Leeds, Bamburgh, Stalker, Warkworth y Blackness son fortalezas de alrededor de mil años que se levantan sobre piedra, guardan historias memorables y se pueden visitar durante todo el año.
LEEDS
Kent
Al sudeste de Inglaterra, Leeds es uno de los castillos más populares del reino. Fue construido hace 900 años por un barón normando en tiempos de Guillermo el Conquistador. Levantado sobre una gran fosa, tiene doscientas hectáreas de jardines bellísimos, dónde se celebran casamientos. Se puede visitar todo el año y recorrer las salas que conservan tanto el estilo medieval, como el Tudor. En 1926 lo compró una americana, Lady Baillie, que creó una fundación para preservarlo. Mucho antes había vivido allí Enrique VIII con la española, Catalina de Aragón, su primera esposa… que se salvó de ser decapitada, pero no humillada por el rey más cruel de Inglaterra.
BAMBURGH
Northumberland
Sobre el mar y en un pueblo encantador que lleva el mismo nombre, el castillo de Bamburgh se alza como la antigua residencia de los reyes de Northumbria. Imponente, está casi al límite con Escocia y ocupa cuatro hectáreas de médano, bosque y playa. Es una de las fortalezas no habitadas más grandes del Reino Unido. Tiene más de 1.400 años y desde 1984 es propiedad de William George Armstrong, un ingeniero industrial y benefactor. Está disponible para visitas guiadas y cuenta con una gran colección de arte y armería. Además de historias de fantasmas.
STALKER
Highlands
Está situado en una de las islas prehistóricas que emergen de los lagos de Escocia. Sobre las aguas del Laich y próximo al pueblo de Portnacroish, al oeste del país, los cimientos originales del castillo Stalker fueron levantados en 1.388 por el clan MacDougall. Lugar de descanso en sus días de caza para el rey Jacobo IV, hoy es propiedad privada pero se puede visitar, siempre que las condiciones climáticas lo permitan. ¿El detalle? Desde el Gran Salón del castillo sale una escalera secreta que solía usarse en caso de ser asaltados.
WARKWORTH
Northumberland
Las ruinas de esta fortaleza –y lo que se conserva intacto– se erigen sobre un sector rocoso, entre el río Coquet y el Mar del Norte. Construido alrededor de 1.150, Warkworth fue protagonista de las guerras entre Inglaterra y Escocia. La torre se mantiene impecable y su gran atractivo está en las murallas, una iglesia, los salones y la cocina. La familia Percy lo adquirió en 1322 y sus descendientes lo preservan hasta hoy. Fue restaurado a mediados del siglo XIX y la mayoría de los espacios, excepto algunos dormitorios, se pueden visitar. Todo entre mitos y leyendas.
BLACKNESS
Central Scotland
Sobre una lengua de tierra que entra en el fiordo de Forth, a media hora de Edimburgo, Blackness se levanta en forma de buque. Protegido por murallas, muchos lo conocen como "el barco que nunca zarpó". Data del siglo XV y fue construido por el clan de los Crichton. Sin embargo, no lo pensaron como una simple residencia, sino más bien como cárcel. Y, de hecho, cuando en 1453 pasó a manos de la corona escocesa, siguió cumpliendo la misma función. Dramático y oscuro, fue escenario de la película Hamlet –versión Mel Gibson y Glenn Close– y de la serie Outlander.