Porto Maravilha, el paseo imprescindible en Río de Janeiro
RÍO DE JANEIRO.- ¿Cómo queremos vivir el mañana? ¿Qué vas a hacer para que ese mañana sea como pensás? ¿Qué planeta vamos a dejar? ¿Cómo influyen nuestras acciones del presente en el futuro? Cuestionamientos que pocas veces se plantean cuando estamos de viaje, pero que en la modernizada zona portuaria de Río de Janeiro se escuchan, se estudian y se debaten entre cariocas y visitantes.
Es que en el vanguardista espacio que el arquitecto y escultor valenciano Santiago Calatrava –que hizo el Puente de la Mujer, de Puerto Madero– levantó en el muelle Mauá, en las inmediaciones del bulevar marítimo, estas cuestiones interpelan a los 5000 visitantes que a diario se acercan al Museo del Mañana. Tanto los que navegan por la bahía de Guanabara como los que se acercan a este museo, ubicado al norte del Centro de Río de Janeiro, se sorprenden con una megaflor futurista.
De líneas curvas y blancas, e inspirado en las bromelias del Jardín Botánico, el edificio del museo tiene 15.000 m2 que parecen flotar sobre la bahía. Lo primero que llama la atención es su cobertura móvil que aprovecha al máximo la luz natural y alberga una impresionante estructura de acero que forma una hilera de alas recubiertas por más de 5400 paneles solares destinados a generar la energía limpia que necesita el edificio. Los espejos de agua y los jardines que lo rodean componen un paisaje único, un verdadero espacio verde: 9200 m2 de una megapiscina que se abastece del agua del océano, al igual que el sistema de refrigeración. Esto no solo crea una temperatura agradable en el interior, sino que también filtra y procesa el agua que se usa y la devuelve limpia al mar, como "para demostrar que es posible limpiar el agua de la Bahía de Guanabara", sostienen en el museo. Además, los 6000 m2 de jardines están regados con un sistema que aprovecha el agua de lluvia y fueron diseñados por el estudio paisajístico Burle Marx, el mismo que dibujó las famosas veredas de Copacabana.
El planteo arquitectónico es coherente con la propuesta temática. El Museo del Mañana de Río parte de la hipótesis de que en las próximas 5 décadas se producirán más cambios en la Tierra que en los últimos 10 mil años. Hace un planteo del futuro del mundo y sus posibilidades de transformación mediante audiovisuales, instalaciones interactivas y juegos.
Propone un recorrido temporal por la historia del universo y en especial de nuestra Tierra, desde su formación, la aparición del hombre hasta el impacto que este causa sobre el planeta.
Y destaca: "Vivimos en una nueva era, en la que toda la actividad humana se ha convertido en una fuerza de alcance planetario. Podemos intervenir en la escala de moléculas y continentes. Manejamos átomos y creamos microorganismos artificiales. Desviamos el curso de los grandes ríos, alteramos los bosques, influimos en la atmósfera, transformamos el clima. Habitamos un planeta que ha sido profundamente modificado. ¿Qué mañana se generará a partir de nuestras decisiones?"
Es imperdible el juego de preguntas que permite medir la huella que cada uno de nosotros va dejando en el planeta con diversas acciones cotidianas. Y también está bueno el Observatorio del Mañana, pensado para seguir de cerca los avances de la ciencia, la cultura y la tecnología del mundo, que intenta identificar las oportunidades, amenazas y los desafíos que tiene nuestra sociedad para los próximos años. La intención, tomar conciencia de que el mañana empieza ahora y de que lo que decidamos hacer hoy creará el mundo que tendremos dentro de unos años. Una invitación constante a la reflexión de un museo.
A cielo abierto
El museo es la joya del bulevar Olímpico de Río. Este es un camino amplio, moderno y con espectaculares vistas a la bahía a lo largo de 3,2 kilómetros. Inspirado en la transformación que tuvo el puerto de Barcelona a propósito de las Olimpíadas de 1992, Porto Maravilha puso en valor la zona portuaria de Río de Janeiro para los Juegos de 2016 y la transformó creando nuevos espacios de uso público en las inmediaciones de la Plaza Mauá. Una de las expresiones del arte contemporáneo local son los murales de Eduardo Kobra, un joven paulista que comenzó a los 12 años y cerca de los 40 aceptó el desafío de, en 70 días -entre julio y agosto de 2016-, pintar la pared frontal de un estacionamiento abandonado del puerto a lo largo de una cuadra.
Etnias es su obra, mide 3000 m2, fue realizada con aerosol, acrílico y esmalte sobre mural -con 1890 litros de pintura blanca para la base y 2800 latas de tinta en spray-, y retrata con suma naturalidad la mirada y los rasgos de los rostros de 5 indígenas, uno por cada continente: comienza por uno de la etnia Mursi de Etiopía (África), seguido por otro de la tribu Karen de Tailandia (Asia), uno de los Tapajós de Brasil (América), un cuarto de los Chukchis de Siberia (Europa) y el último de la etnia Hulis de Nueva Guinea (Oceanía). Un mural que habla de la unión de los pueblos y de la importancia de dejar de lado las diferencias religiosas y políticas, de evitar los conflictos y buscar la paz, que se convirtió en uno de los sitios más fotografiados de la ciudad. Pero sigue. La llamada GaleRio Porto Maravilha es una secuencia de paneles pintados por otros 20 artistas y también forman parte del paseo artístico del bulevar Orla Conde.
En este bulevar Olímpico también está el Museo de Arte de Río, que se ubica en dos edificios de estilos completamente diferentes: el palacio inglés Don João VI construido a principios del siglo XX y lo que fue la primera estación de buses (Rodoviario) de Río de 1940. La fusión de ambos edificios es impresionante y su terraza está protegida por una cubierta que representa las olas del mar, desde donde la vista panorámica es privilegiada.
El corredor está atravesado por los nuevos tranvías eléctricos que comunican el puerto con el centro de Río. Los llaman los VLT (veículo leve sobre trilhos), y funcionan a baterías que se abastecen de energía por medio del piso, sin necesidad de cables, con estaciones al estilo metrobús.
En el extremo del bulevar están las escuelas de samba que participan en el desfile oficial del Carnaval de Río, y se pueden visitar y ver los ensayos y preparativos de las carrozas y los disfraces que usarán durante los desfiles.
Además de la visita diurna por las barracas, por la noche se ofrece una cartelera de espectáculos muy variada.
En este también llamado Porto Maravilha está AquaRio, el mayor acuario de Sudamérica que reúne, aproximadamente, 3 mil animales de 350 especies en 28 ambientes de diversos ecosistemas marinos. La mayor atracción es el Recinto Oceánico, con 3,5 millones de litros de agua y 7 metros de profundidad, donde se tiene la oportunidad de pasar a través de un túnel subacuático y vivir la experiencia de sentirse sumergido en medio de peces, rayas y hasta tiburones. Y tiene un acuario virtual con peces creados por los visitantes a través de tecnología 3D, que permite la personalización de especies por color, tamaño y nombre, y la posibilidad de interactuar con esta pieza desde el inicio del recorrido a través de pantallas digitales que se encuentran en los distintos ambientes. Incluye un Museo de Ciencia y un Museo de Surf.
RioStar, la novedad del verano
Desde hace unas semanas, Río de Janeiro cuenta con RioStar, un nuevo atractivo turístico, de esos que les gusta coleccionar a los brasileños: la rueda giratoria panorámica o maior do Latinoamérica. Tiene 88 metros de altura, el equivalente a un edificio de 25 pisos, en un área de 2530 m2. Cuenta con 54 cabinas climatizadas con capacidad para hasta 8 pasajeros cada una, para un viaje de 18 minutos con el fin de tener una vista única del paisaje carioca: el Pan de Azúcar, el Cristo Redentor, la Bahía de Guanabara, la llamada Ciudad de Samba y el Museo del Mañana, el centro financiero y más.
La rueda imita al London Eye que se encuentra en el South Bank del río Támesis y está entre las mayores del mundo, como la High Roller de Las Vegas. Está abierta todos los días, de 10 a 18. Está proyectada para que diariamente suban 3000 personas.
Datos útiles
Cómo llegar
Aerolíneas Argentinas, Gol y Latam, entre otras aerolíneas vuelan directo a Río de Janeiro desde 33.500 pesos.
Transporte en Río
El Museo del Mañana o Museu do Amanhã está en Praça Mauá 1, Centro. Cuenta, en Praça Mauá, con un espacio para estacionar hasta 120 bicicletas. En tren, desde Central do Brasil, línea 225. En metro a estación Uruguaiana, y en VLT, estación Desfile de los museos en dirección al aeropuerto Santos Dumont.
Para llegar a RioStar, Av. Rodrigues Alves 455, Santo Cristo, se puede ir en VLT, estación Cidade do Samba.
Entradas
El Museo del Mañana está abierto de martes a domingos, de 10 a 18; última entrada a las 17. Lunes, cerrado. El museo está sujeto a una capacidad determinada, por eso la venta de entradas por hora es limitada y la boletería puede cerrar sin previo aviso. Se recomienda reservar la entrada online: https: /museudoamanha.org.br/ Cuesta 20 reales. Los martes el ingreso es gratuito, pero se recomienda ir temprano y disponer de mucho tiempo porque las filas son largas y al sol. Hay un boleto único del Museo del Mañana y del MAR o Museo de Arte de Río por 32 reales.
RioStar cuesta 35 reales; para chicos de 3 a 11 años, adultos mayores de 60 y personas con discapacidad, 70 reales para cabinas estándar (59 reales (precio Web); cuenta con cabinas VIP con un costo de 290 reales. También se pueden comprar boletos en https:/riostar.tur.br/
Dónde dormir
Sheraton Grand Rio Hotel & Resort, avenida Niemeyer, 121, https: /www.marriott.com/hotels/travel/riosi-sheraton-grand-rio-hotel-and-resort/?scid=bb1a189a-fec3-4d19-a255-54ba596febe2 , uno de los favoritos de los argentinos, especial para grupos familiares porque cuenta con un complejo de restaurantes, spa, club para chicos, piletas y acceso directo a la playa Leblon. La habitación doble estándar cuesta 156 dólares, para dos personas, con vista al morro, y 175 dólares la noche, con vista al mar; tiene ofertas y paquetes de acceso al complejo.
Cambio
Un dólar equivale a 4 reales.