Las populares, las familiares, las elegidas por los surfers, una miniguía para que elijas la tuya.
De sur a norte, Manhattan Beach, Venice Beach, Santa Mónica, Malibu, Zuma Beach y El Matador son los nombres de las principales playas públicas –con barrios adyacentes– donde los angelinos broncean sus pieles, surfean, hacen deporte y se dejan ver. Aunque todas tienen en común su gran tamaño –son tremendamente anchas– y las típicas casillas de madera del guardavidas, cada una exhibe su particularidad. Para recorrerlas hay que tomar la Pacific Coast Highway (PCH), que avanza entre las montañas y el océano.
Manhattan Beach
Es la de la gente más linda y con más dinero; su muelle (con acuario incluido) es el más antiguo de la costa oeste.
Venice Beach
Es la ideal para contemplar el desfile de personajes y artistas en la calle que la bordea (Boardwalk), que componen un caleidoscopio de situaciones desopilantes: un homeless que toca maravillosamente un piano de cola, mujeres que leen las manos por 10 dólares, enfermeros que miden la tolerancia a la marihuana, un jamaiquino escultor y, por todos lados, skaters y técnicos de cine en pleno rodaje de películas y comerciales. A unas cuadras de este muestrario humano están los canales de Venice y el boulevard Abbot Kinney.
Santa Mónica
Anchísima y popular, tiene el muelle más famoso de California, inmortalizado en el cine por Forrest Gump, y un imperdible paseo de compras: Third Street Promenade.
Malibu
Es playa adorada por surfistas, pero no hay que quedarse solo con la playa: adentrándose en las calles que trepan las colinas se descubren mansiones (muchas de ellas de estrellas de cine) con jardines que son obras de arte.
Zuma Beach
La favorita de las familias.
Point Dume Beach
Una punta con una colina con vista panorámica (se puede subir).
El matador
Rocosa y cinematográfica, es la elegida por los fotógrafos de moda.
LA NACION