De Nueva York a Singapur: 6 hoteles con robots, tablets personales y sin jet lag
Desde instalaciones completamente atendidos por robots hasta servicios pensados para facilitar la vida de los huéspedes (o incrementar sus niveles de satisfacción), la tecnología se incorpora con fuerza en los hoteles. En algunos casos, como el Henn Na, se convierten en el centro de negocios. En otros, como el Portrait de Roma, en una vía para agregar valor a los visitantes. A continuación, algunos casos destacados de hoteles del presente que ya tienen un pie puesto en el futuro.
Henn Na: atendido por sus propios robots
El Henn Na japonés es, tal vez, la versión futurista más acabada (y por qué no, bizarra) del mundo hotelero actual. El check in se hace frente a una pantalla flotante que aporta una vaga sensación de haber caído en algún planeta de los que se ven en Star Wars, sensación reforzada por el contacto con el personal de atención en el mostrador: un robot multilingüe con aspecto de lagarto (hay una chica humanoide, pero el lagarto, de alguna manera inexplicable, parece más amable). De hecho, todo el hotel está atendido por robots de diferentes formas y estéticas. Por si todo lo anterior fuera poco, no existe llave para ingresar a la habitación: un sistema de reconocimiento facial habilita (o no) el acceso. Tiene una decena de propiedades a lo largo de Japón (http://www.h-n-h.jp/en/). Hay habitaciones razonables por 150 dólares.
Jen by Shangri-La: entrega automatizada
Sin llegar a los extremos del Henn Na, el Jen incorporó para sus dos hoteles en Singapur (Orchardgateway y Tanglin) dos robots de delivery de marca Relay, fabricados por la compañía Savioke, que coexisten con sus colegas humanos y que se dedican a brindar servicios a los huéspedes o a dar recomendaciones a los viajeros. Uniformados con los colores que distinguen al hotel, el turquesa y el rosa, Jeno (de saco y corbata) y Jena (de impecable bufanda) esperan en el lobby y están disponibles las 24 horas del día, los siete días de la semana, para alcanzar una botella de agua o una toalla adicional. El compromiso: el cliente verá su deseo satisfecho dentro de los quince minutos de haberlo solicitado. Las habitaciones promedian los 300 dólares (https://www.hoteljen.com/).
Yotel: facilitación a través de la tecnología
Un quiosco de pantalla táctil da la bienvenida al huésped que quiere hacer check in: escanea la tarjeta de crédito, imprime la llave de la habitación y da las indicaciones necesarias para llegar a la habitación. En el corazón de Manhattan, la experiencia tecnológica que ofrece el Yotel recién está a punto de comenzar: se completa con Yobot, un brazo robot que recoge y almacena equipajes y con la opción gastronómica en el restaurante asociado Green Fig, donde bastará seleccionar los elementos de un menú luego de activar un código QR para recibir la comida en la mesa. "La innovación es el núcleo de nuestra marca y tratamos de incorporar tecnología siempre que sea posible, eliminando muchos de los procesos y procedimientos tradicionales del hotel, como las largas filas del check-in", señala Pedro Dias, gerente general del Yotel. Las habitaciones arrancan en 270 dólares la noche (www.yotel.com).
Six Senses: en contra del jet lag
¿Qué tienen en común los astronautas, los atletas de primer nivel mundial y los huéspedes de los hoteles Six Senses? Que todos utilizan la misma tecnología para combatir el jet lag: Timeshifter. La aplicación ayudar a adaptarse a una nueva zona horaria y aumenta la energía luego de pasar muchas horas en un avión. Basado en las últimas investigaciones sobre el sueño y la neurociencia circadiana, la herramienta ofrece planes de desfase horario personalizados basados en los patrones de sueño de los huéspedes, el cronotipo (hora normal de cama) y el plan de vuelo. Incorpora un filtro de "practicidad" del mundo real para asegurar que sus consejos sean realistas y fáciles de seguir. Además, cuando el huésped llega puede pedir un examen de bienestar. Para todo esto, hay que hacer la reserva directamente en el hotel (SixSenses.com). El tema no es menor: las propiedades se encuentran en destinos "a contramano" como Bután, Maldivas, Fiji, Indonesia, Omán o Seychelles.
Portrait: Roma en tus manos
En Bocca di Leone, a metros de la Via dei Condotti, en Roma, el primer local que tuvo en su vida el diseñador Salvatore Ferragamo está transformado en un hotel en el que el buen gusto es rey. Sus escaleras son una suerte de museo que exhibe zapatos emblemáticos creados por Ferragamo, moldes originales, facturas dirigidas a celebridades de otras épocas (Ida Lupino, Mary Pickford, Marlene Dietrich…). La historia se conjuga con el futuro en términos de servicios: durante el check in, cada huésped recibe una tablet con aplicaciones precargadas para facilitar la vida del viajero, incluyendo contactos con el hotel –el dispositivo tiene un chip 4G de forma que está siempre conectado-, Uber, descuentos en restaurantes, guías de la ciudad o herramientas para moverse en transporte público, entre muchas otras. Las habitaciones, en promedio, trepan a los 500 dólares.
Sister City: los sonidos inteligentes
"Es nuestra propiedad más comprometida con las nuevas tecnologías", señala Ryan Bukstein, vicepresidente de la marca Sister City en la cadena Ace, a la que pertenece este hotel. Los ejemplos abundan: kioscos de autoservicio para check-in, un sitio web en el que el huésped puede iniciar sesión para personalizar su estadía al máximo o la asociación con la app de meditación Headspace, ideal para una ciudad como Nueva York, siempre a tope en términos de vértigo. Sin embargo, la más llamativa de sus propuestas es Lobby Score: una propuesta que combina sonidos creados por la música experimental Julianna Barwick con herramientas de inteligencia artificial de Microsoft para crear música a partir de lo que ocurre en el entorno del hotel, datos recogidos por sensores ubicados en el techo. Así, el paso de una nube o el vuelo de un pájaro modifican el ambiente. Ofrecen habitaciones para uno, arrancando en 190 dólares dependiendo de la temporada.