Inaugurado en 1948, el ferrocarril que une Salta con Antofagasta -a través de una de las porciones más elevadas de los Andes- realiza un viaje tan excepcional como su trazado de viaductos, puentes y zigzags. Nació muy lejos de los objetivos turísticos actuales. Antes de su construcción, iniciada en 1921, las provincias de Salta y Jujuy -situadas a sólo 700 km del Pacífico- debían recorrer 1.600 km hasta el puerto de Buenos Aires para encontrar una salida al mar. Fue Yrigoyen quien propulsó la idea de un ferrocarril que cruzara la cordillera por Huaytiquina y llegara a Antofagasta. "La construcción de aquellas líneas férreas -dijo- tendrá para la cultura y el desarrollo de las provincias del Norte la misma importancia decisiva que tuvo para el Sur la conquista del desierto".
Una larga historia
Sin embargo, el proyecto tenía también larga tradición de dificultades políticas, económicas, materiales y económicas. Los prolegómenos habían comenzado en 1895. Hacia 1909, el tren llegaba sólo hasta
Rosario de Lerma
y los obstáculos hacían palidecer la perspectiva de concretarlo. Pero en 1914, se declaró caduca la concesión de Emilio Carrasco y en 1921, Yrigoyen autorizó la prosecución de las obras. Fue entonces cuando el ingeniero norteamericano Richard Fontaine Maury apareció en escena. Instaló en
Campo Quijano
, donde está enterrado, el campamento y puso manos a la obra. Estuvo a cargo de ella hasta enero de 1931 porque un interventor militar lo separó de su puesto y lo dejó cesante. No obstante, fue suficiente para que este brillante hombre concretara los grandes hitos del ramal: los dos zigzags de
El Alisal
y
Chorillos
, que salvan 52 y 54 metros respectivamente (indescriptible la sorpresa de la gente cuando se da cuenta en la estación de
El Alisal
que después de un montón de maniobras está en el mismo lugar sólo que el equivalente de un edificios de 18 pisos más arriba), y el viaducto de
La Polvorilla
.
El viaducto de la Polvorilla
Se trata de una obra magna de la ingeniería: 1600 toneladas, 224 metros de largo suspendidos a 63 metros de altura. Es la postal más conocida del Tren, y el punto de llegada de la excursión turística que se ofrece todo el año. Fue construido por la Compañía Industrial Cosulich Argentina, a cargo de Tillius Daniel Hannecke entre 1930 y 1932. El tramo hasta allí es de tan solo 217 km de los 570 km del recorrido total hasta Socompa, en la frontera con Chile, cubriendo en 903 km de rieles la distancia que separa a Salta de Antofagasta, la verdadera razón de ser del Ferrocarril Huaytiquina. La obra se vio obligada a cambiar de nombre sobre la marcha, puesto que estaba planeado que el cruce fuera por ese paso, pero estudios de factibilidad que Maury hizo con Nicanor Alurralde en 1923 determinaron que Socompa (3.866 m.) sería mejor que Huaytiquina (4.275 m.). Se terminó entonces con la frase acuñada años antes de Huaytiquina paga: no sólo el nuevo trazado obligaba a abandonar su uso, sino que los supuestos buenos sueldos ofrecidos acababan no siéndolo tanto en función del trabajo demandado. El cambio de ruta fue sugerido por Chile, a quien se le facilitaba su porción de obra desde Socompa. Y vista la resistencia que esa línea encontraba en el vecino país, Argentina accedió a modificar el paso. De todos modos, el Ramal C-14 del Ferrocarril Belgrano, es el tercero en altura de todo el mundo (el más alto es el que une Lima con Huancayo).
Finalmente, el tren
Así, la obra fue inaugurada el 20 de febrero de 1948, bajo la presidencia de Perón por el Ministro Pistarini. Maury nunca vio pasar el tren por la Polvorilla (por donde atravesó por primera vez el 7 de noviembre de 1932). Trabajó en Mendoza, en Tucumán y en Bolivia, y murió en 1950 a los 67 años. Sus restos descansan en Campo Quijano.
Cuarenta años después, las vicisitudes mundiales hicieron que los trenes perdieran enorme participación en el traslado de cargas. El Tren a las Nubes, cuyo primer servicio turístico fue concretado el 16 de julio de 1972, permaneció cerrado por falta de mantenimiento entre 1990 y 1991. Reinició sus servicios a mediados de 1992. En julio de 2014, tras un descarrilamiento, las autoridades salteñas rescindieron la concesión de la empresa Ecotren que explotaba el Tren a las Nubes y anunciaron la decisión de mantenerlo como empresa pública, atendiendo especialmente motivos de seguridad.
En la actualidad opera en una nueva versión de jornada completa en bus (de 7 a 20 con dos horas para el almuerzo en San Antonio de los Cobres) y sólo media hora de viaje tren, en el trayecto que va desde San Antonio de los Cobres hasta el Viaducto La Polvorilla. Más información: www.trenalasnubes.com.ar
LA NACION