No ha habido muchas aperturas en este complejo 2020. Por eso, y por su originalidad, la de Kruger Shalati, que inaugura el 14 de diciembre, se inscribe como una de las grandes novedades hoteleras del año. La propuesta rescata un tren de la Selati line, ícono del turismo conservacionista que nació a principios de la década del 20. Emplazado de manera permanente en el histórico puente ferroviario sobre el río Sabie, recrea la antigua magia de los viajes por África.
En el corazón del Parque Kruger, muy cerca del Skukuza Camp, el sitio cuenta con 24 habitaciones distribuidas dentro de los vagones, solo para 48 huéspedes. Los cuartos fueron ambientados siguiendo una paleta de colores en armonía con el entorno y detalles del arte local. Los grandes ventanales permiten una visión única de la sabana desde lo alto del puente.
La estadía se planificó en formato all inclusive, con dos salidas diarias por el parque acompañados de rangers especializados en fauna y flora, así como de la cultura del lugar.
Un tren, un hombre, un sueño
Para principios del siglo XX el territorio del actual Parque Kruger estaba devastado. En 1898, luego de años de esfuerzos, el presidente Paul Kruger había logrado resguardar varios territorios y crear la Reserva Natural Sabi. Aun así, la situación era muy delicada.
Por entonces, James Stevenson Hamilton fue nombrado guardián del área. "El lugar era precioso, pero no se veían los animales", aseguró al llegar. A la caza tradicional de los indígenas y los granjeros había que sumar el exterminio provocado por cazadores legales y furtivos.
El hombre se dedicó a la titánica tarea de controlar la caza, reintroducir especies y redactar las normas de protección.
Stevenson Hamilton, Skukuza, "el hombre que todo lo cambia", decidió utilizar el ferrocarril local en modo turístico. Veía al turismo como un modo de conseguir consenso al proyecto conservacionista que tenía en mente.
Inventó el "Round in nine", una travesía ferroviaria de nueve días que incluía un alto sobre el puente del río Sabie. Allí, los viajeros pasaban la noche y eran invitados a recorrer los alrededores guiados por expertos rangers, en un tiempo que no había rutas, hoteles, ni nada parecido.
Para llevar a cabo su plan recurrió a la Selati line, una línea ferroviaria que había nacido con la intención de unir Komatipoort y los yacimientos de oro en los alrededores del río Selati, en Leydsdorp y atravesaba gran parte de la reserva.
El viaje se convirtió rápidamente en un hit y contribuyó a la transformación de la reserva en el Parque Nacional Kruger, allá por 1926. Hoy, este magnífico territorio se extiende por dos millones de hectáreas hasta los límites de Mozambique y Zimbawe.
En sus mejores épocas, el tren contó con varios servicios semanales y convirtió a las tierras del Kruger en un destino soñado y accesible a los viajeros. En 1973 dejó de funcionar, pero el Parque ya era el área protegida más importante del continente.
Un siglo más tarde, Kruger Shalati aspira a reditar parte de aquella experiencia para los que se animen al corazón meridional de África.
Durante 2022 se inaugurarán los Bridge House Rooms, siete suites de lujo que se construirán en tierra a orillas del río Sabie.
Desde u$s 510 por persona en base doble. Incluye todas las comidas, bebidas y dos salidas diarias para ver fauna.