Existen en Argentina poco más de diez especies de felinos salvajes. Mientras que algunos de ellos cuentan con gran popularidad como el Yaguareté, el Puma o el Gato Montés, otros nombres resultan casi desconocidos para la mayoría. Estos son cinco de los felinos que viven en nuestro país en estado de vulnerabilidad o en riesgo de extinción.
1. Margay
Leopardus wiedii
En algunas zonas es conocido como Gato Tigre o Tigrillo Peludo, por la forma y densidad de su pelaje. El Margay se parece al Ocelote, pero más chico y con nariz oscura. Sus grandes ojos saltones y su cola que llega a representar el 40% del largo total de su cuerpo, son sus rasgos más distintivo y lo que los hace buenos cazadores nocturnos y particularmente ágiles para trepar árboles donde pueden pasar la mayor parte de su vida. De hecho, pueden descender de los árboles de forma completamente vertical cabeza abajo como las ardillas y quedar colgados de ramas sostenidos únicamente por una de sus patas.
Es un felino propio de América del Sur y Central, se lo puede encontrar en zonas selváticas y de yungas desde México hasta la Argentina. En nuestro país, habita en Misiones, Salta y Jujuy, su estado de conservación es vulnerable.
Como la mayoría de las especies salvajes, se ven perjudicadas por la deforestación y fragmentación de sus hábitats naturales ante la depredación humana. Además, durante años padecieron la "misma suerte" que otros felinos de pelaje manchado, buscados por la industria de la moda.
2. Gato Andino
Leopardus jacobita
Es el felino más amenazado en América, en riesgo de extinción. Durante mucho tiempo fueron un misterio total y se sabe que algunos pueblos originarios los consideraban sagrado. Por tratarse de una población muy escasa - hoy fragmentada y dividida por la alteración de los territorios, el avance de la industria minera y agrícola-ganadera -, es muy difícil verlos y poder estudiar su comportamiento, lo que convierte a esta especie en una de las más desconocidas a nivel mundial.
Habitan la región de los Altos Andes y la Puna, eligen vivir en zonas rocosas sobre todo entre 1000 y 3000 msnm. También, en menor medida, se los ha visto en la región de la Estepa Patagónica. A la vista de cualquier mortal, resulta inclasificable: por su tamaño es un gato común y corriente, pero no. Su contextura es pequeña pero robusta y sus patas traseras son bien anchas para saltar entre piedras; por su pelaje largo y grueso, de colores gris plomo claro con líneas verticales color pardo amarillentas en los laterales, es un felino de mayor envergadura pero no.
En Argentina el Gato Andino se encuentra protegido en los Parque Nacional y la Reserva Provincial San Guillermo (San Juan), el Parque Nacional Campo de los Alisos (Tucumán), en las Reservas Laguna Brava (La Rioja), Laguna Blanca (Catamarca), Los Andes (Salta), Altoandina de la Chinchilla y Laguna de Pozuelos (Jujuy), Caverna de las Brujas (Mendoza) y en el Parque Provincial Cumbres Calchaquíes (Tucumán). El futuro Parque Nacional Aconquija (Tucumán) sería una nueva y valiosa iniciativa para la conservación de este felino.
3. Gato Huiña
Leopardus guigna
La Huiña o Guiña, también llamado Gato Colorado por su pelaje rojizo, es el más pequeño de los felinos salvajes de América e incluso del mundo. Llega a medir 45 cm de longitud y pesa 2.5 kg promedio. Se suele confundir con el Gato Montés, pero se lo puede diferenciar por su nariz oscura y unas líneas negras que atraviesan sus mejillas.
Son muy ágiles y escurridizos, siempre en alerta y en movimiento; son expertos trepadores y les gusta saltar entre árboles por eso, para proteger a sus crías y descansar arman un nido con ramas, hojas y pelos entrelazados a 2 mts. de altura en las copas de los árboles o entre las cañas colihue.
Habita los bosques andinos de Nothofagus, especialmente la región de la selva valdiviana. No le gustan los espacios abiertos, busca áreas con densidad de vegetación, matorrales, epífitas, lianas o en zonas con alta presencia de caña colihue donde se alimentan, sobre todo, de roedores. Han sabido adaptarse a bosques alterados de pino y eucalipto y se puede ver, aunque raras veces, en zonas rurales cercanas a esos bosques. En Argentina, se los puede encontrar en la Patagonia y están protegidos por ley en los Parques Nacionales Nahuel Huapi (Río Negro y Neuquén), Lanín (Neuquén), Los Alerces y Lago Puelo (Chubut), y Perito Moreno -y posiblemente Parque Nacional Los Glaciares (Santa Cruz).
4. Gato del Pajonal
Leopardus Colocolo
Es un felino terrestre que normalmente no trepa árboles y como anticipa su nombre, habita preferentemente zonas abiertas con pastizales altos y matorrales secos donde se oculta camuflado a la perfección. Sus orejas en punta guardan cierto parecido con su pariente lejano, el lince. Su marca más distintiva son las líneas horizontales oscuras que se dibujan en sus patas delanteras.
El Gato del Pajonal se considera prácticamente extinto en la ecorregión pampeana, del Espinal y el sur del Monte, que es su hábitat natural por predilección y el más modificado por el avance del humano. Históricamente ha sido amenazado por la caza deportiva y por el uso de su piel. Hoy, el impacto de distintas industrias incide directamente en la falta de alimento y en la separación de la especie para su reproducción. El mayor número estable de estos felinos se encuentra en la región de los Altos Andes y de la Puna y, en menor escala, en la Estepa Patagónica, al igual que el Gato Andino.
En mayor o menor medida, lo podemos encontrar en nueve provincias argentinas y está protegido en varios Parques Nacionales: Calilegua (Jujuy), El Rey (Salta), El Palmar (Entre Ríos), Lihué Calel (La Pampa), Laguna Blanca y Lanín (Neuquén), Nahuel Huapi (Río Negro y Neuquén) y Los Glaciares y Bosques Petrificados de Jaramillo (Santa Cruz).
5. Tirica
Leopardus guttulus
Junto con el Gato Huiña, la Tirica es de los felinos salvajes más pequeños de nuestro continente. La contextura de su cuerpo, su huella y su maullido pueden pasar por el de un gato doméstico. De hecho, uno de los principales motivos por los que se lo caza ilegalmente es para tenerlo como mascota.
La Tirica vive en selvas y bosques subtropicales hasta los 4500 msnm, a lo largo de América, desde Costa Rica hasta Argentina. Aquí se lo puede encontrar en la provincia de Misiones, en la ecorregión de las selvas paranaenses, incluso en las isletas o en las "capueras" que son las partes de la selva "limpias" para el cultivo donde se lo puede encontrar en montes tupidos con vegetación. En zonas de cercanía rural, se lo persigue atrayéndolo con cebos en gallineros porque atacan las aves de corral en busca de alimento.
En Argentina se encuentran en estado de conservación vulnerable y están protegidos en el Parque Nacional Iguazú, Parque Provincial Urugua-í y otras áreas de reservas en Misiones.
Agradecemos la colaboración de: Felinos de Argentina