Su nombre es una paradoja. Los árboles crecen desde la orilla del lago, los cóndores vuelan cerca y los huemules se sienten poco amenazados, por eso es posible verlos pastando entre los densos bosques de lengas de El Chaltén, el pueblo más joven de la Argentina que en 2015 cumplió 30 años. Los glaciares cuelgan de los cerros y chorrean en lagunas color esmeralda, como la del glaciar Huemul, que se descubre después de un trekking cuesta arriba desde la cabecera sur del lago. Cuesta asociar este contexto idílico con un sangriento conflicto como el que ocurrió en 1965, cuando Argentina y Chile se disputaban la posesión del lago, lo que derivó en la fundación de El Chaltén. En 1994 un tribunal internacional falló a favor de la Argentina y desde entonces flamea la bandera celeste y blanca a orillas de estas aguas.
Por Cintia Colágelo. Extracto de la nota publicada en revista lugares n° 234, octubre de 2015.