Alberto Oviedo y Julieta Parle compraron una camioneta y luego de reformarla con sus propias manos en 2018 salieron a viajar por América sin fecha de regreso; llevan recorridos más de 25 mil kilómetros
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Se conocieron hace 9 años atrás, haciendo atletismo en el Club Atlético Vélez Sarsfield. Luego se pusieron de novios y poco a poco empezó a cobrar forma la idea de comprar y acondicionar su propia camioneta para salir a viajar, una Volkswagen Transporter del año 98.
“La elegimos por tener un precio accesible para nuestro presupuesto y como no tiene mucha electrónica se facilita su arreglo cuando estás en lugares chicos. Su interior lo construimos completamente nosotros. Todos los fines de semana (por que en la semana trabajábamos) estábamos metidos haciendo cosas en ella. Aprendimos desde cero a aislar, a hacer muebles que tienen que ser súperfuncionales para optimizar el poco espacio; a usar las herramientas, a soldar y cortar, entre muchas otras cosas. Tener la casa a cuestas para nosotros trae muchos beneficios y responsabilidades. Es un espacio dónde nos sentimos cómodos. Tener además nuestra cocina es clave, yo soy vegetariana y Beto celíaco”, cuenta Julieta.
También crearon una cuenta de Instagram @vueltaxamerica y una página web (www.vueltaxamerica.com.ar) donde muestran los diferentes lugares que recorren a su paso junto a Titi, una gatita que adoptaron hace 7 años y enseguida se adaptó al este nuevo estilo de vida de su familia.
Beto tiene 40 años, es licenciado en Administración de Empresas y Julieta tiene 28 y es licenciada en Turismo y Hotelería. Antes de partir y dejarlo todo él trabajaba en el sector financiero de una empresa gastronómica, donde venía desempeñándose desde hacía 15 años, y Julieta en una agencia de viajes online, ambos trabajos de oficina.
¿Cómo surgió la idea de dejar todo para hacer este viaje? “Antes de conocernos Beto ya tenía la idea de radicarse en otro lugar lejos de Buenos Aires y por mi parte, quería terminar la facultad e iniciar un viaje sin fecha de vuelta. En ese entonces no sabía bien ni cómo, ni a dónde, ni en qué medio (mochila, bici, vehículo). Cuando empezamos a salir y yo me recibí, esta idea de viajar fue creciendo cada vez más hasta definir que lo haríamos en un vehículo para llevar nuestra casa a todos lados”, explica Julieta. Finalmente, en agosto de 2016 compraron la camioneta y en septiembre de 2018 comenzaron su viaje.
“No somos ricos, no tenemos ningún ingreso pasivo, trabajamos mucho para lograr esto que estamos haciendo”
“Para nosotros viajar es un privilegio. No somos ricos, no tenemos ningún ingreso pasivo, trabajamos mucho para lograr esto que estamos haciendo, pero somos conscientes de que vivimos en una sociedad desigual y no todos tenemos el mismo acceso a ciertas cosas. No nos referimos solamente a cuestiones materiales o económicas, sino también a que tenemos una familia y amigos que nos acompañan y bancan, y a que siempre tuvimos y tenemos nuestras necesidades básicas cubiertas. Nuestro trabajo y empeño, sumado a nuestro entorno nos permitió ir detrás de esta idea o “sueño” de vivir viajando. Tenemos la posibilidad de elegir esto que estamos haciendo y dejar de hacerlo cuando queramos y eso ya es un privilegio. No queremos decir con esto que sea imposible para algunas personas. Todo lo contrario, de hecho, pensamos que es más fácil de lo que uno cree, pero no todos partimos de una misma base y eso sí queríamos aclararlo para no caer en la simple frase de “si querés podés”, no siempre es tan así”, advierten.
-¿Qué fue lo más difícil de tomar la decisión de dejar todo?
-Lo más difícil fue sin dudas renunciar a nuestros trabajos en relación de dependencia, no tanto por miedo a dejar la estabilidad (la decisión ya estaba tomada), si no por querer irnos en buenos términos y con todo ordenado. Había muchas responsabilidades que había que delegar. Entre una cosa y otra fuimos posponiendo un año la salida por varios motivos.
-¿Cómo definirían el espíritu del viaje?
-Ningún día es igual a otro. Cuando estamos arriba de la camio, sabemos cómo arrancan nuestros días, pero muchas veces terminan de una manera impensada. Viajar sin tiempo y con tu casa a cuestas es llegar a un lugar, y si te encantó, te quedás hasta que querés o podés. También pasa al revés, no te gustó, te vas. Y así como ocurre con un lugar también nos pasa con las personas cuando se acercan desinteresadamente para conocer nuestra historia, contarte la suya y sin pensarlo terminás compartiendo varios días. Y las personas, sin duda, es lo que más nos queda de este estilo de vida.
-¿Cómo lo financian?
Trabajamos mucho en las temporadas de verano principalmente y el resto del año vamos viajando vendiendo nuestros productos (gorras personalizadas, yerberos, azucareros, postales y señaladores) que también están en nuestra tienda online (hacemos envíos a todo el país). Por otro lado, también hacemos diseño de páginas de web para comercios o instituciones. Todo lo pueden encontrar en www.vueltaxamerica.com.ar o nuestras redes sociales @vueltaxamerica. Sí vale la pena aclarar que vivir en una camioneta a nosotros nos es mucho más económico que vivir en Buenos Aires. Nuestros principales gastos son comida y combustible… y mecánico cuando toca. Eso sí, nuestra vida es bastante austera, en general no salimos a comer, a veces no podemos hacer todas las excursiones que quisiéramos y tampoco nos compramos todo el tiempo ropa o cualquier otro bien material, sólo lo indispensable.
-¿Se pusieron algún plazo para hacerlo?
-No, no tenemos. Viajamos bastante lento, porque así lo elegimos. Nos quedamos varios días, semanas o meses en un mismo lugar, vamos viendo las posibilidades en parte también porque trabajamos vendiendo nuestros productos mientras andamos.
-¿Alguna anécdota especial?
-Hay varias, pero son muy largas, en una oportunidad en Río Negro en una ruta de ripio (la RP1) el camino estaba cortado por una duna enorme de arena. Lo lógico era volvernos, pero surgió la oportunidad de engancharla a un tractor y -literalmente- barrenar con la camioneta la duna para no tener que volver atrás, y así fue que lo hicimos. También nos hemos encajado en medio de la nada en Santa Cruz y tuvimos que caminar varios kilómetros para pedir ayuda. Llevamos ya varios atascos en nuestro haber. Sobre cosas que nos han pasado en la camioneta podemos estar horas. Otro caso particular que se da entre los que vamos viajando, en general además de pasarnos información sobre destinos los otros tópicos más conversados son dónde hay buen wifi, baños limpios, duchas y bueno... datos sobre mecánicos.
-¿Tienen diseñada alguna hoja de ruta?
-No, no tenemos diseñada una ruta. Al salir de Buenos Aires por primera vez pensamos que íbamos a estar 4 o 5 meses viajando por Argentina y ya después salíamos del país. Pero esos meses se transformaron en más de un año y hoy 2022 seguimos viajando por Argentina. Llevamos rodados más de 25 mil kilómetros, en su gran mayoría por Argentina y el Sur de Chile. Y antes de la pandemia tuvimos la suerte de poder unir Misiones /Ushuaia / Jujuy, recorriendo el país de punta a punta. Y este verano volvimos a la Patagonia que tanto amamos.
-¿Qué le dirían aquellos que tienen ganas de emprender un viaje similar pero no se animan?
-Que si le vienen dando vueltas a la idea hace ya un tiempo, empiecen a pensar concretamente un camino para volverlo realidad. Como para cualquier sueño u objetivo se tiene que trabajar mucho y enfocarse en ello. Sirve mucho inspirarse de otras personas que están haciendo lo mismo, sobre todo cuando coinciden en su situación, como viajar con hijos, con mascotas o a una determinada edad, pero siempre el recorrido que uno hace termina siendo único. Utilícenlo de inspiración, pero no idealicen ni busquen que sea igual porque seguramente se van a frustrar. Sepan que esta vida, como todas tiene su lado lindo y su lado feo o malo. Tenés que abrir tu mente y adaptarte. Sí, sobre todo si vas a ir trabajando a medida que viajas. Cada vez que llegas a un lugar hay nuevas reglas, culturas diferentes, formas en que maneja la sociedad que quizás no siempre sean la tuya. “Peros” va a haber siempre y nunca va a llegar ese momento “ideal”. Claramente hay momentos más propicios que otros, pero no te quedes esperando que los planetas se alineen y todo lo que querés tener antes de salir esté listo para poder iniciar ese viaje que venís pensando y proyectando hace tiempo, probablemente eso nunca suceda.