En el archipiélago más verde y sofisticado de Brasil, entre Río y São Paulo, abrió en enero de 2018 un nuevo Fasano. Una escapada perfecta para cariocas y paulistas. Y por qué no, también argentinos.
Rogério Fasano puede hablar media hora sin parar del carpaccio. Y del aceite de oliva. Y de la pasta. Y de tantos otros temas, sobre todo si tienen que ver con sus ancestros italianos, el servicio de sus hoteles, y el buen vivir, que son sus temas. Si su vida fuera peli, como habría podido pensarse en Londres cuando estudiaba cine en los 80, el guión habría abordado esos temas con pasión.
Sin embargo, hubo un giro en esa época y su realidad hoy es otra. Pedro Franco, el chef del nuevo Fasano de Angra dos Reis, que abrió en enero de 2018, cuenta que a Rogério le gusta sentarse y discutir acerca de los platos del menú, probar, sugerir. Suele hacerlo con una copa del Chianti o el Pinot Grigio italianos que embotellan con su nombre, una marca registrada asociada al lujo, la buena mesa, la elegancia. La historia tomó ese rumbo. Pas mal.
Basta mirar el lobby: maderas claras, una paleta de azules, ocres y grises que combina muy bien con el mar cercano, iluminación tenue, mucha luz natural y un espacio singular para la silla Rampa del abuelo de Thiago Bernardes, el arquitecto del flamante hotel que supo concebir de cero este proyecto moderno y elegante, pero acorde a un lugar con historia, donde él mismo pasó su infancia.
Una vuelta de página
En efecto, la del Fasano Angra dos Reis es una segunda fundación, la exitosa, la que toma del pasado los elementos valiosos –la seguridad, la playa, el golf, el entorno natural– y los actualiza en un edificio con forma de boomerang que permite que 54 de las 60 habitaciones tengan vista al mar, y un boulevard comercial que ostenta el primer local de La Panetteria, punta de lanza de una nueva arista del universo Fasano: coquetas boutiques donde se venden pan (de fermentación natural, claro), helados, pastelería y los aceites, pastas y vinos Fasano. En São Paulo es probable que hagan furor, pero por ahora solo se consigue aquí, en la avenida con discreta lojas del barrio cerrado Porto Frade, de 1700 hectáreas, que vio renacer al hotel.
Allí donde en los años 70 la familia Borges montó el histórico Hotel do Frade (cerrado en 2012), el grupo Fasano acaba de reinventarlo todo al dar vida al nuevo hotel y 150 villas –que aún están en construcción y ya están a la venta– como parte del emprendimiento Frad.e, escrito así, con punto intercalado. De los 40 años del hotel anterior el único vestigio es un grueso libro, Frade, que da cuenta de que esta es una auténtica vuelta de página. Se lo puede hojear mientras se almuerza en el bar Marea con vista a su escénica piscina.
Por la noche, la cita gourmet es en el restaurante Crudo donde se destaca el tartare de beijupirá, de atún o una versión actualizada del vittello tonnato, pero también hay platos que pasan por los fuegos, como unos sabrosísimos ravioles de raya, o el riquísimo dolce di banana (con masa hojaldrada con cachaça, canela y helado de vainilla).
Además del golf y los tratamientos del spa, con piscina climatizada de 25 metros, la actividad primordial de Angra es la navegación. Basta consultar al concierge y convenir qué tipo de embarcación rentar –ya sea por cuatro u ocho horas–, si será con catering del hotel o no, y cuál será el itinerario. Praia do Laboratorio, do Dentista, Aventureiro (en la magnífica Ilha Grande que está a tiro de piedra), el templadísimo Bambuçal, donde el agua que enfría la usina sale super tibia, y es objeto de estudio por la cantidad de especies marinas que se dan cita en esa playa. Hay desde grandes yates con música, hasta lanchas con cabina pequeña con las que se puede combinar un tour, o unas horas de estadía en la playa preferida.
Era una apuesta fuerte, claro, pero Fasano una vez más salió airoso. Tiene el respaldo de la tradición, hoteles y restaurantes de São Paulo, a los que se sumaron los de Río de Janeiro (2007), Fazenda Boa Vista (2008), Punta del Este (2010). Angra es sólo la primera apertura de 2018. Para septiembre está prevista la de Belo Horizonte, para diciembre Salvador de Bahía (en pleno barrio histórico del Pelourinho) y para marzo de 2019, Trancoso. Sólo São Paulo es propiedad del grupo; en el resto de los casos, incluidos los que están en obra, Fasano se ocupa del management, si bien interviene en el proyecto desde su gestación. El estudio de Thiago Bernardes también está al frente de la obra de Salvador, y Trancoso lleva la firma de Isay Weinfeld, que ya diseñó el hotel de São Paulo, la Fazenda Boa Vista, y Las Piedras en Punta del Este.
La saga Fasano
Rogério tiene el don del buen gusto; lo suyo es una mezcla de habilidad para los negocios con vocación de cineasta que intentaba despuntar en Londres cuando su padre, Fabrizio, lo llamó para reabrir Fasano. No era una decisión fácil. Como tercera generación de gastronómicos, Fabrizio solía decir que era un negocio insano. Sin embargo, a los pocos años de haberlo cerrado, ante la posibilidad de inaugurar un hotel –sueño postergado que no había podido concretar– la rueda Fasano se puso en marcha otra vez.
El pionero de esta historia es Vittorio Fasano (bisabuelo de Rogério) que llegó a São Paulo en 1902 y abrió la Brasserie Paulista en la plaza Antonio Prado. Lo siguió su abuelo, Ruggero, que dio vida a varios restaurantes en la ciudad, entre ellos el Jardín de Invierno Fasano en la Avenida Paulista. Fue un hot spot en los 50, con comensales ilustres como Dwight Eisenhower y Fidel Castro, pasando por Juscelino Kubischek, que comieron al son de los shows de Marlene Dietrich, Sara Vaughan y Nat King Cole.
Fabrizio vivió de chico toda esa etapa dorada, y sintió el peso de la herencia. Cuando falleció Ruggero, cerró Fasano en 1968. Corría 1982 cuando el Ave Fénix levantó vuelo en su imaginación y levantó el teléfono para convocar a su hijo.
A Rogério aún le gusta pensar que la restauración y la hotelería tienen mucho de cinematográfico: "es una superproducción que involucra mucho trabajo, mucha técnica, mucha escenografía, mucho dinero y mucho talento", dice en el libro Fasano, 100 años en Brasil. Avanzado el siglo XXI, Vittorio Fasano puede sentirse orgullo. El apellido perpetrado por su bisnieto tiene todo eso. Y todavía más.
Fasano T: (+55-24) 3369-9500. Desde U$S 446 la doble con desayuno y wifi. Tratamientos de spa, clases de yoga y stand up paddle, con costo adicional.