Los secretos de la mansión Highclere, que se usó de escenografía para la serie y para las películas Downtown Abbey, en la campiña inglesa
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Sentarse del otro lado en el auto para manejar al revés ya suma aventura al trayecto. Algo menos de dos horas separan a Londres de Highclere Castle. Apenas cruzar la puerta del museo Victoria & Alberto en el corazón de la ciudad circulando por Cronwell Road, se deja a un lado Kensington mientras el Támesis se acerca y aleja alternadamente. La autopista M4 se recorre por los paisajes más cinematográficos de la campiña inglesa hacia A34 en West Berkshire. En la ruta Eaton desvía la atención. La salida 13 en dirección Oxford/Newbury espera. Allí no más se abre la autopista que lleva a destino. Un ingreso, como corresponde, de película, con una entrada enmarcada de hayas y tilos alternados que a la vista invitan a tararear “Did I make the most of loving you?”.
Los estudiosos de la zona indican que existe una considerable evidencia de asentamientos prehistóricos en Hampshire, incluido el temprano de la Edad de Bronce en la Isla de Wight. Los restos de pequeñas granjas de la Edad del Bronce existen en Quarley, y lo más notable entre los restos de la Edad del Hierro son las fortalezas de las colinas como las de Danebury y Hengistbury Head. El comercio con el continente europeo a finales del Bronce y principios de la Edad del Hierro aparentemente se centró en Hengistbury Head y Christchurch. Durante la ocupación romana, se desarrollaron asentamientos urbanos en Silchester (Calleva Atrebatum) y Winchester (Venta Belgarum), los puntos focales del sistema de carreteras en el área.
Por estas tierras pasaron sajones, jutos, nórdicos y franceses. Highclere, el castillo objeto de la travesía, se encuentra en un terreno que quedó bajo el control de los obispos de Winchester en 749 y fue retenido por ellos durante unos 800 años. Eduardo VI confiscó la propiedad de la iglesia y se la cedió a la familia Fitzwilliam. En 1679 la propiedad fue comprada por el político y futuro fiscal general Sir Robert Sawyer. A principios del siglo XVIII, los herederos de Sawyer trazaron caminos, plantaron jardines formales y construyeron varias estructuras pintorescas pero no funcionales con nombres como Heaven’s Gate y Jackdaw’s Castle.
Henry Herbert, un descendiente de Sawyer, heredó el Castillo Highclere en 1769 y fue investido como el primer conde de Carnarvon en 1793. Convocó al notable arquitecto paisajista Lancelot Brown, quien plantó una gran cantidad de árboles e hizo otros cambios que le dieron a los terrenos una apariencia más natural y no planificada. Pero los cambios más llamativos en Highclere fueron hechos por el tercer conde, quien en 1838 encargó al arquitecto Sir Charles Barry, conocido por el diseño del Parlamento en Londres, la remodelación de la casa solariega que adoptó el estilo isabelino. El trabajo exterior e interior tardó décadas en completarse, y el castillo se hizo conocido por su opulencia. Notablemente, el salón presenta revestimientos de cuero españoles del siglo XVII elegidos por el tercer conde, y en las paredes de la sala de música están colgados bordados italianos del siglo XVI.
Antes de Downton Abbey, el castillo de Highclere era conocido principalmente por su asociación con el quinto conde de Carnarvon, patrón de la expedición egiptológica que descubrió y abrió la tumba del faraón Tutankamón en 1922. Fue quien ayudó a Howard Carter a construir una casa en el desierto, no lejos del Valle de los Reyes, que fue apodada “Castle Carter”.
Las pirámides de Londres
Antes de Downton Abbey, el castillo de Highclere era conocido principalmente por su asociación con el quinto conde de Carnarvon, patrón de la expedición egiptológica que descubrió y abrió la tumba del faraón Tutankamón en 1922. Fue quien ayudó a Howard Carter a construir una casa en el desierto, no lejos del Valle de los Reyes, que fue apodada “Castle Carter”.
El quinto conde de Carnarvon viajó por primera vez a Egipto en 1898. A partir de 1906 pasó muchos inviernos allí, y no solo como viajero. Adquirió concesiones para excavar durante 16 años cerca de Luxor, en el Valle de la Reina, el de los Nobles, de los Reyes y en el Delta del Nilo, cerca de Alejandría.
Descubrió y compró artefactos egipcios. Creó una de las colecciones más extraordinarias del mundo, con obras de arte únicas y exquisitas. Después de su muerte en 1923, la colección fue vendida por su viuda al Museo Metropolitano de Nueva York para pagar deudas. Howard Carter había catalogado los tesoros y comentó que había dejado algunos artículos sin importancia en Highclere. Quizás en comparación con algunas de las obras de arte enviadas a Nueva York, el resto parecía menos significativo. Todos estaban escondidos en armarios en el castillo, hasta que la familia los volvió a descubrir en 1987.
La Galería Discovery en las bodegas de Highclere explora la vida y los intereses del conde de Carnarvon, su pasión por los automóviles, su talento como fotógrafo pionero, sus viajes y ocio en la Inglaterra eduardiana.
Los visitantes pueden ver lo que sucedió con el Castillo y la familia durante la Gran Guerra de 1914 a 1918. Después de 1918, Lord Carnarvon detectó que su situación financiera se estaba volviendo cada vez más difícil. La decadencia de la mayoría de estas propiedades se inició en el período entre guerras. Su renacido esplendor se le debe a las segundas nupcias de uno de los descendientes.
La verdadera dueña de Downton Abbey
Fiona Aitken (58) se casó en 1999 con George Reginald Oliver Molyneux Herbert, el 8vo. conde de Carnarvon. Para entonces él era divorciado y tenía dos hijos. Juntos son padres de Edward Herbert. Ella es una “cuidadosa administradora escocesa”, tal como se autodefine. Es historiadora y desarrolla un intenso blog (https://www.ladycarnarvon.com/) que incluye aventuras de su vida cotidiana, jardinería, arquitectura y diseño y recetas. Ha publicado una serie de libros, algunos resultados de investigaciones sobre los antepasados de su esposo y una serie de piezas de lujo sobre la vida en el castillo.
Bajo su nuevo dominio, como una brillante gerente de marketing, gestionó la apertura de Highclere Castle al público mejor que cualquier otro castillo no perteneciente a la corona de Inglaterra. Alquiló sus salas y jardines para varias producciones de televisión y cine, incluyendo, por ejemplo, la última película de Stanley Kubrick, Ojos bien cerrados. Sin embargo, Highclere hizo su irrupción pública más fuerte en Downton Abbey. Julian Fellowes, creador y productor ejecutivo de la serie, se familiarizó con la historia de la casa, y ciertos detalles del espectáculo, como el uso de la mansión para el cuidado de las víctimas de la Primera Guerra Mundial, hitos que fueron llevados a la serie y se basan en hechos reales. En agosto de 1914, cuando estalló la Primera Guerra Mundial, Lady Almina transformó el castillo de Highclere en un hospital quirúrgico. Para entonces comenzó a admitir pacientes que regresaban de las trincheras. Uno de los dormitorios se convirtió en un quirófano. La misma condesa se puso un uniforme y asumió el papel de jefa contratando a treinta enfermeras y un médico. Eminentes cirujanos llegaron de Londres y Almina se especializó en cirugía ortopédica. En los archivos del castillo hay cientos de cartas de agradecimiento escritas por pacientes a quienes ayudó a salvar.
Los seguidores de los Crawley se acercan en caravana sin cesar con escenas detalladas en sus mentes para reconocer los espacios donde jugaron sus pasos los personajes de ficción. El recorrido que se propone en Highclere incluye el salón principal con fuerte estilo gótico que es protagonista de la mayor parte de las escenas de encuentros familiares; la biblioteca que contiene más de 5600 ejemplares; los cuartos dedicados a la música y a la pintura; una serie de habitaciones cuyas vistas se orientan a los jardines y los dormitorios de las hijas de los condes Grantham de la ficción. Un capítulo aparte ofrecen las míticas escaleras, fuertes protagonistas escenográficas de las tomas. Se pueden visitar las de servicio, que en la serie llevan al comedor y dormitorios del personal, pero que en el castillo conducen a la leñera y al lavadero.
Durante la visita se puede tomar una taza de té (o una copa de champán) en el salón, donde se teje el corazón de la serie. Esta expresión gótica es el atrio del castillo con dos pisos de altura y tragaluces en su techo abovedado. Este sitio y la sala resultan sumamente reconocibles, a la vez que acogedores. No faltan las flores frescas en toda la casa que provienen de los jardines circundantes. Los retratos familiares que pueblan estos espacios convierten al sitio en amigable. Estas piezas son retiradas puntillosamente para las filmaciones. Está permitido arrellanarse en las sillas y sillones y sentirse como en espacio propio.
La biblioteca, además de la mencionada cantidad de ejemplares, ofrece escenografías repetidas del escritorio donde a menudo se ve en diversas escenas a Lord Grantham trabajando sobre la correspondencia. La única diferencia entre la visita y la pantalla es que el mueble se desplaza de tal manera que el actor puede ver los jardines desde su silla.
La sala de música es soleada, orientada al sur, con vistas hacia dos locuras arquitectónicas: el Castillo de Jackdaw al este y la Puerta del Cielo en la cima de Siddown Hill. Más cerca del castillo de Highclere en el East Lawns se encuentra el primero, un templo con columnas construido por Robert Herbert en 1743 para proporcionar una vista encantadora del castillo. El techo barroco fue pintado por Francis Hayman en la década de 1730.
Los cedros de fondo proporcionan esplendor y paisaje durante todo el año. Algunos de ellos tienen 250 años y fueron cultivados a partir de plántulas dadas al primer conde de Carnarvon por su primo, el conde de Pembroke en Wilton House.
La segunda estructura extraña es un templo etrusco, se encuentra al suroeste del castillo de Highclere, al borde del bosque.
El itinerario dentro del castillo prosigue por la Sala de fumadores (no utilizada en la serie) y el comedor principal que posee un valioso retrato de Carlos I pintado por Van Dyck. En la primera planta se abren sólo once de los cuartos para acceso público. El resto es utilizado por los propietarios como vivienda permanente. Todos van detrás del dormitorio Stanhope, que fue diseñado en un día para el entonces Príncipe de Gales, en ocasión de la visita de la Reina Victoria. Es el dormitorio donde Lady Mary, sucumbe a una noche apasionada con un joven turco que luego es encontrado muerto en la cama.
En los jardines hay ocho senderos públicos que se pueden recorrer con un mapa accesible digitalmente (https://www.highclerecastle.co.uk/sites/default/files/Highclere-Estates-Full.jpg).
Imposible irse sin atravesar la tienda de regalos que cuenta con una decena de libros escritos por la propia Lady Carnarvon; la ginebra y el champagne producidos en el propio castillo; las galletas, mermeladas y encurtidos que se preparan en las cocinas. Hay cristalería, ropa blanca, utensilios de cocina, tazas y todo lo necesario para dotar una mesa de té a la inglesa.
Para cada octubre se prepara un festival de historia, en tanto que en abril se propone la búsqueda del huevo de pascua en los jardines, en julio espera el recorrido al sendero de verano. Para los que se quedan con ganas, aún hay más... En 1793, el coronel Henry Herbert fue investido como el primer conde de Carnarvon por el rey Jorge III. Para celebrarlo, decidió construir una entrada imponente a su hermoso parque en Highclere: London Lodge. Ahora restaurado con una habitación doble en la que es posible alojarse. Grotto Lodge, en tanto, es un edificio diseñado por el arquitecto victoriano Thomas Allom y construido hace unos 150 años. Allom fue arquitecto asistente de Sir Charles Barry, quien construyó Highclere. Cuenta con dos habitaciones dobles, una en cada piso sobre la sala de estar y la cocina. Esta es una manera de meterse por un rato en las escenas de la serie y codearse con Lady Mary aunque sea en los sueños en las bucólicas estancias.