Desde la capital mexicana, las escenas cotidianas y las sensaciones de Mario Caputo, un productor creativo argentino. Tiene 43 años, vive en la ciudad azteca hace poco más de dos, y está de novio con una mexicana.
"Soy algo escéptico a ciertas noticias… Cuando escuché en los medios sobre el Covid pensé que sería como la gripe porcina y se iba a poder controlar. Lo veía como algo remoto. Cuando llegó a Italia me pregunté qué estaba pasando, pero también creí que tal vez quedaba ahí. Me equivoqué".
"El presidente, Manuel López Obrador, tuvo una política más laxa que la que se implementó en Argentina. En Ciudad de México estamos en cuarentena. Pero no te impide sacar a tus hijos, ni te ponen multas por andar en la calle. No está la policía controlando. Es simplemente una recomendación fuerte. Tal vez porque aquí comer y andar por la calle es cultural. Hay toda una economía callejera. Los tacos, los tamales... Salir a hacer las compras al mercado está en el ADN de los mexicanos. Es una cuarentena que se instaló un poco más tarde que en Argentina".
"Me auto acuartelé antes de que lo recomendaran. El encierro me afecta, pero no quiero agarrarme nada. Fui muy cuidadoso. Todavía sigo, pero no tanto. Nunca fui al supermercado porque es el punto de contagio más alto. Llamás y te traen. Al principio solo salía por alguna verdura".
"Vivo en Ciudad de México hace dos años y un par de meses. Me vine porque me había aburrido de Buenos Aires. Soy de Colegiales. Me separé de una novia, tenía plata y ganas de trabajar en otro país. Me atraía un destino latino, más que Europa. Llegué sin conocer el D.F. y muy poco del país. Solo había estado de vacaciones en la península de Yucatán. Sabía que acá pasaban cosas interesantes. Vine a ver qué onda en México y me terminé quedando".
"Aterricé sin nada en concreto. Pero me encontré con una comunidad grande de argentinos que fueron muy solidarios. Generé contactos. Y como los publicitarios argentinos son bien vistos, me abrieron puertas. Trabajé en una agencia un año y después me abrí con un socio que está en Argentina. Tengo una productora de digital experience. Hago, por ejemplo, realidades aumentadas, efectos con pantallas y 3D. Todo en lanzamientos de productos y publicidad. Mi Instagram es @mariocaputo".
"Ciudad de México es muy cosmopolita. Muchos argentinos piensan que es solo las pirámides y los rancheros. Pero más allá de los aztecas y de clásicos, como Frida Kahlo, tiene una cultura contemporánea muy fuerte. Tanto a nivel cine, como exposiciones de arte. Vienen los grandes del mundo como por ejemplo Jeff Koons".
"Es un país con una solvencia económica fuerte. Tiene un alto índice de pobreza, pero no hay demasiado desempleo. Muchos ganan poco, pero trabajan. Ciudad de México tiene gran cantidad de habitantes, empresas e industria. Varias compañías de Estados Unidos se instalaron acá porque la mano de obra es más barata".
"Los barrios son colonias. Yo vivo en San Miguel Chapultepec. Está pegada al bosque del mismo nombre, que es el pulmón verde de México. Al lado está la colonia Condesa, que es más turística. Al principio yo vivía ahí, pero se volvió muy caro. Mi colonia actual es mucho más tranquila, residencial, con calles arboladas. Tengo dónde comprar pero tampoco hay 80 taquerías cerca, como pasa en Condesa".
"Alquilo un departamento en un edificio de dos pisos dentro de un complejo. Tiene el estilo de un edificio de Villa Gesell, por ejemplo. Vivo con mi novia que es mexicana. En realidad, hace una semana que estrenamos convivencia. El Covid hizo que pasáramos más tiempo juntos. A ella se le acababa su contrato, entonces nos miramos y dijimos: "Dale, hagámoslo. Vivamos juntos. Y así fue".
"La gente acató la recomendación de la cuarentena. Se nota, por ejemplo, porque no hay más embotellamientos. De todas maneras, en Ciudad de México no es lo mismo que en otros estados. Este es un país muy federal. Tienen ciudades muy grandes, como Guadalajara, que se manejan de otra manera".
"El parate me afectó a nivel laboral. Tenía dos o tres proyectos que se cortaron. Hubo muchos despidos. Es un cambio radical a nivel mundial. Sin embargo, no quiero ser absolutista. Hace un mes y medio que estoy cotizando proyectos nuevos. Hubo una pausa inicial fuerte, pero ahora estoy recibiendo llamados y me piden presupuestos".
"Los mexicanos son muy familieros. Cumple años la abuela y van todos. Además, tienen familias muy numerosas. Sufren por no poder reunirse. De todas maneras, muchos viven juntos. Eso sí, no se besan al saludarse. Varias veces quedé pagando. Les gusta salir a comer".
"Los negocios gastronómicos estuvieron siempre semi abiertos: delivery, no salón. Algunos se reinventaron y otros cerraron para siempre. En estos días pasamos a semáforo naranja, es decir, menos nivel de alerta. Eso implica que, por ejemplo, abran las taquerías. Antes de que pasara todo esto, de miércoles a domingo los restaurantes estaban llenos. Es que, además, los viernes se termina de trabajar después del mediodía".
"Acá hay que usar el tapabocas, pero no te penalizan por no hacerlo en la calle. Eso sí, no te dejan entrar a supermercados o farmacias si no lo llevás puesto. De todas maneras, un 80% lo usa y un 20% no. Y hace un par de semanas que la gente está volviendo a trabajar. De a poco y por tandas".
"Un amigo de mi novia se contagió. Trabaja para el gobierno en temas judiciales. No sabe cómo. Dice que estaba haciendo cuarentena estricta. Pero sintió que no respiraba bien, tuvo fiebre, se hizo hisopado y le dio positivo. Estuvo muy cansado, pero se curó. Le quedaron los pulmones lastimados. Ese es el más cercano que tengo. Pero hubo muchísimos contagiados y muertos. Los mexicanos se vieron muy afectados porque son bastante gorditos y ese es un factor de riesgo. Además, el sistema de salud es deficiente. Faltan testeos e insumos. De todas maneras, los hospitales no colapsaron como en Italia".
"Acá pasaron cosas interesantes. Por ejemplo, mi banco me ofreció no pagar la tarjeta por tres meses y cobrarme en doce cuotas sin cargo. A diferencia de Argentina, acá hubo una política de no frenar la economía. La cuarentena flexible tuvo un costo en vidas, pero no fue una parálisis completa. Y esa es una ventaja. Claro que lo digo yo, que no tengo una madre que murió de Covid. ¡Qué se yo!"
FOTOPERIODISMO REMOTO: ¿CÓMO SE HIZO?
Para hacer esta nota, se seleccionó un entrevistado (Mario Caputo) y una ciudad del mundo (Ciudad de México). El entrevistado delimitó en Google Maps un recorrido con rincones atractivos. Lo compartió con la fotógrafa, que lo recorrió con Street View para observar el espacio y determinar posibles tomas. Pactaron un día y horario para que el entrevistado hiciera el recorrido de manera presencial y la fotógrafa, las tomas de manera remota. Fue un lunes a las 14 horas argentina y 12, de Ciudad de México. Cada vez que el entrevistado llegaba a los puntos previamente delimitados, se conectaba a Facetime y ponía la cámara frontal. Entonces, la fotógrafa disparaba después de guiar al entrevistado en cuestiones de luz, encuadre y perspectiva, para buscar la mejor composición. Había que prestar especial atención a luz en El Zócalo, que no es fácil de fotografiar. Si hacía falta, el entrevistado pedía permiso a los transeúntes para tomarles la foto. Pero por tener la cámara frontal no sabía que era lo que estaba disparando la fotógrafa. El resultado es una construcción colaborativa, con códigos en común que van evolucionando. El oficio de la fotógrafa se nutrió de la mirada del entrevistado. El trabajo quedó plasmado en una serie de fotos panorámicas -el formato que permite Facetime- que editó la fotógrafa. Y, finalmente, la periodista llamó por teléfono al entrevistado para la construcción del texto a modo de declaraciones.