El explorador Brian Skerry devela misterios del comportamiento y la vida de las orcas y otros cetáceos desde Península Valdés hasta las costas de Nueva Zelanda y Noruega
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“Espero que al observar su mundo, los espectadores puedan sentir la alegría, el dolor y el amor que brota de las ballenas”, dice Brian Skerry, norteamericano, explorador y fotógrafo de National Geographic especializado en el mundo y los ambientes marinos y subacuáticos. Un Jacques Cousteau del siglo XXI, que dedica su vida a conocer el mundo submarino y que es realizador de la nueva serie Secretos de las ballenas que el 22 de abril estrena la plataforma de Disney + en coincidencia con el Día de la Tierra.
El mundo de las ballenas
¿Pueden las ballenas celebrar un nacimiento y tener sentimiento de pertenencia a una misma familia? ¿Pueden sentir dolor y estar de duelo por la muerte de una cría? ¿Una orca tiene conciencia de la forma de su cuerpo? Estas preguntas son poderosamente llamativas, aunque se habrían encontrado totalmente fuera de nuestro entendimiento hace solo algunas décadas. Ahora tienen respuesta porque la biología hizo grandes avances en el conocimiento de la etología de los animales, y más particularmente de los cetáceos. Sin embargo, todavía es increíblemente novedoso pensar que las ballenas desarrollaron conductas tan “humanas” como la transmisión de conocimientos de una generación a la otra; o la organización de un festejo grupal para el nacimiento de un cachorro.
Los cetáceos -esos mamíferos con forma de peces que descienden de un lejanísimo pariente de los hipopótamos que decidió regresar al mar- desvelan algunos de sus secretos más asombrosos e íntimos en la serie de cuatro documentales. Cada capítulo aporta datos que hacen tambalear nuestros prejuicios sobre las ballenas y las orcas. Está dedicada más especialmente a cinco especies de esos gigantes que viven en los océanos: las orcas, las ballenas jorobadas, los belugas, los narvales y los cachalotes.
Solamente para “Secretos de las ballenas” compiló material a lo largo de tres años en 24 puntos distintos del mundo. La Argentina y la maravillosa costa de la Patagonia no podían faltar en este relevamiento.
Tres figuras principales están detrás de este proyecto: el cineasta y productor James Cameron; la actriz Sigourney Weaver, que presta su voz para la narración; y sobre todo Brian Skerry. A lo largo de su vida pasó más de 10.000 horas bajo el agua (sí, más de 400 días en total). En la actualidad es uno de los mejores conocedores de la vida submarina y de los problemas que enfrenta, en tiempos de recalentamiento global y sobrecontaminación. Es un continuador de la obra del Comandante Cousteau, una figura que Skerry reconoce que fue decisiva a la hora de elegir dedicarse a la exploración y la fotografía del “mundo del silencio”.
El multigalardonado fotógrafo es sobre todo un divulgador fuera de lo común, y con esta nueva serie comparte momentos asombrosos y escenas únicas que tuvo la dicha de experimentar y presenciar a lo largo de sus viajes y exploraciones. Solamente para “Secretos de las ballenas” compiló material a lo largo de tres años en 24 puntos distintos del mundo. La Argentina y la maravillosa costa de la Patagonia no podían faltar en este relevamiento. El propio fotógrafo lo confirma, durante una videocharla con LA NACION desde Estados Unidos. Pero antes de iniciar la conversación, se toma unos segundos para buscar, fuera de cámara, un mate que exhibe con orgullo. “Mire, tiene una orca grabada”, dice al acercarlo a la webcam. “Es un recuerdo de cuando viajé a la Patagonia. Estuve en varios lugares de la Península Valdés para ver las orcas y la estratagema única de caza que desarrollaron allá”.
Orcas sabias
En la Argentina las filmaciones de orcas que aprovechan las olas para “tirarse” voluntariamente a la playa y atrapar cachorros de lobos marinos son relativamente bien conocidas. Pero siguen siendo todavía una sorpresa para el resto del mundo. Sin embargo, las filmaciones de Kerry y sus equipos van más allá de lo espectacular de este modo de caza, único en el mundo (aunque algunos biólogos afirman que otros grupos de orcas desarrollaron una técnica similar en playas de las desoladas islas del sur del océano Índico). “Secretos de las ballenas” muestra como los jóvenes de un mismo grupo son entrenados por los adultos. Como en las familias humanas, los saberes se transmiten de generación en generación entre las orcas. Y cuando uno de aquellos impetuosos aprendices queda varado sobre el canto rodado de la playa, los adultos acuden a su rescate.
“Los espectadores de la serie verán que no se trata solo de un grupo de animales. Son familias con emociones y tradiciones”, advierte Brian Skerry. “Son sobre todo los animales más inteligentes que viven en el océano. Hasta tienen una percepción de su propio cuerpo y saben esconder su aleta dorsal en el momento de acercarse a las playas. Para que los lobos no sepan que están cerca, nadan de costado para mantenerla dentro del agua. Así no revelan su presencia hasta el momento del ataque”.
Esta técnica sofisticada está bien documentado en la serie. Al igual que otra que un grupo distinto aprendió y se va pasando de generación a generación frente a las costas de Nueva Zelanda. “Allá su principal fuente de alimentos son rayas y se dieron cuenta de que, cuando las ponen panza arriba, se duermen y se vuelven inofensivas”. Las imágenes muestran así orcas que nadan “de espaldas” con su presa en la boca y la comparten con otras que no adquirieron todavía esa técnica. Más asombroso aún: una de ellas lo invitó a Skerry a su mesa. Pero son imágenes que no merecen ningún spoiler.
Amores gigantescos
Gracias a esta serie, descubrimos que las ballenas tienen sentimientos, culturas y conocimientos. Skerry se vale de su larga trayectoria para aportar algunas aclaraciones: “Nuestro trabajo para estas cuatro películas está basado en un enfoque científico y estoy convencido de que ya en la década de los 80 los biólogos e investigadores estaban notando estos comportamientos de las ballenas, pero aún eran reticentes a llamarlos cultura. Los humanos ahora estamos más dispuestos en aceptar que los animales tienen sentimientos”.
Las ballenas jorobadas, los belugas y los cachalotes también revelan conductas y comportamientos que durante milenios pensamos eran de exclusividad humana. Skerry advierte que “hay que hacer una diferencia entre los comportamientos y las culturas, para las ballenas como para los humanos. Hay que diferenciar lo que hacemos y cómo lo hacemos. En el caso de las orcas registramos actuaciones y culturas muy distintas entre los grupos que viven en las aguas de Nueva Zelanda y las de Noruega, y lo documentamos en la serie”.
“Los secretos de las ballenas” va más lejos aún y muestra cómo un grupo de cachalotes protege y cuida de un joven como el bien más preciado de la comunidad. “Para estos grandes animales, los nacimientos no son tan corrientes. La llegada de un bebé se festeja como dentro de una familia humana. Durante el parto la madre está rodeada y protegida por los demás miembros del grupo y, cuando la cría nace, se la celebra con un festejo de coletazos sobre el agua”.
La experiencia que acumuló Brian Skerry a lo largo de décadas de exploración y registros de la vida marina podría seguramente dar pie a muchos otros capítulos y se lo podría escuchar hablar durante horas. Lo que cuenta es tan asombroso como novedoso. A la hora de despedirse, recuerda que “en el caso de los cachalotes, su cerebro es seis veces mayores al nuestro. ¿Quiere decir que pueden desarrollar más habilidades y que tienen más potencial que cualquier otro animal? En todo caso desarrollaron un complejo lenguaje que se transmiten de generación en generación y es cierto que los jóvenes escuchan a los adultos para adquirirlo. ¿Cómo? Muchas preguntas están todavía sin respuesta. Pero lo que es cierto e innegable es que se puede ver amor en sus miradas. Y también benevolencia. Estuve alguna vez en las aguas de las Islas Auckland con ballenas francas australes que nunca habían estado en contacto con humanos. Me sorprendí de la curiosidad que mostraron hacia mí. Son gigantes; pero buenos gigantes.”