Esta aventura en la reserva Punta Loma empieza al alba y se hace los días en los que no hay viento.
Las dos primeras cosas que te cuentan o te preguntan sobre esta excursión, son las mismas que casi todos nos preguntamos: ¿qué onda los lobitos, los podés tocar, no te hacen nada? Y la inevitable… ¿no está muy fría el agua?
Esta excursión es una sorpresa y aunque nos la hayan contado, vivirla es único. Entrar al agua, sumergir la cabeza y verlos acercarse es mágico.
“Los lobos son como perritos, se acercan a jugar,” advierten quienes vivieron la experiencia de zambullirse frente a la lobería. Son curiosos, tiernos y con grandes ojos marrones, sobre todo los cachorros que son los primeros en arrimarse a ver quién llegó, como un niño que corre a la puerta a recibir a las visitas. Se mueven todo el tiempo, rápido, van y vienen, se acercan, se alejan, revolotean, juegan entre ellos. Se dejan acariciar y como una travesura, mordisquean las patas de rana y los trajes, algo que apenas se siente porque la mordida es muy suave y el traje, muy ancho. Se los puede tocar sin problema, aunque la advertencia es no abrazarlos. Puede que se queden, pero seguramente se molesten y se alejen. También se acercan algunas hembras. Los machos se quedan en la lobería.
Para llegar hasta Punta Loma, reserva natural de lobos que está estrictamente controlada para su conservación, son aproximadamente 20 minutos de navegación. Punta Loma es una colonia de lobos permanente – alberga casi 300 mamíferos - y la más grande del Golfo Nuevo. Por ello, esta excursión está empezando a competir nada menos que con el nado con mantarrayas en las Islas Maldivas o el snorkeling en la Gran Barrera de Coral en Australia.
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Al llegar frente a la lobería, la lancha se detiene a varios metros de distancia y desde allí hay que acercarse nadando.
Y el agua, ¿está fría?...Para meterse hay que ponerse dos trajes de siete milímetros: uno largo primero y uno corto encima, botas, casquete, el snorkel y las antiparras. Sobre el frío… es un factor que no ha hecho a nadie salir del agua. Al ver a los lobitos acercarse, las bajas temperaturas se olvidan, se pasan. Friolentos, ¡no se abstengan!
Si pensás hacerlo…
_ La excursión incluye el traslado, el equipo, la provisión de traje (media, guante y casquete de neoprene en invierno también), algo caliente al salir del agua, fotos y videos hechos con una Go Pro.
_ Pueden hacerlo los chicos desde los ocho años.
_ Los buzos acreditados pueden ir por más y hacer buceo en el mismo lugar. Bajo el agua los lobos se sienten aún más seguros y se acercan rápidamente.
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Nota publicada en mayo de 2017.