Sintra, el glorioso edén de Lord Byron, poblado de mitos y misterios
Próxima a Lisboa, en Portugal, Sintra se encuentra a los pies de la sierra homónima. Árabes y romanos se la disputaron, y, debido a su cercanía, durante el siglo XIX esta ciudad colorida, pequeña, pero no por eso menos importante, fue residencia de la monarquía portuguesa.
Durante el Día Mundial de los Destinos Verdes, Sintra ha sido nombrada uno de los 100 destinos más sostenibles por el programa Green Destinations Awards, que promueve y certifica destinos turísticos sostenibles. El premio reconoce aspectos como la gestión de residuos, la energía y la conservación de la naturaleza, entre otros.
El poeta Lord Byron la llamó el Glorioso Edén, y nada más acertado que eso. Se puede llegar a esta villa, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, tanto a través de una excursión como por cuenta propia en auto desde Lisboa, que son 20 minutos, aproximadamente. O bien en tren, desde la céntrica estación de Rossio, unos 40 minutos de viaje. El billete de ida y vuelta cuesta 4,50 euros. Al llegar, la estación de Sintra está a un kilómetro del casco histórico, por eso desde ahí deberemos tomar el autobús 434, que tiene un costo de 6,90 euros.
Sus monumentos son una muy buena opción para visitar esta ciudad, por su arquitectura y antigüedad, siendo indispensable dejarnos llevar por sus encantos para conocerla a fondo.
En la parte baja de una montaña se encuentra el casco histórico, de calles estrechas y empedradas; el Palacio Nacional, y locales de artesanías. En este sector vale la pena detenerse en algún café y degustar la tradicional repostería.
Como en una parábola de esas que nos permiten adentrarnos en la magia, Sintra destaca por sus jardines, bosques, leyendas, misterios y un palacio como de cuentos, el Da Pena –a poco kilómetros del centro histórico y construido por el rey Fernando II–, ese que sobresale por su diversidad de colores en el punto más alto de la colina, con su arquitectura ecléctica y una vista espectacular del océano Atlántico. Da para perderse en ella y no pensar en nada.
A su parque exótico, que contiene gran cantidad de especies, se ingresa de 9.30 a 20 abonando 7,50 euros, y al palacio, de 9.30 a 19 pagando 14 euros. Si bien es caro, vale la pena conocer este lugar.
Desde la parte baja de los jardines se divisa el Palacio da Pena y sus miradores, imponentes. Se puede acceder ya sea caminando o por medio de un ómnibus que nos acercará hasta arriba, ya que sus calles son empinadas y sus caminos sinuosos. Por eso se recomienda calzado cómodo para recorrer este lugar y algo para resguardarse del sol en los días de extremo calor, ya que no hay sitios donde poder esconderse.
Una vez ahí se entra por la denominada Puerta Rosa, para luego pasar por la Monumental, donde nos aguarda un arco que marca el acceso a la recepción del palacio y al emblemático puente levadizo, típico de los castillos.
El Palacio da Pena cuenta con distintos tipos de arquitectura: neorrenacentista, neomanuelina y neogótica, y desde él se ve el Castillo de los Moros –que también puede ser visitado–, una fortificación militar del siglo V.
En una de sus entradas, una figura de piedra de un tritón mitad hombre, mitad pez sobre una terraza nos observa a modo de desafío, y atravesando el Patio de los Arcos camino al Paseo de Ronda obtendremos unas vistas exclusivas de Sintra para tomar las mejores fotografías.
En el interior del palacio se encuentran sus espacios principales, como el claustro, con azulejos moros españoles; las habitaciones del rey y la reina; la sala de visitas; la terraza de la reina; la sala de fumadores, y la capilla, entre otros.
Y ya en lo alto, si necesitamos hacer una pausa, podremos tomar algo, puesto que una confitería al aire libre nos estará esperando.
Lugar de misterios si los hay, la Quinta da Regaleira, una mansión gótica del siglo XIX, se encuentra a 700 metros del centro histórico de Sintra, y está abierta de 9.30 a 19. El costo de la entrada es de 6 euros.
Lleno de mensajes esotéricos, con gárgolas espectaculares y destacando los detalles de sus construcciones, este lugar fue adquirido en 1892 por António Augusto Carvalho Monteiro, entomólogo y empresario brasileño.
Posee cuatro hectáreas con sus jardines vistosos, lagos, torres, edificios, y también cuenta con un palacio. Si bien todo es llamativo en esta quinta, hay algo que destaca de este mágico lugar, ya que está relacionado con la masonería, los templarios y la Rosacruz; una misteriosa torre invertida, también denominada pozo iniciático, que hace referencia a la Divina Comedia, de Dante Alighieri. Se cree que allí se hacían rituales masónicos de iniciación.
La entrada es a través de una puerta de piedra y son nueve niveles, asociados a los nueve niveles del Infierno y del Paraíso de Dante. Una galería con una escalera en espiral nos conduce hasta un pozo, en cuyo fondo hay una cruz templaria.
Conforme bajamos los escalones, la historia también lo hace de a poco, y la salida de este mágico lugar es por el Portal de los Guardianes, que sin saberlo nos despiden después de este recorrido.
Nada fue puesto al azar en este alquímico lugar, y según vayamos descubriendo más sitios notaremos que todo está inspirado en la Orden del Temple, como la capilla de la Santísima Trinidad, construida en piedra blanca y con mosaicos traídos de Venecia. Y que distintas deidades habitan aquí en el Rellano de los Dioses, como Vulcano, Dionisio, Venus, y el músico mítico Orfeo, entre otros.
Una gran variedad de plantas se encuentran en este bosque, y también el Lago Mayor, la Fuente de la Abundancia, y las torres de los Mundos Celestes y del Zigurat El palacio de la quinta cuenta con pisos con cerámicos, techos tallados en madera y detalles mitológicos en sus puertas, destacando sus dormitorios, los balcones, y las torres octogonal y la neomedieval.
Aquí también, si se necesita hacer una pausa, hay una confitería y restaurante con una terraza, donde se puede almorzar o tomar algo disfrutando del paisaje. Además en este mágico lugar se ofrecen ciclos de conciertos, obras de teatro y exposiciones, y el acceso a estos espectáculos está incluido en el boleto de la entrada.
Si bien visitar el Palacio da Pena y la Quinta da Regaleira nos llevará varias horas, y aunque esté un poco alejado –a 18 kilómetros al oeste de Sintra, aproximadamente–, no se puede dejar esta ciudad sin pasar por el Cabo da Roca, en el extremo más occidental de Europa, ese lugar "donde la tierra acaba y el mar comienza", según lo describió el poeta Luis de Camões.
Aquí, en el cabo –formado por acantilados gigantes, el océano Atlántico imponente, el faro, un monumento y la tienda de regalos–, nos despedirá un bello atardecer. Entonces sí, ya será hora de emprender el regreso.
Comer y beber
El bacalao es la estrella de todo Portugal, y lo preparan de distintas formas; lo que más se consume es la carne de cerdo.
Entre los pasteles típicos de Sintra destacan las queijadas (tartas hechas de una mezcla de azúcar, huevo, nata y queso fresco) y los travesseiros (dulce de milhojas relleno con almendras, yemas de huevo, canela y azúcar).
La Casa Piriquita, en Rua das Padarias 118, fundada en 1862, se especializa en estos productos, y es la recomendada por los sintrenses.
Entre los bares están el Saloon Cintra, en el centro, con variedad de bebidas; el Fonte da Pipa, donde se recomienda el chocolate caliente, y Casa do Fauno, un pub medieval, místico, rodeado de árboles, donde el personal nos atenderá vestido con trajes de época.