La ciudad de la región italiana de Basilicata, será la Capital de la Cultura Europea en 2019. Conocida como “la segunda Belén”, sus construcciones típicas, conocidas como sassi, tienen más de 9000 años de historia.
Un color pálido, entre amarillo, gris y beige, cubre toda la ciudad. Al asomarse al balcón del Belvedere Piazzetta Pascoli, la primera panorámica de la Matera antigua sorprende. Los primeros sassi, construcciones construidas en piedra, están allí desde hace más de 9000 años.
En tren desde Bari
Matera queda a solo 80 kilómetros de Bari, la capital de Puglia, sobre el mar Adriático. En la estación Bari Centrale se toma el tren que va hacia la región de Basilicata (en un punto del camino la formación se divide en dos, por eso hay que consultar para subir en el vagón apropiado). Sin las multitudes de viajeros que visitan otras zonas de Italia, Matera es perfecta para pasar un día sin rumbo definido, entre iglesias rupestres, viviendas, construcciones convertidas en hoteles boutique, restaurantes.
El camino desde la estación de tren hasta el centro de la ciudad es a través de un barrio sin estridencias, con casas bajas y árboles en las veredas. La plaza central da alguna pista, con huellas de otro tiempo. Es el ingreso a una postal del pasado. Los caminos suben y bajan sobre las laderas de los pequeños cerros que forman la ciudad. El núcleo más antiguo se conoce como Civita, y reúne cuevas y grutas: la piedra caliza de la zona permitió que las construcciones fueran hacia adentro de la geografía.
Antes de sumergirse en la ciudad vieja conviene almorzar: Quattroquarti, un pequeño local con pocas mesas, prepara deliciosos panini con ingredientes típicos de la zona. La pizarra divide entre sabores del “resto del mundo” y “Lucania”, en donde se pueden encontrar, por ejemplo, combinaciones con caciocavallo podolico -un queso regional-, capocollo lucano -un tipo de salame-, alcauciles, hongos y nueces. Se puede comer en la misma paninoteca o pedir para llevar y sentarse en la plaza.
Una posible hoja de ruta
Las cuestas hacen difícil seguir un itinerario ordenado pero siempre aparece algo a lo que prestarle atención en los dos barrios principales de la zona vieja, Sasso Barisano y Sasso Caveoso -en donde está la iglesia Santa María de Idris-. Los pasajes permiten la inmersión en los detalles, mientras que los miradores y balcones sobre el barranco ofrecen vistas únicas.
La Cattedrale di Matera, construida en 1270, por fuera es austera y por dentro despliega su esplendor bizantino, con frescos y esculturas. Por el Parco della Murgia Materana, el pulmón verde que está junto a la ciudad, hay diversas caminatas para descubrir construcciones antiguas. A media hora del casco, en auto, está la Cripta del Peccato Originale, nombrada como “la Sixtina rupestre” por las pinturas que allí se conservan.
Polo cultural
En 2019, la ciudad será Capital de la Cultura Europea, ocasión para la que ya se prepara: recibirá artistas y proyectos de todo el continente. Declarada Patrimonio Mundial UNESCO en 1993, tuvo un pico de popularidad en 2004, cuando Mel Gibson la eligió como locación para rodar La pasión de Cristo. Por algo Matera es conocida como “la segunda Belén”. Allí, Pier Paolo Pasolini ya había filmado El Evangelio según San Mateo, y Franceso Rossi había hecho Cristo se detuvo en Éboli.
Al atardecer, los faroles de los sassi se encienden a medida que el sol se apaga. Los cafés se llenan de parroquianos que van en busca de su espresso, su porrón de cerveza o el aperitivo. El paso del día a la noche desde el mirador principal de la ciudad corona la jornada con una imagen que queda grabada. Después, es hora de emprender el camino a la estación para regresar a Bari.
Si pensás visitarla...
Transporte desde Bari: www.baricentrale.it
Dónde comer: www.quattroquartimatera.it
Proyecto Matera Capital de la Cultura Europea 2019:www.matera-basilicata2019.it
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Nota publicada en agosto de 2017.