Miami. La vuelta a playas y shoppings, casi como si no hubiera existido el coronavirus
MIAMI.- El brote de coronavirus, que dejó a los habitantes de Florida casi dos meses en confinamiento, y se ha llevado casi 3000 vidas, parece un recuerdo de antaño.
En la costanera de Fort Lauderdale, o en la peatonal Lincoln Road, el fin de semana se pareció bastante a la normalidad. No es que los contagios hayan cesado, solo que están en baja.
El gobernador Ron De Santis anunció que 64 de los 67 condados que componen el estado del sol, han pasado a la fase 2, casi un ensayo de una vida normal. Los tres condados restantes -Palm Beach, Broward y Miami-Dade- que tienen mayor cantidad de casos al sur del continente, siguen en fase 1, con restaurantes a media capacidad, mientras pubs, teatros y espectáculos siguen cerrados.
Las playas están abiertas. La ciudad de Miami Beach fue la última en habilitarlas el 10 de junio. No se permiten grupos mayores a 10 personas y se exige una distancia de 2 metros entre grupos.
Los locales son ahora los que disfrutan de la arena y el mar, justo a tiempo ante la llegada del verano y temperaturas que rondan los 35ºC. Entre semana, las playas están despejadas, apenas algunas almas mojan sus pies en el agua. Pero los sábados y domingos, nadie recuerda estar viviendo una pandemia.
"El fin de semana fue como un día normal de temporada baja. La ciudad de Fort Lauderdale cierra el carril pegado a la vereda donde estacionan los autos, de viernes a domingo, para poner mesas. Este último pareció un domingo cualquiera. La gente andaba superdespreocupada", dice María Di Mare, dueña del restaurante Argentino Las Olas, sobre la calle homónima de Fort Lauderdale. Ella, al igual que todos los comerciantes de la zona, están ávidos por recuperar las pérdidas generadas por el coronavirus. Cerraron sus locales a mediados de marzo, y recién pudieron abrirlos dos meses después.
"En abril de 2019 facturamos alrededor de US$ 35.000. Este año, el mismo mes facturamos US$ 8000. Nos mantuvimos con delivery o comida para llevar", cuenta. Desde el 18 de mayo, que su restaurante pudo recibir comensales, las ventas empezaron a escalar. Los fines de semana a la noche, Las Olas se colma de gente, el miedo desaparece. Están llegando norteamericanos de otros estados.
Los restaurantes (en fase 1) trabajan en su interior al 50% de capacidad. Por eso, varias zonas han permitido ubicar las mesas restantes sobre la calle.
Ocean Drive, ahora peatonal
La costanera Ocean Drive, en South Beach, se convirtió en peatonal. Una mano tiene ahora enormes sombrillas con mesitas a distancia reglamentaria. Se recomienda que los menús sean descartables. Algunos han puesto código QR en las mesas para leerlo desde el celular. Las barras, sean para tragos o para sentarse a comer, aún no están permitidas. La música volvió a copar la noche, aunque la icónica discoteca Mango’s continúa cerrada.
Otros restaurantes no tienen espacio en la calle, y sufren las consecuencias de aceptar apenas la mitad de clientes. "Fue difícil -dice Griselda, mientras me sirve un tostado en Manolos, el restaurante ubicado sobre Collins en North Miami-. Yo por primera vez en 20 años apliqué a un seguro de desempleo. Y ahora que podemos abrir, es al 50%. No tenemos lugar para poner mesas afuera. Encima por los saqueos hemos tenido que cerrar temprano varios días, y venimos teniendo lluvias y tormentas", cuenta. Para aquellos que trabajan con fuerte presencia de público argentino, se hace más cuesta arriba.
En Lincoln Road, la peatonal de South Beach, los días de semana se escucha el cantar de los pájaros, y el rugir de las palmeras. En vez de estar atestada de turistas, por ahora la disfrutan los miamenses. "El fin de semana la concurrencia fue buena, alrededor de un 50% de lo normal en temporada", cuenta Andrei, sorprendido por el éxito de la reapertura, mientras espera en la puerta de Haagen Dazs la llegada de algún cliente. Hoy es martes, y la peatonal está tranquila. Empezó la temporada de huracanes y los chaparrones vespertinos no dan tregua.
Superofertas en hoteles
Los hoteles también han reabierto, con nuevas normas que exige la ciudad."Por el covid-19, no se permite ofrecer el desayuno de buffet. Nuestro principal mercado es Sudamérica y no los dejan salir. Los hoteles están haciendo ofertas, los websites tienen promociones", cuenta Roberto Márquez, en la recepción del Ocean Reef Suites. Si bien los americanos le escapan al calor de Miami en verano, Márquez dice que este año será diferente.
El Iberostar Berkeley Shore, en Miami Beach, está al 30% de su ocupación a menos de una semana de abrir. "Tenemos una oferta de US$ 129 con estacionamiento incluido, cuando en general está US$ 280 o US$ 300. El desayuno solo se permite a la carta. No está habilitado el servicio de playa (reposeras y sombrillas), pero sí damos toallas. La pileta se puede usar a media capacidad, y tienen que ducharse con jabón antes de ingresar", relata Cecilia Alfaro, del Iberostar. A su vez, las habitaciones son desinfectadas con nuevos materiales y el servicio diario solo se hace a pedido, ya que el huésped debe autorizar la limpieza a su habitación. "Trabajamos duro para que vean cómo nos adaptamos a esta nueva realidad", aporta.
No se espera que la tranquilidad dure demasiado. Todos los establecimientos aseguran un rebote de clientes y mucha convocatoria para el fin de semana del 4 de julio. Visitantes de California, Texas, New York, Michigan, y Ohio son algunos de los próximos huéspedes.
Para registrarse, es muy probable que se evite la recepción por completo. Algunos hoteles ofrecen check-in en la vereda, mientras que las principales cadenas hoteleras están haciendo la transición a "llaves digitales" que permiten entrar y salir a través del celular. Esto elimina la necesidad de tarjetas magnéticas, que deben desinfectarse después de cada uso.
Buscando al turista local
El turismo internacional estará frenado por los próximos meses. Por eso, la ciudad ha puesto esfuerzos en promocionar las playas entre los vecinos. El órgano de turismo local, Greater Miami Convention & Visitors Bureau (GMCVB), ha trazado su plan inicial para atraer consumidores del resto de Florida y el estado vecino de Georgia, dado que llegan en auto. En una segunda acción, se promocionarán estas playas en el resto del país.
Según estadísticas provistas por el GMCVB, al 6 de junio, el movimiento aéreo por el aeropuerto de Miami fue un 15% del habitual; la ocupación hotelera era del 28%; los restaurantes del 32%. Las cifras duplican las de mediados de abril (excepto restaurantes que estaban cerrados), cuando la cuarentena era estricta.
Para incentivar el consumo, se lanzó Miami Spice dos meses antes que todos los años y hasta el 30 de septiembre. Se trata de un programa donde los restaurantes de alta cocina ofrecen un menú completo de almuerzo y cena por alrededor de la mitad del precio en una época común. Esto es parte de la iniciativa llamada #MiamiShines (Miami brilla) que incentiva a los locales y visitantes a salir a comer y postear sus experiencias en la red.
La hotelería tienta con precios bajos. Mayo tuvo tarifas del 50% con respecto a 2019, según GMCVB, aunque estas gangas no durarán para siempre. Según las previsiones, los precios se equipararán al año anterior para septiembre, aunque para diciembre auguran una caída del 15% en precios y 30% en ocupación.
"Aun es temprano para decir, pero en la última semana hemos visto subir la ocupación hotelera, y creemos que continuará en alza. Nuestras iniciativas están enfocadas a los locales por ahora, dado que las fronteras en muchos países de América latina estarán cerradas hasta el 31 de agosto", anuncian desde el GMCVB.
De compras por los shoppings y outlets
Los shoppings también abrieron sus puertas, y los negocios en su interior fueron recibiendo clientes a su propio ritmo. Los pasillos están vacíos, y es obligatorio usar máscara en todo momento. La variedad de protocolos a la hora de probarse parece tan caprichosa como la decisión de sus dueños.
Algunas tiendas dejan la ropa en cuarentena. Un joven se probó una zapatilla en una casa de calzado multimarca en el Aventura Mall. Era el último par, y agarró el que estaba en exposición. Pero cuando quiso comprarlo, le dijeron que no estaba disponible. El par debía pasar dos días en el depósito, pues se lo habían probado el día anterior.
Forever 21 tiene los probadores cerrados y es más flexible con los cambios posventa. Otras tiendas dejan probarse pero esas prendas luego se cuelgan en percheros que se aíslan por dos días. Otras no tienen ningún protocolo.
En el resto de la península, con la fase 2 la vida ha vuelto bastante a la normalidad. Operan pubs, bowlings, casinos y cines, entre otros, a media capacidad.
Desde el sur, los cayos abrieron su carretera el 1º de junio, pues habían quedado literalmente aislados. Ahora, la cadena de islitas hasta Key West acepta la llegada de turistas.
La magia de Disney, más cerca
En Orlando, abrió Universal Studios y Sea World. Los tickets se deben comprar por anticipado, ya que la capacidad del parque es limitada. Disney tiene previsto abrir sus puertas el 11 de julio para Magic Kingdom y Animal Kingdom, y cuatro días después Hollywood Studios y Epcot. Pero no tiene entradas a la venta por ahora. Primero priorizará a aquellos que tienen pases anuales o tickets en su haber, para que reserven su espacio.
En los parques el método es igual para todos: se toma la temperatura al llegar (lo mismo en hoteles), y aquel que tenga 38 ºC o más no puede ingresar. Si bien en Universal Orlando y Islands of Adventure hay que usar barbijo en todo momento (excepto zonas de descanso, para circular a cara descubierta), no es el caso del parque de agua Volcano Bay, donde sólo es obligatorio para ingresar a los negocios o áreas cerradas de comida o baños. No se permiten máscaras en el agua.
Las atracciones más concurridas ahora tienen cola virtual. ¿Cinco minutos de espera para ingresar al castillo de Harry Potter? Es el sueño de cualquier fanático. Atracciones populares como la montaña rusa de Hulk o Hollywood Tip Ride Rockit ahora tienen esperas de entre 5 a 15 minutos promedio, y menos gritos a bordo. Al subir, el grupo puede ir junto pero se deja una hilera de asientos libres entre grupo y grupo.
Los principales parques temáticos están incorporando los controles de distanciamiento social de una forma más amigable. "Disney Springs tiene soldados blancos de Star Wars para eso, y también alientan a los visitantes a usar máscaras. Walt Disney World también presentó el "escuadrón de distanciamiento" para recordar cortesmente a los invitados las medidas de seguridad. Universal Orlando tiene personajes en zancos con máscaras a la entrada de CityWalk. El nuevo Simio de Gatorland, la versión de Bigfoot de Florida, utiliza su brazo de seis pies como una forma de visualizar la distancia adecuada", relata el CEO de la agencia de promoción turística Visit Orlando, George Aguel.
En el noroeste de Florida, llamado Panhandle, donde las playas suelen convocar a adinerados norteamericanos durante el verano, la temporada promete ser un éxito. "Estamos felices de esta apertura. Cuando se habilitaron las rentas temporarias (en Panhandle), lograron reservación completa como no hemos visto antes", aseguró Ron De Santis, el gobernador de Florida en conferencia de prensa. También se mostró confiado ante la apertura de parques temáticos. "Creo que la gente visitará los parques con confianza. No hay evidencia de transmisión del virus en el exterior, sabemos que los riesgos son dramáticamente menores que en ambientes cerrados. Somos la capital de la náutica y la pesca, y esperamos convocar al turismo", mostrándose optimista en la lucha contra el virus.
Entre las más de 2700 muertes en Florida, el 85% han sido mayores de 65 años. Y ningún menor de edad. El estado, con la economía más dependiente del turismo del país, cada año recibe más de 130 millones de visitas, casi tres veces la población de toda la Argentina. Cerrar fue desangrarse de a poco, pero la herida parece ya estar cicatrizando.