaman la atención los letreros en madera de cardón, los faroles de las calles y las casas blanqueadas, sepan que no es casual. Es belleza adrede, y bienvenida. Siéntense a contemplarla en la plaza, pueden visitar el Museo Arqueológico junto a la iglesia que propone un recorrido cronológico desde los tiempos de los cazadores y recolectores hasta la llegada del español. En el Oliver Wine Bar pueden probar las mismas empanadas que representaron a la Argentina en el "Taste of London", de la mano de Fernando Trocca y Vicenta Aramayo, la empanadera del lugar. Y Donald Hess, el dueño de Colomé lanzó en 2015 Altura Máxima, un vino que además de top de gama, es top de altura: se ufana de estar hecho con los viñedos más altos del mundo, al 3.111 metros de altura.
LA POMA
Es el final, o el principio de los Valles, según cómo se lo mire. No siempre es posible llegar, puesto que en verano las lluvias pueden hacer que se clausure el acceso entre Cachi o La Poma o, con más frecuencia, entre La Poma y el Abra del Acay, la opción elegida por quienes quieren conectar Cachi con San Antonio de los Cobres. Vale la trepada para llegar a los pagos de Eulogia Tapia (¡la pomeña que inspiró la zamba del Cuchi Leguizamón existe!) y conocer el pueblo de La Poma Vieja, que quedó devastado por completo tras el terremoto de 1930. Es un museo a cielo abierto de hermosos ranchos de adobe con molduras y puertas de cardón, la mayoría del siglo XVIII. Lamentablemente, muchos están a punto de caer y ninguna autoridad protege estos magníficos ejemplos de arquitectura local que quedan en pie cuando sus propietarios se van. Arcos ojivales, de medio punto, columnas redondas, cuadradas, rejas antiquísimas: hay un acervo enorme, y muy variado, amasado por el hombre con la tierra del lugar y al rayo del sol. La Poma también es punto de partida para conocer el Puente del Diablo, construcción natural formada sobre el cauce del Calchaquí por la lava incandescente arrojada por el volcán Los Gemelos. Al solidificarse la lava sobre el río, lo obstruyó, y con los años las aguas cavaron un paso y formaron un puente natural de unos 150 metros, lleno de estalactitas y estalagmitas en medio de una gran oscuridad. La bajada al lecho del río es muy resbaladiza y peligrosa (ya se ha cobrado varias víctimas fatales). Vayan con guía y teniendo en cuenta las crecidas, puesto que si el nivel del río está muy alto cubre por completo el puente.
SI PENSÁS VIAJAR...
CÓMO MOVERSE
El auto es imprescindible. Pero, si no está en tus planes, ALE Hnos es la única empresa que ofrece el servicio Salta-Cachi en bus y Cachi-Molinos. T: (0387) 421-4447. Tené en cuenta que no hay servicio entre Molinos y Angastaco.
CAFAYATE
DÓNDE DORMIR
Cafayate Wine Resort
25 de Mayo, camino al Divisadero. T: (03868) 42-2272. www.cafayatewineresort.com
DÓNDE COMER
La Posta de las Cabras
RN 68 Km 80. T: (0387) 4085 380.
A mitad de camino entre Cafayate y Salta, justo pasando Talampampa, el lugar es una parada ideal para cargar energías. Mercedes Gutiérrez Castex, la anfitriona, comenzó hace 16 años. Riquísimas empanadas de queso de cabra, cabrito deshuesado al Torrontés y sándwiches. También se ofrece alojamiento en cuatro casas, dos para dos personas y dos para seis.
Piatelli
RP 2, Km 3. Camino a Yacochuya. C: (03868) 41-8214. www.piattellivineyards.com El restaurante de la bodega tiene capacidad para 100 personas y excelentes vistas del valle.
Pacha Resto BarBelgrano 92. T: (03868) 48-0955.Tomás Casado, antiguo chef de El Esteco, abrió su propio restaurante. Hace una cocina de producto fresco, de temporada. Ojo de bife adobado con hierbas y papas andinas; surubí a la plancha con quinoa, tomates cherry, cebolla escabechada y hojas verdes . Hay postres regionales, pero el volcán es una apuesta segura.
Bad Brothers Quintana 63. T: (03868) 42-6039. www.badbrotherswe.com Flamante restaurante y wine bar a una cuadra de la plaza, en una espectacular casa reciclada con buen gusto y obras del artista Esteban Diez Mathe. Los dueños son tres socios: Bill Natel y David Galland, de los Estados Unidos, y Agustín Lanús, el único argentino. El lugar tiene distintos espacios, incluido un jardín con parrilla. Proponen generosas tapas, tabla de quesos. También producen vinos con uvas de la Estancia de Cafayate: Mataca, de tres variedades, y Tovio, un blend de torrontés y viognier. Los clientes pueden elaborar su propio blend, etiquetarlo con el nombre que quieran y comprarlo.
PASEOS Y EXCURSIONES
Museo de la Vid y el Vino
Av. Güemes Sur esquina Fermín Perdiguero. T: (03868) 42-2322/ 2434. www.museodelavidyelvino.gov.ar
Renovado hace unos años, cuenta la historia del vino y el trabajo del hombre en la zona.
Cabras de Cafayate
Finca Auletta. T: (03868) 42-2050.
El emprendimiento de Gabriel Molina, uno de los hijos de Palo Domingo, de Domingo Hermanos, ha crecido –ya hay 500 cabras– y recibe visitantes para conocer el proceso de elaboración de queso. El recorrido por los corrales y la fábrica termina con una degustación de quesos.
Red de Turismo Campesino
C: (0387) 45-5127. http://turismocampesino.org
Desde Cafayate hasta Payogastilla, doce comunidades campesinas agricultoras y ganaderas a pequeña escala ofrecen servicios turísticos. Algunos son alojamientos simples en entornos preciosos, otras brindan comidas de campo y paseos.
Angastaco
Finca El Carmen
RN 40 Km 4420. C: (0387) 683-1322/412-5900. www.vallesdelcarmen.com.ar Después de la aridez de la Quebrada de las Flechas, en un valle verde a orillas del río Calchaquí, la finca de la familia Miralpeix es ideal para hacer un alto, almorzar –conviene reservar– y conocer la colorida capilla colonial construida en 1780 y varios museos (uno de maquinaria antigua, otro de miniaturas y otro arqueológico). En la confitería hacen tostados y pizzetas caseras. También hay un hotel con seis dobles (y dos cabañas bien equipadas y la posibilidad de hacer cabalgatas y excursiones en jeep al día siguiente. Además, piscina.
MOLINOS
DÓNDE DORMIR
Hacienda de Molinos
Abraham Cornejo s/nº. T: (03868) 49-4094. www.haciendademolinos.com.ar
PASEOS Y EXCURSIONES
Centro de interpretación
Abraham Cornejo y Sarmiento.En la casa histórica de Indalecio Gómez se montó hace algunos años un interesante museo interpretativo de la historia, la cultura, la flora y fauna de la zona de Molinos, Jasimaná, Tacuil, Amaicha. También hay una sala de exposición y venta de artesanías locales –tejidos de barracán, cuero, peleros, tapices– y se alquilan bicis para recorrer los alrededores o animarse a llegar a Colomé.
Iglesia San Pedro Nolasco
Hay misa de lunes a sábado, a las 19 y los domingos, a las 11.
Coquena
Sala Finca Entre Ríos, RP 53, camino a Colomé. T: (0387) 407-1259. www.coquenamolinos.com.ar El criadero de vicuñas que mantiene la Asociación San Pedro de Nolasco –formada por 21 familias– en la Sala Entre Ríos ha quedado disminuido por ataques de pumas y perros salvajes. El centro de artesanías continúa aunque con poco para comprar. Hay ponchos, quinoa, comino. También alquilan dos habitaciones en la casona principal y una casita para seis personas.
Colomé
RP 53, Km 20. T: (3868) 49-4200. www.bodegacolome.com
SECLANTÁS
Finca Montenieva
T: (0387) 482-3030. fidoaban@yahoo.com.ar FB: Cuevas de Acsibi Fido Aban y su hijo René son los encargados de llevar a los turistas hasta los cañadones rojos de Acsibi, que están dentro de su propiedad. En su chacra, a unos pocos kilómetros de Seclantás también tienen alojamiento básico.
CACHI
DÓNDE DORMIR
La Merced del Alto
Fuerte Alto Banda Norte. T: (03868) 49-0010. lamerceddelalto.com
El Cortijo Hotel Boutique
Av. Del ACA s/nº. T: (03868) 49-1034. elcortijohotel.com
Villa Cardón
Aranda s/nº. T: (03868) 49-1701. FB: Hostería Villa Cardón
Miraluna
Camino a La Aguada Km 7. T: (0387) 432-0888. www.miraluna.com.ar
DÓNDE COMER
Viracocha
Vicente López 353. T: (03868) 49-1713. www.restaurantviracocha.com.ar Otra sede del restaurante salteño, una buena opción para cocina de producto local con un toque de autor. A media cuadra del restaurante inauguraron un hostel.
Catalino
Av. Del ACA s/nº. T: (03868) 49-1034.El restaurante del hotel El Cortijo. Entre sus platos principales ofrece ragut de cordero y pastel de humita. Muy ricas empanadas.
Ashpamanta
Bustamante s/nº. C: (011) 5782-2444.El único vegetariano de Cachi es de Ariel y Verónica, una pareja de Buenos Aires que encontró su lugar en este pueblo de los valles. Las pastas están hechas en el momento y son riquísimas. Además de ser chef y tener proyectos como chef, es guía de los valles calchaquíes y conoce bien la zona de Las Pailas.
Oliver
Coronel Llanos frente a la plaza. T: (03868) 49-1903. FB: Martin Oliver El motociclista que hace un par de años fue noticia porque cruzó los 26 pasos fronterizos con Chile en un solo viaje de 14.600 km tiene su bar, el preferido de los extranjeros, con buenas pizzas, pastas, licuados y también, wine bar. Abren más temprano que nadie y cierran a medianoche. Para los que acampen y no tengan ganas de salir, hacen delivery.
PASEOS Y EXCURSIONES
Museo Arqueológico Pío Pablo Díaz
Juan Calchaquí s/n. T: (03868) 49-1080.En una casona del siglo XIX, son pocas salas con el material bien expuesto y explicado. Muy buen museo para entender el origen y desarrollo de esta zona de los valles.
Las Pailas
Gran sitio arqueológico cercano a Cachi. Después de una hora de caminata entre cardones se llega a una zona de morteros y pecanas. Se aconseja ir con guía. Ariel, el chef del restaurante Ashpamanta es guía municipal y conoce la zona.
La Poma
DÓNDE DORMIR
Ayelén
Madelmo Díaz s/n. C: (03868) 41-4173. C: (0387) 521-5795.Es el hospedaje de la diligente Celia Villanueva, que además cocina muy rico en el comedor contiguo a su posada. Desde $500 la doble con desayuno y baño privado.
PASEOS Y EXCURSIONES
Puente del Diablo
C: (0387) 611-4077.
Zacarías es el guía de la excursión: es preciso ir con él no solo para ubicar la bajada al río, sino para tener a quien recurrir en caso de resbalón, torcedura de tobillo o caída. También es indispensable entrar al río calzado y con casco. La temporada ideal es octubre-noviembre. En invierno hace mucho frío para meterse en el agua y en diciembre suelen comenzar las lluvias. No se aceptan menores de 14 años.
Nota publicada en revista Lugares nº214 febrero de 2014. Actualizada en septiembre de 2016.