Maravilla de la ingeniería mundial
Son muchas las falsas creencias que existen sobre el Canal de Panamá
Son muchas las falsas creencias que existen sobre el Canal de Panamá.
Que fue construido para equiparar el nivel de los océanos es tal vez la más difundida. En realidad, el Pacífico y el Atlántico están al mismo nivel (0 metro) y el canal se construyó para, por medio de tres juegos de esclusas, de dos vías cada una, elevar los barcos a nivel del lago Gatún - 26 metros sobre el nivel de mar-, para permitir el cruce por la división continental y luego bajarlos al nivel del mar al otro lado de istmo. Para lograr esto se utiliza agua dulce, procedente de los ríos de la cuenca, que no contamina el ambiente y se acumula en el lago Gatún.
Otro mito que existe es que los pilots, las pequeñas locomotoras eléctricas que se desplazan sobre rieles a lo largo de toda la esclusa -construidas por Mitsubishi en 1964 y que tiennen un costo cercano al millón de dólares- son las encargadas de remolcar a los barcos por las esclusas.
Los barcos, de hecho, cruzan con el motor encendido a lo largo de los 84 kilómetros del canal y los pilots sirven, en realidad, para conservar la embarcación en el centro de la cámara, que tiene 305 metros de largo, 33,5 de ancho y 26 de profundidad.
Por último, se cree que esta maravilla de la ingeniería opera gracias a un complejo sistema de bombas y que para abrir las compuertas, que tienen la altura de un edificio de siete pisos y pesan varias toneladas, hay que utilizar potentes motores. En realidad, el sistema es tan sorprendente que no hay motores ni electricidad involucrada en el funcionamiento de las compuertas.
Durante los esclusamientos, se cierran las compuertas de las cámaras para permitir que el agua fluya por gravedad desde el cuerpo de agua superior hacia el cuerpo de agua inferior. Se utilizan unos 197 millones de litros de agua, que luego se vierten en el mar.