De Catritre, la más cercana al centro de la ciudad neuquina a las más alejadas camino a Chile, balnearios de aguas cristalinas y rodeados de montañas para los que se animan al chapuzón frío
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Este verano verano se impusieron los viajes al aire libre, y San Martín de los Andes, enclavado al pie de la cordillera neuquina, a orillas de las cristalinas aguas de lago Lácar, muy cerca del imponente volcán Lanín y dentro de la jurisdicción del Parque Nacional Lanín, ofrece una amplio abanico de playas y actividades en sus costas.
La temporada es mejor de lo que se esperaba, llegando al tope del 100% de ocupación el feriado de carnaval y picos del 95 por ciento de ocupación durante el resto del verano.
Las playas, una por una
Con el lago Lácar como emblema del lugar, que baña las costas del centro de esta villa de montaña, pasando por las preciosas playas de Catritre hasta las deliciosas costas del paraje Quila Quina, dentro del Parque Nacional Lanín, o en el paraje Lo-Log. Y un poco más lejos también, desde las costas de la Villa de Melinquina, a treinta kilómetros del centro, en el espectacular camino de los Siete Lagos. O Yuco y Nonthue, de paso a Hua Hum, en la frontera con Chile. San Martín deslumbra con sus costas y lagos prístinos.
Por cercanía, Caritre es de las más concurridas. Ubicada a cinco kilómetros del centro, es una buena alternativa para llegar caminando, aunque también muchos se acercan en bicicleta o en auto por la ruta 40. Hay áreas delimitadas por boyas para bañarse, evitando que los chicos se vayan lejos y que las embarcaciones pasen cerca de la costa. Además hay dos campings atendidos por la comunidad mapuche Curruhinca.
Un poco más alejado, está el paraje Quila Quina. al que se puede llegar tanto en auto por la misma ruta 40, disfrutando en el camino de panorámicas espectaculares, o en el catamarán que parte del muelle.
Quila Quina, que en mapuche significa Tres Puntas, está dentro del Parque Nacional Lanín. La villa es el resultado de un loteo residencial que se dio en la década del sesenta para “afianzar” el territorio argentino en estos lares donde el límite con Chile está muy cercano. Si bien es parte del territorio ancestral mapuche, en aquellos tiempos se vendió toda la parte baja a familias tradicionales porteñas que tienen sus caserones frente al lago. En la parte alta viven los integrantes de la comunidad Curruhinca, quienes aún reclaman, pacíficamente, por las tierras y que van lentamente, acomodando su vida al turismo.
En Quila Quina hay una proveeduría, un camping muy prolijo con todos los servicios, grandes parcelas y dormis; un restaurante en el muelle, una pequeña feria artesanal, y no mucho más. Por acá, además de retozar en la playa y bañarse en las deliciosas aguas del lago, se puede hacer una caminata o hasta una cabalgata con una parada en la Cascada Arroyo Grande, por un sendero en medio del bosque nativo repleto de maitenes, ciprés de la cordillera, y roble pellín que crecen en medio de vegetación introducida como la retama, la rosa mosqueta o los pinos.
Es un circuito de tres kilómetros, que le da toda la vuelta a la villa y por el que se llega hasta otro mirador imponente con vista al pueblo hacia un lado, el cerro Colorado al frente, el inmenso lago y más allá. A mitad de camino está la entrada a la cascada, que es administrada por la comunidad Curruihinca. En los últimos años, con el advenimiento del turismo, muchos integrantes de la comunidad se fueron volcando a esta actividad, sobre todo en la temporada de verano, alternando con sus tareas forestales y agrícolas. El sendero es mantenido por ellos, que construyeron barandas y algunos bancos para descansar, y se cobra un ingreso muy económico para mantenerlo. Tiene unos trescientos metros en un suave descenso muy fácil de transitar, en el que se ve y oye la cascada desde distintos puntos de vista.
Kayak en Lo Log
El paraje Villa Lo Log es una de los tantos rincones hermosos que hay en los alrededores de San Martín de los Andes, un sitio que empieza a aflorar al turismo y hasta elegido por algunos residentes que se van mudando lentamente acá. El lago Lo Log es un espejo de aguas brillantes, azul intenso, ideal para la práctica de kayak, sobre todo en días poco ventosos. Desde la playita se ve el cerro Colorado, uno de los más buscados por los trekkers,y buena parte de la Bahía Guerrero, una ladera reforestada con pinos para extracción de madera.
Facundo Romera, del Team Outdoor San Martín de Los Andes es guía de kayak y corredor de carreras de aventura. Antes de salir a remar, muestra los materiales que se necesitan, haciendo hincapié en los de seguridad como una radio VHS, una cuerda de rescate, el botiquín, el chaleco salvavidas. Luego pasa a explicar la mejor manera de remar, con un remo que tiene el agarre de aluminio y la “cuchara” de plástico. Para los principiantes basta con una simple explicación antes de salir. “Cuanto más se mete la cuchara en el agua mas tracción”, explica el guía. A veces, también, se usa el cubre cokpit, o pollerita, que recubre la boca del kayak, pero en días cálidos y remadas cortas no es necesario.
Los kayaks de Romera también tiene un timón, que es un pedalcito de metal, ubicado a los pies. Según dice son un invento de la zona. “Aparecieron hace diez años, hoy es común. Se usan para correr, ya que para hacer de timón, tenías que dejar la pala clavada, dejabas la pala clavada y perdías velocidad. Así seguimos remando y con los pies manejas el timón”. Y así, mientras tanto, se puede disfrutar de la inconmensurable belleza y quietud de este lago típicamente patagónico.
Otra de las opciones para salir a kayakear con Romera es el Lago Machónico, a 28 kilómetros, en la Ruta de los Siete Lagos, camino a Villa La Angostura. Ubicado al pie de la cordillera, está rodeado de bosques de coníferas y fagaceas y está prohibida la navegación a motor. Se reman en dos lagos, el Machónico y el Pichi Machónico, y también el río Hermoso. Sobre la playa, en la margen norte del lago Pichi Machónico, hay tiempo para un refrigerio sobre la playa, y reponer energías.
Rafting, alta temporada
“Si bien fue una temporada atípica, fue muy buena para todas las actividades al aire libre, y el rafting fue el producto más vendido este año”, asegura Javier Jonisz, guía de rafting de la empresa Destino Andino. Hay tres opciones en la zona, y cada una tiene sus particularidades. El rio Hua Hum, que es el más cercano, y está ubicado a 40 kilómetros, el río Chimehuin, a 65 kilómetros, y el Aluminé, a 150 kilómetros. Los tres tienen características similares, y son para disfrutar en familia. “Lo único que se necesita es no tenerle miedo al agua, hay que estar dispuesto a estar contacto con el agua”, señala el guía. Los ríos se dividen en seis clases según su nivel de dificultad. Los más seguros son los clase dos, como el Hua Mum y el Chimehuin, que son sencillos y seguros. “Pero no implica que sean más divertidos un clase tres, como lo puede ser el Aluminé en primavera -según la cantidad de agua que traiga - que tiene algunas situaciones potencialmente peligrosas y más difíciles de resolver”.
El Chimehuin es el más popular, porque es sencillo para llegar con auto propio. Es una excursión de medio día, en la que se navegan siete kilómetros. En la travesías se contempla el paisaje típico de la estepa patagónica, y en algunos tramos vistas del volcán Lanín. A mitad de camino, la excursión se detiene al lado de una piedra gigante desde donde se puede saltar al agua y nadar. Al finalizar, se ofrece una merienda con torta frita, infusiones y gaseosas. Cabe aclarar que todos los equipos – chalecos, cascos, remos, trajes de neoprene- se desinfectan antes de cada excursión . La capacidad está limitada por protocolo al sesenta por ciento, y el barbijo no es obligatorio en la balsa, pero si dentro del transfer.
A pesar de que el Huam Hum es el más cercano, es el que tiene la logística más compleja. El recorrido implica navegar tres kilómetros en Argentina y tres en Chile, y es necesario hacer tramites migratorios. Por ese este, a raíz de la pandemia, con las fronteras cerradas, no fue posible. “Es el paisaje más espectacular de todos, que atraviesa de los paisajes del bosque andino patagónico a la selva valdiviana, y a mitad de camino hay unas termas donde se puede hacer un alto y una playita donde se puede practicar nado de montaña”, se entusiasma el guía, que no ve la hora de volver a bajar por ese río.
Para llegar al río Aluminé hay que recorrer 150 kilómetros, una buena parte en caminos de ripio. Son más de dos horas de viaje, aunque vale la pena. Se hace una bajada por el río de seis kilómetros en medio de un paisaje cordillerano. Al finalizar, se puede optar por una cena con pollo al disco o un asado.
Playas, lagos, ríos y montañas, grandes opciones para aventurarse en San Martín.
Datos útiles
Donde Hospedarse
Los Suites Chapelco Hotel
https://www.loisuites.com.ar/es/hotel/loi-suites-chapelco-hotel
Excursiones
Destino Andino: http://www.destinoandino.tur.ar/
Facu Romera: Instagram @facuromerasma
Más información
http://www.sanmartindelosandes.gov.ar/