Coronavirus. Las low cost aseguran que son más resilientes a la crisis que las aerolíneas tradicionales
Sin dudas la aviación es una de las industrias más perjudicadas por las restricciones gubernamentales para combatir el coronavirus. Desde la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), el organismo que agrupa a las aerolíneas a nivel mundial, estiman que las pérdidas en el sector a nivel global alcanzarán los 252 mil millones de dólares y llegarán a 2431 millones de dólares puntualmente en la Argentina, donde están en riesgo 15 mil puestos de trabajo directos. El organismo, por intermedio de Peter Cerdá, vicepresidente para las Américas, advirtió que "algunas aerolíneas locales podrían dejar de existir".
Sin embargo,las aerolíneas low cost, como JetSmart y Flybondi, que se incorporaron al mercado aerocomercial argentino en el últimos años , aseguran que las compañías de bajo costo tienen más capacidad y rapidez de reacción para sobrevivir a las crisis.Con reducciones de sueldo al personal, estrictos controles de gastos y negociaciones con los lessors, las empresas que les alquilan los aviones, y con otros otros proveedores intentan reducir al mínimo los gastos hasta que puedan volver a volar.
"Las aerolíneas low cost somos más resilientes a las crisis. En JetSmart tenemos una estructura de costos muy eficiente, con poco personal administrativo, con lugares de trabajo accesibles y sueldos con un porcentaje variable. Las aerolíneas más tradicionales tienen más gente, más estructuras, más costos fijos y seguramente se les complica más", explica Gonzalo Pérez Corral, gerente general de JetSmart, sobre como la aerolínea low cost que opera en el mercado argentino y ofrece vuelos domésticos y regionales desde hace poco más de un año, sobrelleva la crisis desatada por el coronavirus, que dejó a todos los aviones en tierra dentro de la Argentina y paralizó por completo los ingresos.
A Flybondi, la otra aerolínea bajo costo que desde hace poco más de dos años opera en el mercado doméstico nacional también la beneficia tener una estructura chica: "Si bien el impacto de las crisis afecta a todas las aerolíneas por igual porque los ingresos se redujeron a cero, las low cost tienen más cintura para afrontar las crisis, porque son más eficientes en términos de personal y de costos de la operación. Es más fácil recuperarse y rediseñar itinerarios, porque es una estructura más chica, y es más sencillo reaccionar", asegura Mauricio Sana, Chief Commercial Officer (CCO) de Flybondi.
Sin despidos
En JetSmart aseguraron que no habrá despidos de personal, pero sí reducción de sueldos en un promedio de un 30%. "Nunca se vio que las compañías paren sus aviones al ciento por ciento. Estamos haciendo números para ver que implica esta situación. El no recibir ingresos hace que la ecuación se complique, pero somos una compañía que nacimos hace poco con una estructura de costos muy eficiente en donde somos muy racionales en el uso de los recursos y tenemos una parte importante de la paga que es variable. Nuestra intención es no hacer despidos, pero el impacto en el sueldo de bolsillo va a ser considerable, porque al no volar no se pagan los conceptos variables. La gente lo entiende, prefiere que no haya despidos por más que el sueldo se vea reducido", admite Pérez Corral.
El sueldo de los empleados tiene un componente variable que está asociado a los vuelos que realizan. Como no vuelan y no hay operaciones, ese casi tercio de sueldo no se los pagan a pilotos, tripulantes y operarios de rampa. Para los administrativos se decidió postergar el aumento previsto por inflación que estaba estipulado en abril y pagar más adelante los bonos, quizás en septiembre.
"Tenemos que realizar un sacrificio para mantener todos los puestos de trabajo y esperar volver a operar, nosotros estamos listos para volar apenas se restablezca el servicio y tengamos la autorización", dice Pérez Corral. A diferencia de otras aerolíneas que ya anunciaron que no van a volar hasta el 30 de abril, como Latam y Flybondi, Jetsmart quiere despegar cuanto antes.
Flybondi tampoco hará despidos de empleados porque necesitan el mismo equipo cuando se restablezca el servicio, pero también le redujo el sueldo a su plantilla, según la escala salarial. Para el CEO y los ejecutivos, una baja del 50% del sueldo durante los próximos 3 meses. El resto de los empleados, una reducción de entre 12% y 40% según escalas salariales con el concepto de que el que menos gana, tenga la menor afectación.
"En tiempos de una crisis sin precedentes a nivel mundial, consideramos que la mejor estrategia es aquella en la que el esfuerzo de todos también sea para beneficio de todos.Definimos junto con los empleados y el gremio una reducción salarial durante los meses en los que la compañía no tendrá ningún tipo de ingreso. Es muy valioso y habla del nivel de compromiso de cada una de las 570 personas que trabajan en Flybondi", dice Esteban Tossutti, presidente de la compañía.
En el caso de Flybondi, ya comunicó que no operará hasta el 30 de abril, en principio, según lo disponga el Gobierno, porque aseguran que cuando tengan la autorización para retomar las operaciones necesitan una ventana de tiempo para poner todo a punto y vender los pasajes.
Bajar los gastos
Además de reducción de sueldos, mientras no vuelvan a volar las dos low cost argentinas están abocados a racionalizar los gastos para hacer las menores erogaciones posibles.También están en negociaciones con las empresas que les alquilan los aviones y otros proveedores para solicitar reducción o postergación de pagos.
"En el peor de los escenarios, si estamos dos meses parados estamos bien para seguir con la operación. En la Argentina es una operación de largo plazo y no se han modificado nuestros planes estratégicos para seguir volando en el país. JetSmart tiene la caja suficiente y el respaldo suficiente para poder restablecer la operación y seguir volando en la Argentina que es lo que queremos hacer", agrega Pérez Corral.
Aunque cuando se restablezca el servicio, no descartan cambios y alternaciones en las rutas que ya operaban, en muchos casos porque dependerá si todas las provincias abren sus aeropuertos.
En Flybondi comentan que los accionistas están comprometidos con la empresa y la prioridad es resguardar el negocio y la fuente de trabajo, por eso están renegociando con proveedores todas las opciones posibles para mantener la empresa a salvo. "Nos preocupa pero somos optimistas, sabemos que un modelo de negocio eficiente nos da en este contexto mayor agilidad para sobrellevar esta situación y mantenernos sólidos y fuertes para cuando podamos volver a volar", agrega Tossutti.
También como todo el sector aerocomercial y vinculado al turismo, las empresas reclaman ayuda estatal. Junto con otras aerolíneas solicitaron al gobierno mediante cartas exenciones impositivas, crédito fiscal para pago de impuestos, líneas de crédito, entre otras prerrogativas para sortear la crisis, como está sucediendo en otros países.
La disputa por Aeroparque de JetSmart
La crisis por el coronavirus se suma a otros problemas operativos que enfrenta Jetsmart. Hace unos meses compró la filial argentina de Norwegian para expandirse y poder operar desde Aeroparque y El Palomar. Pero por ahora no tienen la autorización de la ANAC para operar en Aeroparque las antiguas rutas de Norwegian con los aviones Airbus 320 de JetSmart. La intención de la empresa es operar con dos bases: Aeropuerto y El Palomar, que los consideran complementarios.
"Nosotros firmamos un acuerdo de consolidación con Norwegian para usar los aviones de JetSmart en Aeroparque y hasta ahora no nos han permitido realizar el cambio de aeronave, con lo cual eso también nos tiene en jaque y habría rutas que podrían sufrir bajas si es que no se nos autoriza esa posibilidad", explica Pérez Corral. También batallan contra la prohibición de operar de noche en el aeropuerto de El Palomar.
Y agrega: "Así que a los dos problemas que teníamos se sumó uno mayor que tapa todo el resto, pero en la medida que vaya pasando la crisis en algún momento y se restablezcan los vuelos van a surgir estos dos problemas que siguen latentes."