La ruta de los caudillos en los llanos riojanos
De Patquía a Ulapes, recuerdos signados por las luchas
LA RIOJA (Télam).- La ruta de los caudillos presenta amplias posibilidades turísticas (no del todo explotadas, todavía), ofrece inolvidables paisajes y una paz extraordinaria.
Los caudillos, jefes de tierra adentro, idealistas y corajudos, que lucharon por ideales federales, nacieron en los llanos sureños de La Rioja, monótona planicie cortada por rocas coloradas, campos de algarrobos y quebrachos blancos. Una planicie que no es tan árida ni tan llana: es preciso mirarla y recorrerla para aventar el fantasma del desierto.
Desde Patquía al Sur, la ruta de los caudillos atraviesa pequeñas poblaciones con casas de adobe, calles angostas y arboledas tupidas. Pueblitos donde la gente vive de aquello que la naturaleza puso al alcance. Hombres y niños criando animales, esquilando y lavando la lana, y mujeres y niñas hilando y tejiendo frazadas y tapices, alfombras y prendas de vestir. En ese trabajo cotidiano, la gente de los llanos se arraiga a la tierra y al amor por la cultura criolla.
En Patquía, los agricultores descubrieron que los dátiles brotaban más dulces en las franjas áridas de tierra. Así surgió, en Patquía Viejo, una de las plantaciones más importantes de América latina y se levantó la planta La Datilera, que se puede visitar.
Patquía (en quechua, cruce de caminos ) es uno de los departamentos más pequeños de La Rioja. Su importancia radica en el nudo de rutas: desde allí se llega a Copiapó, en Chile, por el paso cordillerano de Pircas Negras.
Tuizón y Chila son dos pueblos tan pequeños como bellos; en las colinas que los rodean, los primitivos habitantes dejaron petroglifos grabados en la roca. Y en Tama hay una diminuta iglesia colonial donde se venera a la Virgen del Rosario.
Más adelante aparece el caserío de Huaja, donde nació el general Angel Vicente Peñaloza, El Chacho, seguidor de la lucha emprendida por otro general, Juan Facundo Quiroga, el mítico Tigre de los Llanos.
La casa de El Chacho, a la vera del camino, fue reconstruida hace unos años y se la puede visitar. No es un museo, pero el cuidador conoce muchas anécdotas de aquel pasado signado por luchas sangrientas.
Tierra adentro
La ruta sigue a Malanzan -el Rincón de las Sierras de los Llanos-, al pie del cerro Colorado, enorme mole de granito rosado que parece un elefante dormido. Para los riojanos, Malanzan es el corazón de la ruta de los caudillos. La atracción es el museo, donde campean los fantasmas de los máximos caudillos de los llanos: Chacho Peñaloza, Facundo Quiroga y Felipe Varela. Jorge Luis Borges, en un memorable poema, imagina al Tigre de los llanos reflexionando así: "No he de soltar la vida por estos pedregales, ¿muere acaso el pampero, se mueren las espadas?"
Se puede seguir hasta El Portezuelo, donde hay un dique, o hasta San Antonio, donde está la casa natal de Quiroga (ya restaurada), y llegar a Chepes, cerca de las Sierras de Argañaraz.
Chepes fue fundada a mediados del siglo XVIII y su poderío se afianzó cuando llegó el ferrocarril que unía La Rioja con Córdoba y San Juan. Y ahora que el tren es una ausencia dolorosa, la ciudad sigue siendo el nudo carretero.
El otro camino, que bordea las Sierras de los Llanos, lleva hasta el parque Guasamayo y su serranía de colores, donde los sedimentos milenarios forjaron formas tan raras como las de El Loro. Después se puede llegar a Olpas -donde una poderosa tribu precolombina dejó un pucará- y a las altas sierras de Loma Blanca, refugio preferido de Peñaloza, donde fue asesinado en 1863. Luego llevaron su cabeza, clavada en una pica, hasta Olta, el sitio que durante el siglo XIX fue testigo de las arriesgadas acciones de los caudillos riojanos.
Esta ruta también pasa por Bella Vista, cuna de artesanos; por Chamical, donde la Fuerza Aérea tuvo una base de investigaciones espaciales y lanzamiento de cohetes para estudios meteorológicos.
Y al final, ya muy cerca de San Luis, está Ulapes, fundada en 1697. Allí hay una reserva natural a la que llegan los flamencos rosados para reproducirse y luego partir, dejando atrás las extrañas rocas azules.
Datos para tener en cuenta
- Alojamiento: habitación doble con desayuno, entre 40 y 50 pesos por día. Para acampar, balnearios municipales de Tama, Malanzan y Ulapes; dique y balneario municipal de Olta y pileta natural de Polco.
- Gastronomía: un almuerzo típico cuesta entre 7 y 10 pesos.
- Rutas: desde la ciudad de La Rioja, nacional 38 y provinciales 27, 28 y 29. Hasta Ulapes llega la ruta nacional 79, que va a San Luis.
- Informes: en La Rioja, 03822-428839. En Buenos Aires, 4815-1929.
- Distancias desde la capital provincial: Patquía, 70 km; Chamical, 140; Tama, 146; Olta, 171; Huaja, 181; Atiles, 190; Chepes, 239; Ulapes, 305.