Una gran ría que se interna en la estepa patagónica, ideal para actividades náuticas, es la protagonista en esta ciudad costera, a casi 300 kilómetros al sur de Comodoro Rivadavia, en Santa Cruz
- 6 minutos de lectura'
Para muchos, la Patagonia costera es, todavía, una cuenta pendiente. Y qué mejor manera de saldarla que visitando Puerto Deseado, un destino que, si de novedades y variedad se trata, resulta un original exponente. Después de casi un año en el que hemos valorado -y deseado tanto- volver a viajar, la ciudad santacruceña ubicada 289 kilómetros al sur de Comodoro Rivadavia aparece como un verdadero tesoro patagónico por descubrir: alejado y confortable a la vez.
Ubicada en la desembocadura de la ría homónima, Puerto Deseado forma un estuario en el que se intercambia agua salada y dulce frente a las costas del mar Argentino, a 500 kilómetros en línea recta de las Islas Malvinas. Construida en el lugar más alto del terreno, la ciudad -de casi 20.000 habitantes y en expansión- está dedicada a la actividad pesquera, al turismo ecológico y a la explotación minera.
Para el turismo, el destino propone un combo de actividades que incluye a las náuticas como principal atractivo. A tan solo una hora de navegación desde la costa de la ciudad se encuentra la Isla Pingüino, en la que habita, entre abril y octubre, la colonia de pingüinos de penacho amarillo (con pico naranja y plumas a los lados de su cabeza) más accesible desde el continente.
La visita, que insume casi todo el día, incluye la aventura y adrenalina del paseo por la ría, su aproximación al mar Argentino y, a la vez, la paz del trekking por la isla en la que no hay más que fauna autóctona, los destellos de otra época -un antiguo faro en desuso y los escombros de una refinería de aceite de lobos marinos- e impoluto silencio.
Declarada Parque Interjurisdiccional Marino y conocida como la Galápagos Patagónica por el aún escueto desarrollo del turismo en la zona, la isla y sus alrededores que abarcan 159.526 hectáreas, son territorio virgen y albergan, además de los penachos amarillos, otras especies emblemáticas como el pingüino de Magallanes, los skúas (aves marinas que se parecen a las gaviotas, pero son más grandes), cormoranes grises (una especie autóctona de esta provincia) y el albatros de ceja negra. Además, durante la navegación es usual compartir tramos con toninas overas o palomas antárticas.
Para estar en contacto con la naturaleza, las opciones desde Puerto Deseado son varias: se puede practicar cicloturismo en circuitos de diversos niveles que se extienden en cañadones y quebradas que forman estrechos senderos custodiados por imponentes paredes de roca volcánica ignimbrita, que data de hace más de 160 millones de años.
Además, hay un Camino Costero que, con varios puntos panorámicos, es ideal para recorrer caminando y, por qué no, detenerse para un picnic o un rato de pesca. Así, mientras se recorre el Cañadón del Paraguayo, el del Indio, el Torcido y el del Puerto se podrá avistar fauna, sobre todo aves marinas, costeras y terrestres ya que en la zona se han registrado alrededor de 120 especies, y flora, además de las islas Quinta, Quiroga y Larga. Se recomienda contar con binoculares para aprovechar al máximo el paseo.
Para los más aventureros y amantes de las alturas también se puede practicar escalada en roca en las paredes de los cañadones. Como esta actividad no es ofrecida por ningún operador solo pueden realizarla los que cuenten con equipo propio tomando todas las medidas de seguridad pertinentes.
Las aguas de la ría, el clima –ventoso, soleado y de temperaturas medias en la temporada primavera-verano– y el paisaje perfilan a Puerto Deseado como un destino ideal para la práctica de deportes náuticos como kitesurf, windsurf y kayak. En Punta Cascajo, con la Piedra Toba de fondo -un monumento natural de roca volcánica rojiza que se eleva más de 30 metros sobre el nivel del mar y fue una referencia para los navegantes que penetraron en la ría Deseado desde el siglo XVI- comienzan estas actividades.
Las aguas de la ría, el clima –ventoso, soleado y de temperaturas medias en la temporada primavera-verano– y el paisaje perfilan a Puerto Deseado como un destino ideal para la práctica de deportes náuticos como kitesurf, windsurf y kayak.
A esta mítica piedra, que se encuentra al otro lado de la ría y se parece a la torre de un castillo, los marinos ingleses la denominaron Tower Rock. La leyenda urbana cuenta también que es la historia de un amor y tocarla trae suerte. Los expedicionarios españoles, por su parte, la llamaron Roca Torreón. Ya en el siglo XIX, el famoso naturalista inglés Charles Darwin, que pasó la Navidad de 1833 explorando la ría y estudiando sus especies, la bautizó: Roca Britania y, años más tarde, el perito Francisco P. Moreno la describió en sus escritos como Cerro Horqueta.
También del otro lado de la ría, y tras adentrarse unos 42 kilómetros en la estepa patagónica, se puede visitar lo que se conoce como el Campamento de Darwin, el área donde el inglés y su equipo acamparon cuando realizaban sus investigaciones por la zona. En un paisaje rocoso y seco al que en esa época el río supo llegar, según se contrasta a través de los dibujos de la época, la propuesta invita a la fotografía y disfrutar del excepcional paisaje.
En esa zona, que pertenece a una estancia privada, también se pueden visitar cuevas que alojan antiguas pinturas rupestres -manos en negativo- de 7000 años de antigüedad y lo que quedó de un boliche de ramos generales de los años 30, cuando el antiguo puerto que había fue un punto estratégico en el transporte de lana, uniendo a través de la ría, la Patagonia con región pampeana.
Organizado por la empresa Campamento Darwin, el paseo incluye desayuno y almuerzo casero en el casco de la antigua estancia Cerro del Paso que, reciclada a nuevo, ofrece también el servicio de hospedaje boutique todo incluido para pernoctar un par de noches.
De los tiempos del ferrocarril
Otras opciones que propone Puerto Deseado incluyen paseos históricos: visitas a museos como el Ferroviario (que revive al detalle la época de oro del tren patagónico), el Policlínico y el del Pueblo que recrean con minuciosidad cómo era la vida en la zona durante el siglo XX y, por último, el Mario Brozoski, en donde se albergan elementos rescatados de la Corbeta Swift, un barco de guerra británico hundido en las costas de la ciudad en 1770.
Además, en una de las plazas de la comarca está emplazado el Coche Reservado Nº 502, más conocido como el Vagón Histórico que, construido en la fábrica Lancaster de Inglaterra en 1898, prestó su primer servicio en el legendario Ferrocarril Andino, primer línea ferroviaria que unía Mendoza y San Juan. Declarado Monumento Histórico Provincial en 1980, operó entre 1909 y 1978 en el recorrido de la línea Puerto Deseado-Las Heras y fue protagonista en las operaciones militares durante las huelgas de los peones rurales en 1920-1921. Por eso en 1974 fue parte de los decorados de la Patagonia Rebelde, la película de Héctor Olivera que mediante la ficción recuperó esos hechos que tuvo a Facón Grande como uno de sus cabecillas.
Gracias a la riqueza del litoral marítimo sobre el que se emplaza la ciudad, los pescados y mariscos son imperdibles. Entre ellos se destacan la merluza negra, los langostinos (Deseado es uno de los principales puertos exportadores argentinos), las vieiras, los mejillones, el saborín y la centolla.