Extraños hábitos en Galápagos
La fauna del archipiélago ecuatoriano asombra por su modo de supervivencia
ISLA ESPAÑOLA, Ecuador (Reuters).- Un búho marrón está sentado inmóvil bajo el abrigo de una roca de lava y mira sin pestañear, mientras una docena de turistas busca una mejor posición para fotografiarlo.
"Emprenderá vuelo pronto -dijo el naturalista Ramiro Tomala, entrecerrando los ojos por el sol de la mañana-. Es su tiempo de caza." Una afirmación sorpresiva para los visitantes que van a las Islas Galápagos en Ecuador. El búho diurno es sólo una de las tantas rarezas de la naturaleza en el afloramiento volcánico en plena línea Ecuatorial en el Pacífico Sur, cuya fauna silvestre única ayudó a Charles Darwin hace más de 150 años a esbozar el principio de la evolución a través de la selección natural.
A lo largo de las islas, los pájaros, reptiles y animales marinos no muestran miedo al desfile humano. En la norteña Genovesa, un viaje de una noche desde Española -en la punta más sureña del archipiélago-, pájaros bobos de pico azul milagrosamente envuelven su palmeadas patas rojo brillante alrededor de las ramas de los árboles donde construyen sus nidos. En otras islas sus primos más convencionales, patas azules, tienen los nidos en el terreno.
Las garzas reales y gaviotas cazan de día, ¿verdad? Bueno, incluso en Galápagos lo hacen, pero no todas. Las variedades de ambos pájaros marinos, adaptadas por generaciones a la fuerte competencia de la lucha diurna por la existencia, han evolucionado ojos grandes y atrapan sus peces en la noche.
Iguanas marinas
"¿Y dónde más se puede encontrar lagartos que nadan en el mar?", cavila el naturalista Tomala mientras a sus pies una manada de iguanas marinas resoplan la sal que han tragado con el agua. Tomala, de 22 años y nativo de las islas, es uno de los miembros de un equipo de guías del Servicio del Parque Natural Galápagos, que trabaja en barcos cruceros.
Desde el barco Galápagos Explorer II -operado por la compañía de ecoturismo de Guayaquil, Canodros-, hasta los pequeños botes que pueden transportar un puñado de turistas, estas naves tienen que cumplir las estrictas normas ecológicas. Un reciente estudio señaló que las Galápagos está en una encrucijada: o se refuerzan las estrictas medidas de cuarentena e inmigración, o las islas se convertirán poco más que en campos de juegos para los turistas.
El récord ha sido relativamente bueno. Un 95 por ciento de las especies que halló Darwin en la isla sobreviven, en contraste con el colapso ecológico registrado en archipiélagos similares, como Hawai, una vez que llegó el hombre.