Rafting. Por los ríos del país, en busca de un baño de adrenalina
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PARA LA NACIONGabriela Cicero
La práctica de rafting en la Argentina no está reservada solo para aventureros en busca de adrenalina. Durante el verano, los ríos revoltosos divierten y refrescan a grupos de amigos, parejas y familias enteras. Los deshielos de la Cordillera hacen delicias en los cauces de los ríos. Habrá que probar la tabla de lavar del Atuel, deslizarse por el Tobogancito del Manso, en Bariloche. Las aguas no siempre son del mismo color. A los pies del Aconcagua, el rafting es color chocolate.
La dificultad de una sección de un río se clasifica dentro de una escala del I (una suave corriente) al VI (casi innavegable en rafting). Antes de subirse al gomón, todo el equipo será entrenado y provisto de equipos de seguridad. Ahora también se suman los protocolos del Covid (distancia, sanitizantes y esferas grupales, en algunos casos). De ahí en más se recibirán órdenes y habrá que actuar de manera coordinada, a puro remo. Las excursiones pueden ser desde una hora hasta tres días, como las que se realizan en el río Manso. También existe un lugar para el rafting bajo las estrellas, como en el Atuel. A continuación, los principales ríos para empaparse de emociones, en medio de paisajes de una extraordinaria belleza.
Río Juramento. Nace en las estribaciones orientales de los Andes. El rafting se realiza a 100 kilómetros de Salta Capital, en el Cañón del Río Juramento. Es como un tajo gigante entre las montañas. Hace 65 millones de años, el lugar era una enorme playa habitada por dinosaurios. Están sus huellas a la vista. Pasando el Dique Cabra Corral, en la Ruta Provincial 47, espera un descenso por su rápidos a lo largo de 12 kilómetros. El nivel es intermedio y es apto a partir de los cinco años de edad. Desde Salta Rafting aseguran que lo puede realizar cualquiera que tenga ganas de aventura, que no hace falta experiencia previa ni buen estado físico.
Los 10 primeros rápidos tienen una dificultad intermedia, mientras que los últimos 5 son de baja intensidad. La aventura, que dura aproximadamente dos horas, termina en el Paraje Los Lapachos. Para completar la experiencia en contacto con la naturaleza, la empresa organizadora ofrece asados en su quincho, a orillas del río.
Río Mendoza. Es uno de los principales ríos de Mendoza. Nace en el Aconcagua y es navegable en casi todas las secciones. Las zonas que más se comercializan para la práctica deportiva están sobre el Dique Potrerillos y por debajo, en Cacheuta. Hay que tener en cuenta que el caudal de agua varía bastante con los cambios de estación. Y todo depende de la nieve que haya caído en invierno y el calor que haga en el verano. Por arriba del dique, durante el invierno se clasifica en un nivel I y II. Lo explica Jésica Bernareggi, guía de rafting, técnica en turismo y propietaria de Xnoccio Aventura: “Se trata de una sección tranquila de agua clara. Cuando comienza a hacer calor, crece el volumen de agua y el arrastre, el movimiento mineral que hace que tome su característico color chocolate. La época ideal para realizar esta actividad es en verano, que llega a tener un nivel de dificultad cercano a IV”.
En el sector de Cacheuta, debajo del dique de Potrerillos, el agua llega canalizada. Sale entubada desde el dique y vuelve al lecho natural donde vuelve a ser navegable. Al pasar por el dique, se sedimenta y el agua se torna transparente y también llega más caliente, porque el dique Potrerillos tiene un efecto olla. Este sector es conocido como el de rafting familiar del río, clase I o II. El sector del Alto Mendoza, donde nace el río, está reservado para expertos. Bernareggi destaca la fama nacional e internacional del río, por lo caudaloso que es y por estar nada menos que a los pies del cerro Aconcagua. “Venían muchos turistas extranjeros a conocer el vino mendocino y a disfrutar de las actividades del turismo aventura. El rafting es la actividad número uno en Mendoza”.
Río Atuel. En Valle Grande, este curso es clase II, recreativo y apto para todo público. Su geografía conquista desde el primer momento. El Atuel corre por el cordón montañoso Sierra Pintada, de alrededor de 200 millones de años, más antiguo que la Cordillera de los Andes. En medio de estas formaciones rocosas, cada año familias y grupos de amigos viven la experiencia de un rafting seguro y muy divertido (apto a partir de los cinco años de edad). Juan Pablo Petrelli, al frente de Kintun Expediciones, destaca la diversión. “Es un río para mojarse, si alguien cae al agua la consecuencia es tentarse de la risa y el que está abajo, tragar un poco de agua, subir y seguir”.
El recorrido clásico es de una hora. “Nosotros ofrecemos un recorrido adicional, más largo, de 16 kilómetros, que parte desde la represa y termina en el Cañón del Atuel. Hay un descenso de corrido. Y otra opción con almuerzo, en la zona de los milhojas”.
Lo habitual es empezar en el Remanso, donde está el puente. “El primer rapidito nos da la bienvenida, nos pega una lavadita de cara −describe−. Seguimos con unas olitas grandes y entramos en un rápido largo que se llama Tabla de lavar. Pasamos por una zona más tranquila y de ahí al Santuario de la Virgen, la curva de la Virgen y el Salto de la Virgen. Después hay un famoso piletón donde la gente se puede tirar al agua y dejar que el río la lleve, con todas las medidas de seguridad. Después está el rápido la calesita, para dar vueltas, y el último se llama Agarrate Catalina”.
Al tratarse de un río clase II, también pueden llevar personas con discapacidad. “Hemos llevado chicos con parálisis cerebral, cuadripléjicos. Es muy emocionante. Usamos una modalidad de remo que viene con un frame, una estructura de metal con dos remos largos con el cual el guía tiene mayor control de la balsa y permite que sea mucho más segura. Los llevamos prácticamente en todo el viaje”.
También es posible hacer rafting nocturno. Los sonidos se potencian y, de repente, una ola que tapa. Quienes lo experimentan disfrutan de lo imprevisible, que no es más que diversión. Es una experiencia bien diferente que termina con pizza y cerveza.
Río Limay. Bariloche tiene muy buenas características para el rafting. El Limay es un río de estepa, de agua plana. No tiene rápidos. Lo que se hace son flotadas clase I. La excursión tiene el condimento fuerte del paisaje, donde se observa la transición de la cordillera a la estepa. La excursión dura medio día y se hace durante todo el año.
Río Manso. El lugar por excelencia donde se practica rafting de acción es el río Manso inferior. Nace en el lago Steffen. Es uno de los pocos ríos que nacen hacia la Argentina y por un valle desembocan en Chile. Se junta con el río Puelo, llega al lago chileno Tagua-Tagua y de ahí al océano Pacífico. Como la palma de la mano conocen este río los hermanos Antoine y Jacques Swobada, que hace 25 años se iniciaron en el rafting y hoy están al frente de la empresa Aguas Blancas Rafting. Ambos empezaron trabajando con el pionero del rafting en Bariloche, Jorge Alejandro Graziosi.
La sección que va desde Lago Steffen hasta Puerto Manso, a lo largo de 15 km, se suele llamar Manso clásico o Manso inferior y corresponde a un nivel II / III. Es muy seguro y entretenido para toda la familia. Cuenta Antoine que debe tener una de las aguas más cálidas del parque porque recibe agua de la superficie del lago. Ese recorrido es apto a partir de los cinco años de edad y no se necesita traje de neoprene.
Otra sección más deportiva es el río Manso a la Frontera, de clase III/IV. “Dentro de la zona es lo más fuerte que hay −agrega−. Los clase V están en el río Futaleufú, en Chile. El caudal más potente y vertiginoso se da en octubre y noviembre con los deshielos. Hay posibilidades de que la balsa se de vuelta. Vamos con trajes y botitas de neoprene, chaqueta impermeable, salvavidas y casco. Se navegan 12 kilómetros de río, se pasan unos 9 rápidos. Va un guía en la balsa y un guía en un kayak de seguridad. Una de las particularidades de este río es que es escalonado. Los rápidos son cortos, entonces si alguien va al agua, enseguida tiene una zona tranquila donde recuperarse y es fácil de rescatar”. Después, el río se hace más profundo. “El paisaje es alucinante −concluye−. La excursión tiene cada vez más demanda”.
Fuentes: xnoccioaventura.com; Kintun.com; saltarafting.com, aguasblancas.com.ar
Por Gabriela Cicero
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