¿Sin playas durante el verano? En Río de Janeiro prohíben ir a las praias hasta que haya una vacuna
El aumento de casos de coronavirus y la dificultad para usar barbijos y mantener distancia social hicieron que el alcalde de Río de Janeiro prohíba el ingreso a las playas cariocas para disfrutar del sol y del mar hasta que haya una vacuna o los contagios se reduzcan a cero. En Brasil incluso se especula que no se podría ir a las playas de la Cidade Maravilhosa en los meses de verano, si se mantiene esta restricción.
Durante el mes pasado, se permitió la vuelta a las playas, pero fue tal la cantidad de residentes que invadió las arenas en busca de sol, baños de mar y diversión, que se volvió a la prohibición. El estado de Río de Janeiro ya registró más de 11 mil muertes por el Covid-19 y 130.000 contagiados.
Las playas siguen habilitadas únicamente para la práctica de actividades deportivas individuales (caminar, correr) y acuáticas, pero no para tirarse en las playa y hacer vida social, siempre con la utilización de tapabocas.
"Los lugares donde generalmente no se usa la máscara, como en las playas, solo deben liberarse después de la vacuna o que la tasa de contaminación sea cercana a cero", declaró Marcelo Crivella, alcalde de Río de Janeiro, hace unos días como justificación para la nueva prohibición, que entró en vigencia durante el fin de semana. El funcionario alertó que multará a los que vayan a las playas incumpliendo las normas. De hecho, durante el fin de semana se labraron 135 multas a personas que no usaban tapabocas para caminar, según informa la Prefeitura de Río, en su sitio Web.
Si esta decisión se mantiene en pie, se demorarán varios meses para que los cariocas y los visitantes puedan ir las playas, casi una prohibición también a la actividad turística, uno de las principales fuentes de ingreso de la ciudad.
Los principales atractivos turísticos de Río de Janeiro, como el Cerro Pan de Azúcar, al que se asciende en teleférico, y el Cristo Redentor, también permanecen cerrados sin fecha de apertura prevista.
Sin embargo, en los últimos días se flexibilizaron los accesos al Parque Nacional da Tijuca, Jardín Botánico y Parque Lage, que reabrieron parcialmente. Por ejemplo, en el parque de Tijuca, no se pueden usar las cascadas y lagos para refrescarse y tampoco se puede acceder a los miradores y a las áreas para hacer picnic.
Durante la semana pasada,también se habilitó la apertura de bares y restaurantes, que deben respetar una distancia de dos metros entre mesa y mesa y con la capacidad reducida al 50 por ciento. También deben priorizar poner mesas en lugares abiertos, como las veredas. Aunque se puede consumir en bares, se prohibió la venta de bebidas alcohólicas en kioscos, para evitar la aglomeración de personas en las calles.
Aunque la mayoría de los hoteles están cerrados, algunas propiedades reabrieron, con protocolos estrictos y servicios restringidos, especialmente en el área gastronómica y de recreación. También están abiertos los centros comerciales y galerías.
En cuanto al ingreso a Brasil, continúa la restricción para la entrada de extranjeros, en principio hasta fin de mes.