TAMPA, FLORIDA.- Edificios altos y espejados se mezclan con construcciones que muestran huellas de su historia. Tampa se presenta como una ciudad adolescente, pujante, en pleno crecimiento. Se ven grúas y esqueletos ultramodernos prontos a estrenarse. Los condominios han aflorado al ritmo de una multitud más joven que desembarca aquí. Dicen que 200 personas se asientan en la ciudad cada día.
El mismo Bill Gates, junto con el ex banquero Jeff Vinichi, iniciaron el año pasado un proyecto multimillonario que incluirá una escuela de medicina, un instituto cardíaco, tiendas, restaurantes, viviendas, dos hoteles y oficinas. En esa enorme comunidad, se medirá la calidad del aire, las bicicletas tendrán prioridad, y abundarán los jardines comunitarios.
Es que Tampa viene cambiando su rostro. Y más progresos están por venir. El nuevo Riverwalk, por ejemplo, que corre a lo largo del río Hillsborough, hace que el centro sea más amigable para los peatones.
Este sendero conecta lugares como el Museo de Arte de Tampa, el Museo de Artes Fotográficas de Florida, el Museo de Niños Glazer, el Centro de Artes Escénicas Straz, el Centro de Convenciones y el Acuario. También hay restaurantes, y desde aquí se pueden alquilar lanchas o tomar el barco pirata, para conocer y bajarse en todas las atracciones que ofrece la costa del río, como si fuera un micro acuático hop on-hop off.
Aunque el visitante no vaya a pisar ninguno de los museos durante el camino, el paseo vale la pena para conocer el corazón de la ciudad y mirar una vez más sus contrastes. Mientras de un lado el Tampa Museum of Art muestra una modernosa arquitectura, al otro lado del río descansa el histórico edificio árabe de ladrillo de la Universidad de Tampa, coronado por torres del tipo de las mezquitas.
Atravesar el puente para verla de cerca es una obligación. La Universidad de Tampa, fue al momento de inaugurarse, en 1891 (y hasta 1932), el opulento Tampa Bay Hotel. Construido por Henry Plant, exitoso hombre de negocios y fundador del sistema Plant de ferrocarriles y barcos a vapor, hasta aquí llegaban sobre rieles sus pasajeros de trajes oscuros y sombreros y señoras de vestidos largos, para abordar un navío a La Habana, Jamaica, Nueva Orleans o Bermudas.
Diseñado en el estilo de un palacio árabe, el enorme edificio de ladrillo rojo y cúpulas hoy se puede visitar, siempre que no se moleste a sus estudiantes, y tiene 27 opciones para comer, desde cadenas como Starbucks o Chick-Fil-A hasta restaurantes, todas abiertas al público. El Riverwalk se puede recorrer a pie, pero si la idea es conocerlo de punta a punta, hay bicicletas en alquiler. Tiene un largo de 4,1 km, desde el Florida Aquarium en el sur, hasta Armature Works, en el norte, un mercado de 2000 m2 que se inauguró hace dos años. Es el último lugar de moda en Tampa para fanáticos de la gastronomía, con aire a San Francisco. El edificio de 1910 fue anteriormente la instalación de almacenamiento y mantenimiento de los tranvías. Ese mismo espíritu conserva hoy entre sus paredes, pero ahora albergando 16 opciones para comer.
El downtown, adyacente al Riverwalk, también es para conocerlo a pie. El antiguo City Hall con su icónica torre del reloj verde es el habitante más antiguo de la ciudad, justo en el centro del distrito comercial. A su lado, las construcciones altas y modernas muestran cuánto ha evolucionado la zona. Pese a su reciente crecimiento, Tampa es aún pequeña, capaz de sentirse familiar al segundo día de visitarla.
Si bien vive a la sombra de su vecina, Orlando, meca del turismo, su oferta hotelera también viene en aumento.
El Seminole Hard Rock Hotel y Casino abrió una nueva y lujosa torre de 500 habitaciones, sumándose a firmas como Marriot, Hyatt, Element y Home2 Suites, que están desembarcando este año; de hecho, el aeropuerto internacional también sumará dos hoteles, como parte de su expansión.
El tranvía TECO circula por las calles del centro cada 15 minutos. Se recomienda pegar el salto y subirse. Es gratuito e histórico. Sus coches, de la vieja escuela y con interior en madera, recorren el centro de Tampa de 7 a 19 hs, el puerto de cruceros, y llega hasta la ciudad de Ybor, un pequeño y oculto New Orleans.
La línea es una réplica para turistas y le pertenece a Hillsborough Area Regional Transportation Authority, propiedad del municipio de Tampa.
Ybor City es conocida como la Ciudad de los Cigarros, y para entenderla hay que remontarse a su historia. Cuando el ferrocarril llegó hasta la ciudad desde el norte, un grupo de fabricantes de cigarros, liderado por Don Vicente Martínez-Ybor, compraron tierras al lado del puerto, drenaron los pantanos y fundaron Ybor City.
Para 1890, estaba en auge y el tabaco era el rey, importado en barcos desde La Habana, enrollado aquí en cigarros y luego colocado en vagones de a millones y transportados a los fumadores de Estados Unidos.
Así llegaron los cubanos, atraídos por buenos salarios, y fueron seguidos por alemanes e italianos, que establecieron granjas y tiendas para servir a la creciente comunidad. Ybor finalmente fue absorbido como un vecindario de Tampa.
Reliquias del tabaco
Hoy está lejos de lo que fue, pero en su calle principal, la Séptima Avenida, todavía se ven antiguos clubes sociales, como el Club Cubano o la Sociedad Italiana, en magníficos edificios de ladrillo con balcones de hierro forjado. Cualquiera podría pensar que camina por una calle de New Orleans. Si bien el área cayó en desgracia a medida que la mecanización reemplazó los cigarros hechos a mano, ha resurgido como la cara descontracturada de Tampa. En la calle los carteles anuncian Tabacos hechos a mano, como en Nichahabana, La Faraona Cigars, King Corona Cigars o Casa Tabanero.
Sobre la avenida principal de Ybor está Columbia, el restaurante más emblemático de esta ciudad, que ha sido propiedad de la misma familia desde 1905. No solo es uno de los restaurantes españoles más grandes y famosos del mundo, sino que también es el de funcionamiento continuo más antiguo de Florida.
Fue pionero en brindar espectáculos de alta calidad a los comensales. Tiene quince comedores, con capacidad para 1700 personas. El restaurante tiene casi 5000 metros cuadrados y abarca una manzana entera. ¡Majestuoso!
A 40 minutos de Tampa en auto están algunas de las playas más buscadas del estado, como Clearwater Beach o el parque estatal Honeymoon Island, una gran isla con seis kilómetros de arena y bosque de pinos, a la que se accede por auto. En San Petersburgo, además de St. Pete Beach, está frente al mar el museo de Salvador Dalí, que alberga la mayor colección de obras fuera de España del gran catalán. El edificio es tan impactante como la muestra de su interior.
Busch Gardens
A una hora de Disney, Tampa también tiene su atracción estrella: Busch Gardens. Ambientado como si estuviera en África, ofrece, además de animales y zafaris, siete montañas rusas.
Tigris, inaugurada en 2019, es la de lanzamiento más alto del estado. Además se está construyendo Iron Gwazi. Se estrenará este año y se autoproclama como la montaña rusa híbrida más alta, más empinada y más rápida de América del Norte.
Busch Gardens también tiene su parque acuático justo enfrente, Adventure Island, que abre de marzo a octubre.
Si faltaba algo para aumentar la oferta de entretenimiento, a 40 minutos de Tampa abrirá el primer parque de nieve de Florida. Snowcat Ridge inaugurará en noviembre. Es una colina destinada a hacer tubbing (deslizamiento con inflables). La colina tiene 18 metros de alto y 121 de largo, y una alfombra mecánica que sube a los huéspedes y sus inflables.