Día 1: De compras
El circuito top de marcas y prendas de diseñadores internacionales comienza en la famosa Galería Vittorio Emanuele, en la Piazza del Duomo. Pero el centro geográfico de lo más fantástico ?por absolutamente imposible de pagar? en lo concerniente a moda italiana e internacional, es el Quadrilatero Della Moda, delimitado por la Via Montenapoleone, Via della Spiga y Via Sant´ Andrea. Pase y vea, que mirar vidrieras es gratis.
Los sábados no se pierda las ferias de Viale Papiniano y del Naviglio Grande. Apunte el dato: el último domingo de cada mes allí hay mercado de antigüedades.
El panorama del shopping se completa en Brera, barrio bohemio de callecitas empedradas, cafés con bares al aire libre y brujas que tiran el tarot, donde encontrará casas de arte, pintura y diseño.
Día 2: Milán antigua
Arranca, por supuesto, en la piazza del Duomo, la imponente catedral es la tercera más grande del mundo y la construcción de tan grandiosa arquitectura gótica en puro mármol (iniciada en 1386) demoró más de 400 años. Por ascensor o escalera, suba a la terraza para ver toda la ciudad y los Alpes a lo lejos. La galería Vittorio Emanuele se encuentra a la derecha, con su inconfundible cúpula vidriada y los impresionantes y coloridos mosaicos. La galería desemboca justo en el Teatro Alla Scala; desde el museo, que abre todos los días, se accede a un palco desde donde se puede ver el interior del teatro cuando no hay ensayos.
El Castello Sforzesco es un símbolo del poderío milanés del siglo XIV. Alguna vez fue hogar de Ludovico El Moro; hoy es sede de numerosos museos, que debería visitar antes de perderse en los fabulosos jardines del parque Sempione, justo detrás. A pocas cuadras está el ?ineludible? Cenacolo Vinciano, donde se guarda La última cena, el cuadro más famoso de Leonardo Da Vinci.
Día 3: Salida
Tome el tren al Lago di Como desde la estación Cadorna; en menos de 45 minutos llegará a una pequeña ciudad junto a un espejo verde rodeado de montañas: Como, que resguarda un casco histórico con tesoros arquitectónicos únicos, por ejemplo la gran muralla con sus torres medievales y la inmensa Catedral.
Almuerce junto al lago, si el buen tiempo lo acompaña, en alguno de los numerosos bares con floridas terrazas. Termine la tarde abordando un ferry que lo pasee por el lago y lo lleve hasta Bellagio.
Otras ciudades que podés recorrer en tres días: