Coronavirus. La isla del Caribe que le ganó a la pandemia
¿Quién no quisiera estar en este momento disfrutando bajo el sol de la exclusiva Anguila? Además de sus playas de arenas blancas, aguas cálidas y turquesas y tranquilidad habitual, la pequeña isla del extremo oriental del Caribe anunció que le ganó la batalla al coronavirus. Desde el Ministerio de Salud y Desarrollo Social de Anguila, en su última actualización sobre la respuesta de la isla a la pandemia mundial, informaron que, por el momento, no hay casos sospechosos ni evidencia de transmisión del virus Covid-19 en el destino.
Solo tuvieron tres casos previamente confirmados, ya se han recuperado y han pasado más de 28 días desde la última notificación.
Sin embargo, con el propósito de continuar en esta línea, la isla se mantiene firme en sus esfuerzos para evitar que el virus se propague en la comunidad. El Ministerio de Salud indicó que los residentes continúan cumpliendo con las normas de higiene, etiqueta respiratoria y medidas de distanciamiento social.
Además, si prevalece la situación epidemiológica actual, tanto los ciudadanos locales como los visitantes notarán reducciones en las restricciones actuales de movilidad y aglomeraciones en las próximas semanas.
Anguila es seguramente uno de los lugares más codiciados del Caribe. La isla que ofrece 33 playas de aguas turquesas se mantuvo a salvo del turismo masivo y cultivó un perfil exclusivo, con lujosos hoteles con grandes áreas de spa y gastronomía de primer nivel.
La isla está casi deshabitada, con apenas 15.000 habitantes y todavía es uno de esos destinos no contaminados ni sobrecargados. Todas las playas tienen esa arena blanca y fina, tan parecida al talco, que casi no se siente al pisar. Muchas son amplias gracias a que la isla es una de las pocas del Caribe no montañosa.
Si se quiere acción, los deportes acuáticos son la mejor opción. La despoblada y solitaria tierra le da lugar a un mundo marino superhabitado. La isla está rodeada de arrecifes de coral, que tientan a pasar horas con las antiparras y el snorkel en la inmensidad, sin miedo a que algo pueda ocurrir.
Este territorio ultramarino británico donde se maneja como en Inglaterra (del lado izquierdo del camino), pero con autos norteamericanos (no recomendable para visitantes). La manera más sencilla de se accede es por agua desde el puerto de su vecina St Martin, en apenas 20 minutos de navegación.