En Playa del Carmen se lucen los mayas
La costa de la península de Yucatán atesora construcciones de la antigua civilización cerca del mar
PLAYA DEL CARMEN (El Mercurio, de Santiago).- Estas playas son el epicentro de la Riviera Maya. Hasta esta antigua caleta de pescadores llega más de un millón de visitantes por año, buscando revivir las cuentas alegres del Caribe mexicano: 253 días de sol, playas de aguas turquesas, buenos hoteles y numerosos vestigios arqueológicos a la mano.
No es Cancún, se sabe. Empezó hace veinte años como una alternativa al turismo de los grandes hoteles, pero acabó convirtiéndose en un competidor tenaz, con precios que deben figurar entre los más caros de México.
Se instaló como un destino preferido por lunamieleros de orígenes diversos.
El resultado es un desfile humano que compra, come y bebe en la Quinta Avenida, una arteria comercial donde se habla en inglés.
Playa del Carmen funciona para alojarse, comer en buenos restaurantes y eventualmente comprar, pero habría que considerarla un punto de partida, y no únicamente uno de llegada.
Desde aquí hay 120 kilómetros de corredor costero, que las autoridades turísticas han convenido en llamar Riviera Maya para diferenciarlo de Cancún, cuyos límites son Playa del Secreto, al Norte, y Punta Allen, al Sur. Más que playas, lo que ofrece la zona es un rompecabezas de bellezas arquitectónicas y naturales para contemplar, y sobre todo, para experimentar.
Visitar la Riviera Maya sin conocer Tulum es un atentado contra el sentido común, porque aunque no se trata del único emplazamiento maya construido a orillas del mar, sí es el más hermoso: templos blancos, tallados, en parte coloreados, justo encima de un acantilado que en temporada alta visitan cuatro mil personas por día.
En cambio, Cobá sigue siendo un semidesconocido del mundo maya: se cree que en un área de setenta kilómetros cuadrados hay 6500 construcciones y monumentos, de los cuales se han redescubierto sólo 42.
Casi a la entrada se puede ver el edificio dedicado al juego de pelota y después de atravesar monumentos menores se alcanza la base de la pirámide Nohoch Mul, que con sus 42 metros es el templo más alto del mundo maya mexicano.
Vale la pena subir los 120 escalones, para ver en altura las construcciones de piedra que emergen entre la selva.
Hay 45 calzadas mayas (sacbé o camino blanco), que relacionaban la ciudad con otros sitios como Yaxun, Ixil, y dicen que también con Tikal y Chichen Itzá.
Cobá no fue excavada sino hasta 1973, aunque sólo hace tres años un grupo de investigadores cree haber descubierto arquitectura de tipo teotihuacano, que atestiguaría el vínculo de la ciudad con la metrópolis del período clásico.
La playa y yo
La Riviera Maya es uno de los pocos balnearios de México donde se practica nudismo. O casi. En realidad, lo más común es encontrar mujeres en topless.
Sucede así en la propia Playa del Carmen, donde lo mismo se puede nadar entre peces flauta que hallar caracoles gigantes a pocos metros de la orilla. La arena es blanca y fría, y hace quince años había poca gente más que los pescadores. Pero hoy se llena.
Más privacidad se consigue caminando un par de kilómetros hacia el Norte, hasta una playa conocida como Xcalacoco. Y hacia el Sur está Tulum, diez kilómetros de playa blanca donde todavía es posible tenderse al sol sin nadie a la vista y concluir que el Caribe es en verdad un privilegio.
Hay un castillo en la Reserva de la Biosfera de Sian Ka´an. Uno de base piramidal coronado con un templo, a 17 metros.
Prácticamente no ha sufrido intervención contemporánea, así que hay mosquitos, hay abejas (aunque dicen que la especie local carece de aguijón) y no hay baños. Pero es una manera indudablemente silvestre de adentrarse en esta Reserva de la Biosfera de la Unesco, que conserva más de cien especies de mamíferos y unas trescientas variedades de pájaros.
Una vez adentro, adrenalina pura. Se puede tomar un kayak y avanzar por la laguna Muyil hasta llegar a una segunda laguna, que a su vez desemboca en una serie de canales a través de los cuales los mayas llegaron al Caribe.
También es posible llegar hasta algún punto de la costa -la reserva se extiende a lo largo de 120 kilómetros, en 528 mil hectáreas- para ver delfines o bucear en una porción de la segunda barrera de arrecifes más larga del mundo, después de la que existe en Australia.
Hay más de setenta especies de corales, entre ellos el cuerno de alce y el cerebro, además de anémonas y doscientos tipos de peces. De mayo a octubre puede observarse en sus playas el desove de cuatro especies de tortugas consideradas en peligro de extinción: otra joya más.
Parques para jugar con delfines y tortugas
En Xcaret, el parque temático más visitado de la riviera, se recrea el mundo maya en versión aséptica.
Desde un mariposario dispuesto para el visitante hasta musicales sobre el mestizaje, que se exhiben en un auditorio recién inaugurado con capacidad para seis mil espectadores: en Xcaret pululan miles de turistas. Pero para los niños de rudimentos exclusivamente urbanos, o para quien desee enterarse de algunas especificidades de la vida, como el ciclo reproductivo de la tortuga lora, este sitio puede valer la pena. En Xel-Há se puede jugar con delfines, practicar snorkeling y aventurarse en el novedoso sea treek, una caminata bajo el agua con escafandra incluida. El vecino parque Tres Ríos organiza un club para niños y paseos a caballo.
Datos útiles
Cómo llegar
Desde el Aeropuerto Internacional de Cancún son 68 kilómetros hasta Playa del Carmen. Se puede tomar un ómnibus del sistema de transporte público (6 dólares) o un taxi (unos 55 dólares).
A Tulum. Son 131 kilómetros. El recorrido en taxi cuesta 80 dólares.
Sabores mayas
Las especialidades de la cocina regional son el pollo y el cerdo, condimentados con achiote (parecido a la páprika), marinado en jugo de naranja, y el chile habanero, un ají picantísimo. Si desea conocer estos sabores, una buena opción es probar el plato maya del restaurante Yaxche: camarones salteados con ajo, pollo pakal (marinado con mandarinas y relleno de verduras) y tikin xic (pescado con naranja agria y achiote).
Puede acompañarlo con un absolut maya: vodka, jugos de naranja, piña y chaya, una planta yucateca de cualidades diuréticas.
Paseos
Cobá y Pac Chen. Uno de los tours más divertidos de la zona, incluye una visita a las ruinas de Cobá con un guía local y una tarde de entretenimiento en las cercanías de Pac Chen, una comunidad maya donde las mujeres bordan sus propios vestidos de algodón blanco. Primero se practica kayak en busca de tortugas, después tirolesa sobre un cenote, y finalmente el descenso en rappel a un cenote tipo pozo. US$ 84.
Sian Ka´an. Recorrido por las ruinas de Muyil y práctica de kayak y snorkeling en los canales mayas. US$ 95.
Buceo
Se puede aprender y practicar tanto snorkeling como buceo, en cavernas y arrecifes. Frente a Xcaret, por ejemplo, es común observar tortugas de hasta 18 metros. Snorkel por el día, US$ 65.
Aktun Chen. Recorrido de una hora y quince minutos para aprender los usos de las cuevas y su proceso de formación, US$ 18.
Xel-Há. Campamento tortuguero, zona arqueológica, río Xel-Há, cueva maya, gruta, instituto acuático, acuario natural y otros atractivos. Adultos, US$ 25.
Xcaret. Delfinario, río subterráneo, mariposario, aviario, orquidiario, granja de hongos, zoológico, espectáculos, mirador, ruinas, tortuguero y ceremonia nocturna. Adultos, US$ 49; niños, US$ 24,5.
En Internet
www.rivieramaya.com
www.yucatantravel.com