Los cruceros de Disney: el gigante del entretenimiento lleva la magia a altamar
¡Oh no! Goofy en pijama está caminando sonámbulo por la cubierta. ¡Que no se acerque a la borda! Unos niños lo persiguen, riéndose cómplices en silencio, pero Goofy continúa sin rumbo con las manos hacia delante, hasta que se recuesta en una reposera. Anoche se acostó tarde, tuvo la fiesta de los piratas.
Disney Cruise Line es la opción que ofrece el gigante del entretenimiento en altamar, en sus cuatro barcos -Wonder, Magic, Fantasy y Dream- con distintos itinerarios cada uno. Todo aquí lleva el sello Disney: la obsesión por los detalles, la amabilidad de sus empleados, la abundante oferta de entretenimiento, los shows al estilo Broadway, y la aparición de los personajes. O más bien, la experiencia de convivir con ellos.
La zarpada se celebra en la cubierta. Son las cinco de la tarde abordo del Disney Dream. El capitán -Mickey, ¿quién más?- y sus amigos hacen un show de bienvenida mientras la sonora bocina anuncia que se han soltado las amarras, y cae una lluvia de papeles. Nos esperan tres días de navegación, con escala en Nassau y Castaway, la isla privada de Disney en las Bahamas.
Los barcos Wonder, Magic, Fantasy y Dream -con distintos itinerarios- llevan el sello Disney: la obsesión por los detalles, la amabilidad de sus empleados, la abundante oferta de entretenimiento, los shows al estilo Broadway, y la aparición de los personajes
En la cubierta suena la música mientras la gente circula con comida y bebida. La silueta de Cabo Cañaveral, el puerto de partida a 100 km. de los parques temáticos, va desdibujándose en el horizonte.
El AquaDuck atrae la curiosidad de todos y enseguida se arma la cola. Se trata de la primera montaña rusa acuática a bordo de un barco. El recorrido es un tubo cerrado transparente con curvas, vueltas, bajadas y subidas que zigzaguea la cubierta superior. El inflable llega a la cima, y ya no hay escapatoria: me toca lanzarme a lo largo de 230 metros y caer una altura de cuatro cubiertas. Esta tecnología utiliza poderosos chorros que descargan 38 mil litros de agua por minuto para eyectar a los audaces hacia arriba y hacia adelante, hasta dar una curva -¡atención!- cuatro metros fuera de borda. ¿Vértigo? La vista es increíble: el océano está a 46 metros debajo de mis pies.
El AquaDuck es la primera montaña rusa acuática a bordo de un barco, un recorrido por un tubo cerrado transparente con curvas, vueltas, bajadas y subidas que zigzaguea la cubierta superior
Coronado por una pantalla gigante que transmite películas al aire libre (sí, de Disney) están algunas de las piletas con tobogán de agua incluido, los jacuzzis, el minigolf, cricket, las canchas de basket, y los juegos con chorros para los más chicos. El buffet ofrece gaseosa libre y variedad de comida que va desde salmón o cangrejo hasta hamburguesas. Algunos prefieren relajarse bajo el sol, pero la tentación es mucha. ¿Voy al concurso de Trivia, o resuelvo el misterio de quién se ha robado las obras de arte del barco?
Nada de eso. En el Buena Vista Theatre, está por empezar Mary Poppins Regresa. Allí proyectan en continuado todos los estrenos de Disney, que incluso se lanzan en simultáneo con tierra firme.
Con tanto para hacer, las visitas al camarote suelen ser fugaces. Pero siempre con una sorpresa esperando: chocolates, animales de toalla, o algún souvenir. Los cuartos tienen baño repartido, de manera que la ducha está en un compartimento mientras el inodoro está en otro, cada uno con su lavamanos. De los 1.250 camarotes, un 90% son externos. Aquellos que no dan al exterior tienen una pantalla con forma de ventana redonda, que transmite la misma imagen del mar en tiempo real.
Por las noches se presentan musicales en el Walt Disney Theatre, un teatro con capacidad para más de 1.300 espectadores. Cada barco es el hogar de producciones originales exclusivas como Rapunzel o Frozen. A bordo del Disney Dream el espectáculo estrella es La Bella y la Bestia , que deja boquiabierta a la audiencia con su tecnología, sus decorados y cantantes. El show ganó el premio a la mejor producción de teatro por parte de la Asociación Internacional de Parques Temáticos y Atracciones (IAAPA). Es la primera vez en la historia que el galardón va a un espectáculo en un crucero.
De los 1.250 camarotes, un 90% son externos. Aquellos que no dan al exterior tienen una pantalla con forma de ventana redonda, que transmite la misma imagen del mar en tiempo real
Como los detalles importan, las cenas transcurren en restaurantes temáticos. Cada día rotaremos por uno, pues la idea es cambiar de escenario, de experiencia. Una noche nos proyectamos sentados en el palacio de Cenicienta, con mozos en trajes que parecen de película, pero al día siguiente cenamos en Animators Palate, el lugar donde los dibujantes han hecho cientos de borradores y dibujos en las paredes.
El programa es tan completo, que conviene planificar el día para tratar de aprovechar al máximo las propuestas. Para ello es útil bajarse la aplicación de Disney Cruise Line, donde se van listando todas las actividades, encuentro con personajes e imperdibles. También sirve para chatear con la familia con un wifi interno gratuito y sin consumir el paquete de datos. Cada camarote a su vez cuenta con dos teléfonos "wave", celulares de cortesía que permiten mantenerse comunicado entre la familia o con otros pasajeros.
No solo son imperdibles los shows en el teatro, sino también las fiestas. La más importante es "Piratas en el Caribe". Esa noche, la cubierta se convierte en una pista de baile con corsarios y personajes, acróbatas lanzándose desde lo alto de la chimenea y una batalla épica en alta mar donde los buenos se enfrentan con los villanos. Hay inmensa variedad de comida, esculturas de chocolate o sandías talladas con increíbles formas. Y como esto es Disney, el cierre incluye un despliegue espectacular de pirotecnia. La mayoría de los cruceristas llegan disfrazados o con algún accesorio piratesco, pero si no es el caso, a no alarmarse. Disney también pensó en ese detalle: cada pasajero recibe de cortesía un pañuelo de pirata con Mickeys estampados.
Clubes para chicos
Uno de los mayores diferenciales es, claro, el espacio para los chicos, que se encuentra en el quinto piso. Por eso, aunque el ojo de un adulto tal vez no lo perciba, el techo de este deck es apenas más bajo. Esto es para que los niños se sientan un poco más grandes, más importantes y tengan más confianza. Las ventanas, a su vez, son algo más chicas que las del resto del barco.
Los más pequeños, de seis meses a tres años, tienen su lugar en It`s a Small World. Cuentan con juegos, niñeras, y cunas para dormir.
El Oceaneer Lab recibe a los chicos de tres a 12 años, con propuestas que van desde un iPad gigante en el piso para jugar con los pies, hasta clases de cocina, el salón del artista con mesas luminosas para calcar personajes, otro para manualidades, o juegos electrónicos, incluso un simulador para timonear el propio crucero. Hay actividades libres y otras dirigidas, como el pijama party con Pluto donde cada uno pinta su propia funda de almohada. Al lado está el Oceaneer Club, el lugar para manejar el Halcón Milenario de Star Wars y volar a diferentes planetas. Nunca se sabe si aparece algún personaje de la mítica película.
Uno de los mayores diferenciales es el espacio para los chicos, que se encuentra en el quinto piso. Aunque el ojo de un adulto tal vez no lo perciba, el techo de este deck es apenas más bajo para que los niños se sientan un poco más grandes
Para ingresar, todos deben lavarse las manos, algo que a los niños no les divierte. Por eso Disney pensó en hacerlo atractivo: deben insertar ambas manos en dos agujeros negros, que lavan automáticamente las manos como si fuera un placentero masaje.
Los preadolescentes (de 11 a 14 años) disfrutan en Edge de videojuegos, una amplia variedad de entretenimiento con la más reciente tecnología y películas.
Los de 14 a 17 frecuentan Vibe, con una barra con bebidas, snacks y licuados, una pileta solo para ellos, un DJ, pantalla gigante para ver películas, metegoles y otros entretenimientos.
Solo para adultos
El pasillo en la cubierta cuatro se va angostando sin que el ojo lo detecte, y al fondo la luz decrece. Otro detalle Disney. El objetivo visual es que el pasillo parezca más largo de lo que realmente es, y el nivel de luz va bajando para desincentivar a los niños a que caminen hasta aquí. Los colores vivos desaparecen y la experiencia traslada al pasajero a una calle que podría ser de Nueva York, con ladrillo a la vista. Estamos en The District, una de las áreas exclusivamente para adultos. Aquí hay cuatro bares temáticos, como Pink (bar de vino y champagne), todo en rosa, cuyas luces en el techo son copas boca abajo; o el club para bailar y hacer reuniones bautizado Evolution. El Pub 687 ofrece 16 tipos diferentes de cerveza, incluso una con marca propia, que encontrará solo en este barco. El Bar Skyline recrea estar sentado en la barra de un rascacielos. Lo curioso es que la ventana muestra la panorámica vista con Hong Kong a nuestros pies mientras suena la música del lugar, pero mágicamente el escenario cambia a Nueva York… o tal vez París.
Además del spa, o el bar Meridian ambientado como un barco clásico de los años '20, hay dos restaurantes solo para adultos, con cubierto que se paga aparte. Palo, con comida italiana y enorme cantidad de vinos que viajan en hamacas para apaciguar el movimiento del barco; y Remy, local francés en honor al personaje de la película Ratatouille. Cada dos meses, un famoso chef francés viaja en el barco para renovar recetas y auditar los platos. Si ve una rata en la pared no se inquiete, está permitida.
Castaway
A poco de amanecer, el crucero amarra en el muelle de Castaway. El paisaje es increíble. Las escolleras abrazan una bahía turquesa flúo, que contrasta con el mar exterior azul profundo. ¿Es otro truco Disney?
Castaway tiene una playa exclusiva para adultos, una familiar, y 4,86 hectáreas para hacer snorkel. Se trata de una ruta en la bahía, a unos 200 metros de la orilla, marcada con tesoros sumergidos, incluyendo un submarino de la clásica atracción 20.000 Leguas de Viaje Submarino, y una estatua de un ratón algo familiar. Para la actividad se alquila un kit con salvavidas fosforescente, patas de rana y antiparras.
Castaway tiene una playa exclusiva para adultos, una familiar, y 4,86 hectáreas para hacer snorkel. Se trata de una ruta en la bahía, a unos 200 metros de la orilla, marcada con tesoros sumergidos, incluyendo un submarino de la clásica atracción 20.000 Leguas de Viaje Submarino
A una distancia fácil de alcanzar desde la orilla está Pelican Plunge, una plataforma flotante de 223 metros cuadrados con toboganes, cañones de agua y otros juegos divertidos para mojarse.
La isla también ofrece actividades pagas, como volar en paravela, encuentro cercano con las rayas, tour de pesca, botes a pedal, barcos a vela, kayaks, o simplemente alquilar bicicletas para recorrer sus senderos y llegar hasta el mirador.
Con el arribo de cada crucero se organiza la maratón 5K. Los más deportistas pueden explorar la isla y su paisaje tropical, mientras otros culposos comen unas ribs en el buffet. Esto es Disney y hay que aprovecharlo. A la vuelta se empieza la dieta.
Cinco curiosidades sobre los cruceros
- Tienen los colores de Mickey: negro, rojo, blanco y amarillo. DCL fue la primera compañía en poner botes salvavidas amarillos. Consiguió la habilitación después de demostrar que dicho color es tan visible como el naranja, que era el único autorizado hasta ese momento.
- El Pub 687 está ambientado en Alemania, país donde se construyó el crucero. Lleva ese nombre porque así se le llamó en los 18 meses de su construcción (es mala suerte ponerle nombre antes de su bautismo).
- La condensación del aire acondicionado se colecta y se usa para lavar los decks, lo cual ahorra más de 100 millones de litros cada año.
- La lámpara del salón central por donde uno ingresa al barco tiene 88.860 cristales de Swarosky y cuenta con un sistema oculto para bajarla del techo y limpiarla una vez al mes.
- En todos los cruceros hay un tour guiado gratuito llamado Art of Theme Show que generalmente ocurre el primer día.